Dubái es un oasis en el desierto construído con miles de millones de dólares. Con abundante agua en medio del desierto. Un agua potable de excepcional calidad y alto costo. No solo para producirla, si no por el negativo impacto en el golfo Pérsico. La cosmopolita ciudad se ha erigido en un polo de atracción para el turismo de lujo y eso demanda enormes cantidades de agua dulce, especialmente cuando hay un derroche en muchas de sus atracciones, como la piscina más profunda o la fuente más grande del mundo
La escasez de agua fue resuelta desalinizando el agua salada. Hace más de medio siglo, los países del golfo se convirtieron en pioneros en la instalación de plantas desalinizadoras, gracias a la disponibilidad de petróleo a bajo costo. En aquel entonces, optaron por tecnologías térmicas que utilizan energía para evaporar y condensar el agua. Sin embargo, en la actualidad, estos sistemas, que están afectando el medioambiente, han sido superados por otras tecnologías.
El agua dulce escasea en el golfo Pérsico
La cantidad de agua dulce en el planeta Tierra es limitada en comparación con el volumen total de agua. Se estima que la Tierra contiene aproximadamente 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua, de los cuales el 97.5% es agua salada y solo el 2,5% es agua dulce. Solo el 0,77% de esta agua dulce es accesible para el ser humano.
La demanda de agua potable en el mundo es un problema creciente. Alrededor de 2.000 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura. En 2023, aproximadamente 26% de la población mundial carece de agua potable. La demanda de agua incrementa en niveles de 64.000 millones de metros cúbicos al año. Se espera que la demanda mundial de agua aumente entre un 20 y un 30% con respecto a su nivel actual para 2050.
En ese escenario resulta justificada la opción de transformar el agua salada en agua dulce. Sin embargo, la desalinización sigue siendo costosa debido al alto consumo de energía. A pesar de esto, se espera que la industria de la desalinización crezca en los próximos años. Aunque se está estudiando cómo mejorar los procesos para hacerla más accesible.
Actualmente, la desalinización está limitada en gran medida a países con reservas abundantes de combustibles fósiles y acceso a agua de mar. La desalinización se ha implementado en países como Estados Unidos, España. También en algunas regiones de América Latina, y se ha utilizado para la agricultura familiar en Brasil. A medida que proliferan las plantas desalinizadoras, surgen interrogantes sobre los impactos que estos procesos pueden tener en los ecosistemas marinos.
Ciudad sedienta
El agua, más allá de alimentar las lujosas actividades recreativas de Dubái, es vital para la vida, y la desalinización proporciona agua potable a una ciudad sedienta. Según un informe de sostenibilidad de 2022, la Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái (DEWA) suministra agua a más de 3,6 millones de residentes y a una población diurna de más de 4,7 millones de visitantes. Se espera que estas cifras aumenten para 2040, lo que incrementará la demanda de agua limpia.
El año pasado, la ciudad desalinizó alrededor de 617.022 millones de litros de agua, según el mismo informe. Por cada 3,5 litros de agua desalinizada producida en el golfo, se liberan un promedio de 5 litros de salmuera en el océano. En Dubái, la planta de desalinización y energía de Jebel Ali, el complejo más grande de su tipo en el mundo, canaliza agua del mar, la somete a una serie de tratamientos y luego la distribuye a la ciudad como agua potable. Sin embargo, las 43 plantas de desalinización en Jebel Ali funcionan con combustibles fósiles. Los Emiratos Árabes Unidos generaron más de 200 millones de toneladas de carbono en 2022, una de las tasas de emisiones per cápita más altas del mundo
Impacto en el golfo Pérsico
La dependencia de Dubái en la desalinización tiene un impacto negativo en el golfo Pérsico. El proceso produce residuos salinos, conocidos como salmuera, junto con los compuestos químicos utilizados durante la desalinización, incrementan la salinidad del golfo.También suben la temperatura de las aguas costeras, dañando la biodiversidad, la industria pesquera y las comunidades costeras.
El golfo se encuentra bajo la presión adicional del cambio climático y de la ambiciosa iniciativa de Dubái de construir islas de lujo mediante la recuperación de tierras. Entre las propiedades costeras en venta, se encuentra una isla privada con forma de caballito de mar, valorada en 34 millones de dólares, ubicada en el archipiélago artificial.
