Menos delitos asociados al contacto personal pero más ciberdelincuencia será uno de los desafíos de la seguridad poscoronavirus. El trabajo vía telemática y las citas previas para casos que no se consideren urgentes tomarán mayor protagonismo, al igual que el control a los aforos. La crisis económica traerá consigo mayor tensión social, por lo que habrá mayor descontento y se necesitarán acciones para evitar que la ciudadanía en general pueda salir afectada.
Un reportaje de la agencia EFE aborda el impacto que deja el coronavirus y cuáles serían las acciones que en materia de seguridad deberían tomarse para evitar un rebrote de la pandemia y garantizar además la integridad de la ciudadanía.
Durante el estado de alarma se activó la aplicación para móviles AlertCops, un botón SOS para profesionales sanitarios o víctimas de violencia de género, que de acuerdo al Ministerio del Interior seguirá siendo una de las alternativas que vía telemática potenciará el contacto con las personas.
Asimismo, con instalación de mamparas, medidas higiénicas y desinfección de las áreas de trabajo se acondicionan las comisarías y cuarteles, con el fin de garantizar el distanciamiento social y proteger a los agentes y a los ciudadanos.
Interior no descarta que para evitar los traslados, los jueces puedan continuar realizando interrogatorios por videconferencia.
Aunque durante la última crisis económica en España y en los países vecinos bajaron las tasas de delito, la Policía Nacional y la Guardia Civil «trabajan con todas la hipótesis y se están preparando para dar respuesta a cualquier contingencia», entre ellas el alza del ciberdelito, que “se combatirá con más medios y un plan específico en el que trabaja Interior”, reseñó EFE.
La seguridad poscoronavirus para los aforos
Para trámites como las autorizaciones para salir con menores al extranjero, la comunicación de objetos perdidos o denuncias de delitos menores, los Mossos d´Esquadra también apuestan por la gestión telemática.
Según el comisario jefe de este cuerpo, Eduard Sallent, convendrá impulsar la cita previa para todas aquellas visitas a comisaría que no sean urgentes. También está convencido de que habrá una vigilancia «más intensa» de los aforos, lo que implicará una mayor modernización para controlar los límites y garantizar un acceso más ágil.
Y en este contexto la tecnología jugará un papel clave. Para facilitar un rápido acceso a los eventos masivos, la captura de la imagen y de datos biométricos, y el reconocimiento de retina figuran entre las posibilidades que lo harán posible.
«La nueva normalidad será una etapa de máxima alerta en la prevención de riesgos. No podemos bajar la alerta cuando el objetivo es impedir al máximo el contagio en esta profesión», dijo por su lado Mónica Gracia, secretaria general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), quien considera que en la nueva normalidad serán imprescindibles los test masivos para los agentes.
Reclama el establecimiento de un protocolo claro en toda España que fije la realización de las pruebas a los efectivos apenas haya la mínima sospecha de contagio.
El SUP considera obligatorio que las dependencias policiales se acondicionen a los tiempos poscoronavirus con el teletrabajo y la atención telemática a las denuncias y expedición de documentos. También que físicamente haya una separación entre mesas, reducción del número de policías por cada despacho e instalación de mamparas. Asimismo considera por la continuidad del sexto turno (seis días de trabajo y seis de descanso) para los agentes que prestan servicio en la calle, lo que aumentará la oferta de plazas.
Las TIC y la inteligencia policial
Iñaki Castro, criminólogo, ex secretario general del sindicato ErNE de la Ertzaintza y miembro de la Universidad Europea en el Principado de Andorra, expresó a EFE que a corto plazo “se producirán cambios aún más acelerados en el trabajo policial. Algunos ya se adivinan, de otros todavía no logramos prever sus consecuencias. Todo dependerá de la evolución del virus y sus posible rebrotes».
Ante esos cambios, las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y la inteligencia policial serán fundamentales para la prevención, la investigación y la resolución de delitos. Y todos esos avances tecnológicos implicarán el desembolso de importantes recursos económicos.
En China, por ejemplo, desde hace algunas semanas los efectivos policiales usan cascos especiales que miden la temperatura de la persona en tiempo real. Funcionan con batería que tiene una duración de ocho horas y con rayos infrarrojos que pueden tomar la temperatura en un radio de cinco metros de distancia.
Al igual que los otros especialistas consultados por EFE, cree que la ciberdelincuencia aumentaría con sus intentos de cometer fraudes online.
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