Los árboles muertos suelen reencarnar. No como mamíferos, ni siquiera como insectos, pero si como un nuevo hábitat en el bosque. Ahí donde un gerente de aserradero ve un tronco inútil, un ambientalista ve un microcosmos con hongos, musgo, escarabajos, insectos y mamíferos. Una nueva vida de gran importancia para los bosques.
Los bosques son santuarios de vida, no solo por sus majestuosos árboles vivos, sino también por la riqueza oculta en su madera en descomposición. Esta madera, que alberga hongos, líquenes y una biodiversidad de insectos, es esencial para el ciclo de vida del bosque. Actúa como un refugio para la fauna y una fuente vital de nutrientes que enriquecen el suelo, promoviendo un ecosistema robusto y diverso. En la naturaleza nada se pierde, todo se transforma. Pero, la práctica común de talar y remover estos elementos naturales amenaza la salud de nuestros bosques.
Dejarlos ser
Basil Camu, pionero en la conservación forestal y fundador de Leaf & Limb, aboga por un cambio radical en nuestra gestión forestal. Propone una filosofía de “dejar ser”, permitiendo que los árboles muertos y moribundos cumplan su rol ecológico y fomenten una nueva comunidad de vida a su alrededor.
Camu nos invita a reconsiderar nuestra relación con la naturaleza, a valorar la belleza y la funcionalidad de la madera muerta, y a proteger la diversidad que sostiene la vida del bosque. Su mensaje es claro: los árboles, incluso en su muerte, son fuente de vida y diversidad. Es hora de permitir que la naturaleza siga su curso y de aprender a coexistir con ella en armonía.
«Déjalo participar y ayudar al ecosistema. Cuando un árbol muere, entra en su segunda vida. Con esta increíble nueva comunidad que se construye y prospera a su alrededor», dice Camu.
Custodios de la biodiversidad
En el corazón de nuestros paisajes naturales, los árboles caídos y la madera en descomposición son más que simples restos; son guardianes de la biodiversidad y arquitectos de la vida. Basil Camu, visionario en la gestión forestal, nos enseña que estos elementos son cruciales para devolver la materia orgánica al suelo, apoyando así la salud del ecosistema.
El académico, Douglas Tallamy, respalda la filosofía de Camu y su capacidad para aclarar dudas y motivar la acción hacia una gestión paisajística más consciente. Camu, invita a abrazar la “diversidad escandalosa”, término acuñado por el horticultor Michael Phillips, para describir la rica variedad de vida que los árboles muertos sostienen.
«Creo que los árboles muertos son un ejemplo perfecto de esto. Quiero decir, el número de aves y hongos y escarabajos y más, todo ese apoyo. Es bastante salvaje».
Basil Camu
Los árboles silvestres, a menudo víctimas de la tala, son en realidad ecosistemas vivos que ofrecen refugio y alimento a una amplia gama de especies. Desde los pájaros carpinteros, que preparan el camino para otros animales, hasta los cormoranes que sirven de vigía para depredadores y exhibiciones de apareamiento, la vida florece en estos espacios.
Con el tiempo, los troncos caídos se convierten en “troncos nodriza”. Apoyando la próxima generación de árboles y continuando el ciclo vital del bosque. Este proceso natural alimenta la cadena alimentaria. Desde insectos hasta anfibios y aves. Demuestra que la muerte de un árbol es solo el comienzo de una nueva etapa de vida.
Valor de los árboles muertos
El enfoque moderno del manejo forestal considera que los árboles viejos o muertos deben preservarse por varias razones:
- Biodiversidad: Los árboles viejos y muertos proporcionan un hábitat importante para una amplia variedad de especies. Incluyen plantas, hongos, insectos, aves y mamíferos. Estos organismos son esenciales para el funcionamiento saludable del ecosistema forestal.
- Nutrientes: A medida que los árboles se descomponen, liberan nutrientes al suelo que son esenciales para el crecimiento de las nuevas plantas. Los árboles muertos también pueden ayudar a prevenir la erosión del suelo.
- Ciclo del carbono: Los árboles muertos almacenan carbono en su madera. Ayuda a mitigar el cambio climático. Cuando los árboles se descomponen, el carbono se libera a la atmósfera. Este proceso se ralentiza cuando los árboles muertos se dejan en el bosque.
- Valor estético: Los árboles viejos y muertos pueden agregar belleza y carácter al paisaje forestal. También pueden ser una fuente de inspiración para artistas y escritores.
- Valor religioso y cultural: En muchas culturas, los árboles viejos y muertos se consideran sagrados o tienen un significado religioso.
- Valor científico: Los árboles viejos pueden proporcionar información valiosa sobre el clima y el medio ambiente del pasado. También pueden ser utilizados para estudiar la ecología de los bosques.
- Valor educativo: Los árboles viejos y muertos pueden ser utilizados para enseñar a las personas sobre la importancia de los bosques y la necesidad de conservarlos.
Cuidado integral
El cuidado de los árboles trasciende la simple poda; es una ciencia dedicada a preservar la vida y la estructura de estos gigantes verdes. Basil Camu, experto en manejo forestal, destaca tres pilares fundamentales: la salud del suelo, la poda estructural y las inspecciones regulares. La poda consciente desde la juventud del árbol asegura una estructura fuerte y resistente al viento, previniendo problemas futuros.