Si no se toman acciones inmediatas para mitigar el daño, la desalinización, junto con el cambio climático, podría aumentar las temperaturas del agua en más del 50% del área del golfo en al menos 2,78 grados Celsius para 2050, según un estudio de 2021 publicado en la revista científica The Marine Pollution Bulletin en ScienceDirect, un sitio web de artículos revisados por pares.
Dubái busca la redención
A finales de este mes, Dubái será el anfitrión de la cumbre mundial del clima de la ONU, conocida como COP28, lo que ha intensificado las tensiones en torno a las inversiones en combustibles fósiles de los EAU y otros países participantes. La prominente capital de los Emiratos Árabes Unidos, ha implementado iniciativas ecológicas y tecnologías innovadoras para abordar los daños ambientales. Pero la demanda de acciones más contundentes está en aumento.
Las autoridades anunciaron una serie de iniciativas ecológicas para controlar su enorme consumo de recursos. Entre estas medidas se incluye un esfuerzo para reducir la demanda de energía y agua en un 30% para 2030 y lograr que el 100% de su producción energética provenga de fuentes renovables para 2050.
Además, el país ha buscado en el cielo una fuente alternativa de agua, contratando a científicos para estimular químicamente las nubes y generar precipitaciones. Aunque existe poco consenso sobre la efectividad de este proceso. También se está incentivando a los hoteles en Dubái a generar sus propios recursos hídricos mediante la captación de agua atmosférica.
Cambio de tecnología
En 2021, Dubái decretó construir todos los proyectos de desalinización se utilizando la ósmosis inversa, considerada la tecnología más eficiente y respetuosa con el medio ambiente disponible actualmente. No obstante, la mayoría de las plantas de desalinización en el país todavía utilizan una tecnología más antigua denominada destilación instantánea de múltiples etapas. A diferencia de la ósmosis inversa, que elimina la sal y otros contaminantes al forzar el agua a través de una membrana semipermeable, la destilación instantánea de múltiples etapas depende del calor.
Hace décadas, cuando los Emiratos Árabes Unidos comenzaron a explorar la destilación, esta tecnología era más capaz de manejar la alta salinidad del golfo. Mientras que ahora la ósmosis inversa puede hacer lo mismo. Aunque ambas tecnologías producen salmuera, los residuos de la destilación instantánea de múltiples etapas son mucho más calientes. Lo que causa un mayor daño al ecosistema.
El nuevo complejo energético Hassyan de la Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái (DEWA) utiliza destilación por ósmosis inversa y ha estado operando con gas natural en lugar de carbón durante más de un año. Se espera que este proyecto de 3.400 millones de dólares genere más de 530 millones de litros de agua al día.
La DEWA ya comenzó a investigar opciones sostenibles para gestionar y reciclar la salmuera mediante un proceso de tratamiento de agua conocido como descarga de líquidos cero (ZLD) y destilación por membrana. Tecnologías que los expertos esperan que sean efectivas para tratar el agua salina y las aguas residuales.
Productores de Salmuera
Pese a estos esfuerzos, Dubái enfrenta críticas. Faisal Almarzooqi, profesor asociado en la Universidad de Khalifa que estudia la desalinización del agua en Emiratos Árabes Unidos, apunta a una laguna. “Siento que están más enfocados en hacer que los sistemas operen con energía renovable, pero casi nadie habla de la salmuera”.
De acuerdo a un informe de la Universidad de las Naciones Unidas para producir un litro de agua potable, hay que generar 1,5 litros de salmuera. El 55% de toda la salmuera que se genera en el mundo sale de las plantas desalinizadoras de los países del Golfo Pérsico (Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Kuwait y Qatar). Con Dubái como el mayor generador. Pero solo producen un tercio del agua.
Los estados petroleros dependen del agua desalinizada para satisfacer hasta el 100% de sus necesidades. El estudio revela su gran ineficiencia para obtenerla. “Es necesario que estos países revisen sus estrategias para el manejo de la salmuera”, afirma Manzoor Qadir, director asistente del Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la UNU y coautor del estudio.