Venecia ensayó a inicios del año una manera de contener el grueso número de visitantes, con el cobro de entradas al centro histórico. Esta preciosa localidad italiana no tiene la culpa de ser atractiva a los ojos de los turistas. Su alta concurrencia llena las arcas de la municipalidad para sobrellevar los gastos que necesita su discreta población, pero la saturación del turismo impone desafíos difíciles de sortear. Cada vez más ciudades levantan su voz para frenar esa avalancha de viajeros.
Las perspectivas para la industria turística mundial en 2024 son en general positivas y se espera que el número de turistas internacionales alcance los 1.500 millones. Un aumento del 17,23 % con respecto a 2023 y del 2 % con respecto a 2019, antes de la pandemia. Según la OMT los ingresos por turismo internacional alcanzaron1,4 billones de dólares el año pasado.
De esas masivas movilizaciones conocen los lugareños de Venecia; de la Acrópolis en Atenas; de Bali en Indonesia y de Barcelona en España. También saben las limitaciones de esa saturación del turismo en Miami, Florida (EE UU), y París, recientemente anfitriona de los Juegos Olímpicos.
La queja de las autoridades y comunidades receptoras del turismo foráneo es el aumento del ruido, la contaminación, el tráfico y la presión sobre los recursos públicos. Lo que se traduce en una menor calidad de vida para los residentes y una experiencia inferior para los visitantes.
Muchos sitios turísticos de todo el mundo, incluidos varios centros europeos, han creado iniciativas y restricciones destinadas a combatir los problemas del turismo excesivo. Entre ellas la aplicación de impuestos turísticos nuevos o incrementados, campañas para disuadir a los visitantes problemáticos y límites de asistencia a las atracciones más populares.
La saturación del turismo en varios destinos de Europa
Las costas del Mar Mediterráneo representan el lugar de nacimiento histórico de la cultura con numerosos puntos de interés importantes y son el principal destino turístico del mundo. Se espera que alcance los 500 millones de turistas internacionales para el año 2030.
El turismo, como promotor del crecimiento económico, es una opción a la hora de generar fondos para mantener las ciudades con sus funciones básicas e incluso la sostenibilidad de muchos países. Pero la saturación de ese turismo en grandes cantidades implica, también llamado sobreturismo, limita y deterioros la calidad de vida para sus habitantes.
La Acrópolis, el sitio arqueológico más visitado de Atenas, sufre los problemas de la conglomeración de turistas. Desde septiembre de 2023, el ministerio de cultura redujo el número máximo de visitantes diarios de 23.000 a 20.000. También estableció el acceso organizado en franjas horarias para controlar el tráfico dentro de la Acrópolis. Todo ello para frenar el deterioro que estaban causando en el monumento patrimonio de la Humanidad.
Otra medida y tal vez la que más críticas ha despertado es la organización de visitas exclusivas. Se realizan en horas en las que el monumento está cerrado al público general y en las que un máximo de 5 personas. Previo pago de 5.000 euros, podrán disfrutar de la Acrópolis sin gente.
Las islas más populares de Grecia, como Santorini y Mykonos, también se llenan de gente. Una tendencia que seguramente continuará, ya que el atractivo de ese país entre los viajeros no muestra signos de desvanecerse.
Barcelona: ¡Váyanse a casa!
Barcelona fue una de las primeras ciudades europeas en prohibir la construcción de nuevos hoteles en el centro de la ciudad y restringir el alquiler de habitaciones a corto plazo. Como en otros lugares de gran afluencia, la ciudad ha intensificado las medidas para frenar el problema.
En octubre del año pasado, la capital de la comunidad autónoma de Cataluña, cerró su terminal portuaria del norte al tráfico de cruceros. Tras un acuerdo con las autoridades locales para alejar los barcos de la ciudad. Una medida que afectará a unos 340 atraques anuales de cruceros, según las autoridades portuarias.
A partir del 1 de abril de 2024, los turistas (incluidos los de cruceros) tienen que pagar un “recargo urbano” más elevado, de 3,25 euros, frente a los 2,75 euros de 2023. Pero para algunos barceloneses aún queda mucho por hacer.