Para Camu la colaboración con un arboricultor de confianza es vital para mantener la salud arbórea y planificar el futuro de los árboles que envejecen. Contrario a la creencia popular, un árbol que se balancea o inclina no es necesariamente una señal de peligro. El ambientalista enfatiza la importancia de una evaluación detallada que comience por la copa y descenda hacia el tronco. En la búsqueda de signos de enfermedad o daño.
Los líquenes y musgos son normales, pero ciertos hongos y cuellos de raíz enterrados pueden ser indicativos de problemas. Camu utiliza un destornillador como herramienta rápida para evaluar la salud del suelo. Una penetración fácil de 10 a 12 pulgadas es una señal de un suelo sano. Además, examina el suelo alrededor de árboles inclinados para determinar si la inclinación es natural o un signo de inestabilidad. «Si es ligero y esponjoso y asoman raíces, es casi seguro que el árbol se está cayendo, – dice. – Si el suelo es muy firme y estable, y está tan compactado en este lado como en el otro, lo más probable es que sea fototropismo», es decir, que se incline hacia la luz.
El papel crucial de la madera muerta
La madera muerta en nuestros bosques es mucho más que un simple refugio para la fauna pequeña; es un pilar fundamental para la salud del ecosistema completo. Su prematura extracción puede truncar el ciclo evolutivo del bosque, con graves repercusiones para su función ecológica. Especies que dependen de la madera vieja, podrían desaparecer sin este recurso vital. Lo que afecta a toda la cadena de vida que de ellas depende.
Los “árboles hábitat” son esenciales para mantener la diversidad de plantas, hongos y animales. La gestión forestal moderna debe enfocarse en preservar estos árboles y su interconexión con el ecosistema. En Europa, la conservación de árboles antiguos y madera muerta en parques y zonas agrícolas es una oportunidad para incrementar la biodiversidad y proteger especies dependientes.
Un estudio en “Landscape and Urban Planning” sugiere que la gestión urbana forestal que respeta el ciclo natural de los árboles y mantiene la madera muerta puede mejorar significativamente su valor para la biodiversidad. Las ciudades y municipios también juegan un papel importante; los parques urbanos y bosques menos gestionados pueden ser claves para la biodiversidad y la conectividad de hábitats. En nuestros jardines, podemos contribuir activamente a este esfuerzo. Tocones y ramas viejas pueden convertirse en hogares para hongos y otros organismos, y montones de ramas pueden ofrecer refugio a insectos polinizadores.
Cómo preservarlos:
No todos los árboles viejos y muertos deben preservarse. En algunos casos, los árboles muertos pueden representar un peligro para la seguridad pública o pueden propagar enfermedades. Pero, en la mayoría de los casos son una parte valiosa del ecosistema forestal y deben ser preservados Algunos ejemplos específicos de cómo se preservan en el manejo forestal moderno:
- Dejar árboles muertos en pie: Esta es la forma más simple y efectiva de preservar los árboles muertos. Los árboles muertos en pie pueden proporcionar hábitat para una amplia variedad de especies y liberar nutrientes al suelo a medida que se descomponen.
- Crear pilas de madera muerta: Las pilas de madera muerta se pueden crear a partir de árboles caídos o ramas. Estas pilas proporcionan un hábitat importante para los insectos, las salamandras y otros animales pequeños.
- Utilizar árboles muertos para la restauración del hábitat: Los árboles muertos se pueden utilizar para crear nuevos hábitats para especies que dependen de ellos. Como los murciélagos y las aves.
Enfoque sostenible
La gestión forestal sostenible va más allá de la tala; se trata de entender y respetar el ciclo de vida de los árboles. Basil Camu, líder en conservación, nos enseña que incluso en la necesidad de seguridad, podemos optar por dejar un legado natural. Antes de decidir sobre el destino de un árbol, se deben considerar factores como la proximidad a las personas y la actividad humana. Si el riesgo es bajo, lo mejor es no intervenir y permitir que el árbol se descomponga naturalmente, brindando así servicios ecosistémicos valiosos.
Camu aboga por esperar hasta el final de la temporada de anidación antes de realizar cualquier poda o tala, y sugiere dejar tocones altos o árboles parcialmente reducidos para que continúen contribuyendo al ecosistema. Además, propone dejar la biomasa en el suelo para que se descomponga y se convierta en un hábitat para la vida silvestre.
La más reciente apuesta de Camu en favor de los bosques es el Proyecto Pando. Iniciativa que refleja su compromiso con la juventud arbórea. Mediante el cual distribuye miles de brinzales nativos para la restauración ecológica. Camu sabe que tiene mucho trabajo por delante en su misión ecológica centrada en los árboles. Mide el éxito de su misión por el amor y la apreciación que la gente desarrolla por la naturaleza en sus propios jardines. «Cuando más gente ha dado estos pasos y se ha enamorado de verdad de la vida que tiene en su jardín. Y encuentran belleza, encuentran sentido». Cuando toman consciencia de la segunda vida que tienen los árboles muertos.