La salud del cerebro se decide antes y después de nacer. Es el órgano más importante del cuerpo humano y comienza a desarrollarse desde el primer momento de la gestación. Por ello, es importante que la madre lleve un embarazo tranquilo y sin estrés.
En estos tiempos de confinamiento por la pandemia del coronavirus, los niveles de estrés se han incrementado y el cerebro es el más perjudicado. La ansiedad y la depresión aumentan a medida que el virus sigue en el entorno.
Sufrir de estrés intenso durante el embarazo genera niveles elevados de cortisol, hormona de respuesta al estrés, porque puede atravesar la placenta y llegar al bebé. En palabras sencillas: una madre estresada dará a luz a un bebé con poca tolerancia al estrés.
Cómo actúa el cerebro
El centro de operaciones del cerebro es el hipocampo y, quizás, resulta el más afectado por la tensión constante. Una investigación realizada por los científicos del Centro Nacional de Ciencias Biológicas de Bangalore, en la India, y el laboratorio O’Mara en el Trinity College, de Irlanda, aseguran que no recordar dónde hemos puesto las llaves o qué comimos el día anterior es producto del estrés.
Otros estudios muestran que los hijos de mujeres que han padecido un estrés muy fuerte en la gestación tienen una mayor reactividad al estrés. Sobre todo, algunas pruebas que aplican a los recién nacidos: la punción del talón, la administración de vacunas, el baño o cuando ya están mayores con la separación de los padres.
También han identificado cambios vinculados al estrés materno en la sangre de cordón umbilical y en otras muestras celulares en lactantes y niños mayores. Además, en estudios de resonancia magnética realizados a los bebés queda demostrado que el estrés y la ansiedad durante la gestación modifican de manera estructural el cerebro fetal.
Otras modificaciones observadas son la disminución del hipocampo y de la materia gris de la corteza prefrontal, que se encarga de la toma de decisiones.
Después de nacer: estrés versus coronavirus
Con la aparición del coronavirus en Wuhan, China, en los que más de 210 países y territorios están contagiados por el virus, los casos de estrés han aumentado.
Los largos meses de confinamiento han traído como consecuencia situaciones de incertidumbre y miedo. La neurocientífica Sonia Villapol explica en su página web que en una parte pequeña del cerebro se activan mecanismos a la sensación de amenaza. Estas transmiten un mensaje al hipotálamo, se activa la glándula adrenal y la cascada bioquímica de señales del cerebro. Esto genera la producción de cortisol, aumenta el azúcar en la sangre y la presión arterial.
Entre las recomendaciones que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el manejo del estrés en estos tiempos de pandemia, se encuentran:
- Asegurarse de recibir la información correcta. Es importante mantenerse informado, pero es más importante purificar la información y buscar las fuentes más fiables. Las mentes humanas son buenas para predecir lo peor. Pero obsesionarse con el bombardeo de información puede generar estrés innecesario, por lo que hay que tener cuidado con lo que se lee.
- Tener largos períodos lejos de las páginas web de noticias y las redes sociales ayuda a controlar la ansiedad.
- No olvidarse de la propia salud. Comer bien, hacer ejercicio en la medida de lo posible, beber mucha agua y dormir bien. Así se ayuda a controlar el estrés y a estar preparados para los desafíos que vengan en las próximas semanas.
- Escuchar música trae enormes beneficios y estos pueden incidir directamente en nuestro estado de ánimo.
- Dominar el miedo y la ansiedad con actividades que relajan. Ejercicios de respiración profunda y momentos de calma ayudan. Concentrarse en lo que realmente se puede controlar.
- Aprovechar el tiempo que se está en casa. El distanciamiento social puede ser un gran inconveniente, pero es posible que se pueda ver como una oportunidad para leer, hablar por teléfono con gente o pasar más tiempo con la familia.
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