A lo largo del año han aparecido pancartas, eslóganes y grafitis en las fachadas de los edificios en los que se insta a los turistas a “irse a casa”, una muestra de la frustración de los residentes por las multitudes.
Barcelona intentará mitigar los efectos de la saturación turística. En los próximos tres años, el Ayuntamiento destinará 44 millones de euros para ejecutar una serie de medidas en 16 áreas de la ciudad bautizadas como «Espacios de Gran Afluencia» (EGA). En especial en la Sagrada Família, la Boqueria y el Park Güell.
Ámsterdam es otro de los lugares preferidos por un tipo de personas. Este caso es diferente. Los responsables de turismo en los Países Bajos han repudiado a un grupo de jóvenes británicos y los han calificado como “turistas molestos”. No son bienvenidos en la capital neerlandesa.
Control a los excesos
La decisión de las autoridades se dirigía específicamente a los jóvenes británicos, diciéndoles que “se mantuvieran alejados” si tenían planes de “desenfrenarse” en Ámsterdam.
Las búsquedas en línea en el Reino Unido de términos como “pub crawl Ámsterdam”, “despedida de soltero Ámsterdam” u “hotel barato Ámsterdam” generaron un anuncio en video en el que se advertía de las consecuencias de pasarse de copas, consumir drogas o comportarse de forma demasiado alborotada.
En París, la Ciudad de la Luz, es una de las favoritas de los viajeros amantes de la moda y la cultura. Durante este año ha atraído una nueva oleada de visitantes. En parte gracias a la enorme popularidad de la serie de Netflix “Emily in Paris” y a los Juegos Olímpicos de Verano de 2024.
Las principales atracciones, como la Torre Eiffel, rebosan de turistas, especialmente en las temporadas altas de primavera y verano. En junio de 2022, el Museo del Louvre anunció que limitaría el número de visitantes diarios a 30.000 personas. La ministra de Turismo, Olivia Grégoire, anunció varias medidas para combatir la saturación del turismo. Entre ellas solicitar la colaboración de influencers de viajes para ayudar a difundir los problemas causados por el turismo masivo.
Al otro lado, en Miami, la situación es similar. Algunos habitantes de la zona están denunciando el impacto de las multitudes desenfrenadas y descontroladas en las zonas residenciales y barrios.
Citando los problemas de exceso de turismo que asolan ciudades como Ámsterdam, Venecia y París, Florida instó a Miami a poner en marcha iniciativas parecidas a las de esos destinos. Incluidas restricciones al consumo de alcohol y la contención del ruido en la ciudad. Cifras de 2022 reportan 26,5 millones de visitantes y un gasto estimado de US$ 20.800 millones.
¿Luz al final del túnel?
Los residentes se sienten inhabilitados en su propia comunidad ante el turismo excesivo que copa todos los espacios. Pero, una buena noticia, cada vez más viajeros parecen ser conscientes de los riesgos del turismo de saturación y de cómo pueden ayudar a paliar el problema. En una encuesta realizada por la web de reservas de viajes Booking.com, el 64% de los encuestados afirmaron que estarían dispuestos a mantenerse alejados de los lugares turísticos más concurridos para evitar aglomeraciones. El 31% dijo que incluso estaría dispuesto a elegir una alternativa a su destino preferido para ayudar a evitar la saturación.
Además, desde la segunda mitad del siglo XX, ha habido una creciente apreciación y comprensión de los asentamientos urbanos históricos. Y un deseo de conservación basada en áreas. A través de organizaciones internacionales, incluidas la UNESCO, ICOMOS y el Consejo de Europa, la apreciación del patrimonio cultural ha crecido como un vínculo importante en la vida y el desarrollo urbanos.
Algunos sitios fueron clasificados mediante un análisis de criterios multifacético para obtener el estatus de protección de la UNESCO. Y así preservar no solo los elementos físicos sino también las tradiciones, el medio ambiente y otras características. Es un desafío preservar el valioso patrimonio y al mismo tiempo permitir la vida moderna.