Serhiy Zhadan está en el frente de batalla en Ucrania. Con su poesía y su música lleva años librando su propia guerra contra el invasor ruso
La indiferencia no parece tener cabida en la Ucrania que lucha contra la invasión rusa. Son innumerables los casos de ciudadanos ajenos al mundo militar que han dado su vida en el frente de batalla. El poeta y músico Serhiy Zhadan es uno de esos tantos que decidió tomar las armas para defender su patria, mientras su mensaje sigue resonando entre quienes buscan consuelo en sus letras y su música.
A principios de este año el ejército atravesaba una crisis para el reclutamiento de soldados en medio de crecientes pérdidas en el campo de batalla. Zhadan dio un paso adelante y se alistó. Aunque de una u otra manera siempre ha estado en primera fila del conflicto. Su obra escrita -poesía y prosa- abarca más de tres décadas y narra su propia evolución y la de su generación en una crisis que data de la época de la Unión Soviética.
Ha dado voz a la gente de las provincias fronterizas del Donbás, que ahora están en gran parte ocupadas por Rusia. También con su música ayuda a recoger recursos para la defensa del país. Activista a favor de la autodeterminación de Ucrania desde sus años de estudiante, tuvo una fuerte presencia durante las protestas contra el gobierno de Viktor Yanukovych en 2013. Desde ese momento se convirtió en uno de los poetas más conocidos y admirados del país.
En 1991, con solo 17 años, irrumpió en la escena literaria. Fue el año en que Ucrania se independizó. Adelantándose a su tiempo, fue el primero en explorar el simbolismo de perder el país, la Unión Soviética, en el que había crecido.
Describir la guerra
En sus novelas, ensayos, poemas y letras, Zhadan ha reflexionado sobre la invasión inicial de Rusia al este de Ucrania en 2014. Ha descrito cómo la guerra en curso ha destruido las vidas de las personas en la región. Con tono poético, pero radical presenta a un pueblo que desafía la violencia y se esfuerza por llevar una vida independiente en paz y con libertad.
«Un hombre no puede vivir solo con la guerra», dijo Zhadan en Kharkiv, ciudad donde reside cerca de la frontera con Rusia. «Es muy importante escuchar una palabra, poder cantar, poder expresar una determinada emoción», manifestó.
El novelista nació en 1974 en Starobilsk, Luhansk, en la antigua República Soviética de Ucrania. Ambienta casi todas sus historias en Kharkiv y el este de Ucrania. Aunque creció en un entorno predominantemente de habla rusa, escribe en ucraniano.
En 2004 se publicó su primera novela, Depeche Mode, en la que esboza la agitación de la era postsoviética en su tierra natal. Pero su consagración de Zhadan llegó con Voroshilovgrado (2010), la más cruda descripción de la región de Ucrania Donbás. En 2014 recibió el premio Libro de la Década de la BBC. Después de haber estado involucrado en las protestas proeuropeas de Maidan de 2013, en otra de sus novela, El orfanato, reflexiona sobre la guerra posterior a 2014 en el Donbás.
En el texto cuenta la historia de un maestro que debe negociar una zona de guerra para recoger a su nieto de la escuela con una alegoría de una zona fronteriza apocalíptica de Ucrania, siempre bajo la amenaza de la agresión rusa.
En varios frentes de guerra
Además de escribir, Zhadan ha traducido poemas de Paul Celan y Charles Bukoëski al ucraniano. También hace letras de canciones y canta para bandas de rock. Su banda realizó una gira por la zona de guerra y tocó para los soldados después de que Rusia invadió Crimea y Donbás en 2014.
También ayudó a organizar la ayuda humanitaria para las personas afectadas. Cuando puede sigue con su labor de rescatar a personas de barrios devastados por la guerra, distribuir suministros de socorro y organizar conciertos en la asolada Járkov. A menudo habla de la importancia de la victoria para Ucrania.
«La pérdida de ucranianos significa que la mayoría de nosotros simplemente dejaremos de existir», afirmó. Aunque sus escritos son conocidos por sus elementos surrealistas y su tono irónico, su experiencia en zonas de guerra impregnó sus escritos de precisión periodística y documental.
Música para la resistencia
Zhadan es una de las figuras literarias contemporáneas más importantes de Ucrania. Puede llenar un pabellón deportivo o un teatro de Kiev para recitar poesía, como hizo en algunas ocasiones este verano, o para deleitar con su banda de rock a los asistentes al festival de música Atlas, el más grande de Ucrania, en julio. Las ganancias de sus actuaciones se destinan a comprar suministros médicos y otros equipos para los soldados.
Este año el festival movió una fibra diferente. Atrás quedaron los artistas internacionales, los enormes escenarios y los cientos de miles de visitantes. Los artistas locales más queridos del país fueron los que dieron la cara ante una multitud reducida, pero entusiasta. El estacionamiento de un centro comercial fue la única opción para el espectáculo, pues cuenta con un refugio lo suficientemente grande como para resguardar a los 25.000 asistentes en caso de un ataque aéreo.
Los jóvenes dejaron por un momento las preocupaciones. Bailaron y cantaron con Zhadan codeándose con comandantes del ejército de Ucrania. Las interpretaciones de los músicos tenían letras llenas de orgullo nacional. La música era el objetivo principal, pero también lo era romper la ilusión de que la capital es invulnerable a las sangrientas batallas a cientos de kilómetros de distancia.
Dentro de una burbuja
En cada rincón del festival de música, que se celebraba por primera vez desde la invasión a gran escala del país, el público se enfrentó a la realidad ineludible de que el país está atrapado en una sangrienta guerra de desgaste. Los organizadores del festival esperaban recaudar 2,2 millones de dólares para ayudar a los soldados a comprar suministros para el frente.
Aunque la guerra se acerca al tercer año, estar en Kiev es como encontrarse en una burbuja. Si bien los soldados ucranianos mueren y resultan heridos todos los días en el este, la capital contrasta con sus concurridos bares y clubes. El festival concluyó con la actuación muy esperada de Zhadan and Dogs: “Es solo un pequeño descanso, una oportunidad para tomar un respiro”, dijo en referencia a que debía volver al frente de batalla con el ejército de Ucrania.
“Las cosas más importantes están sucediendo allí, en la primera línea”, acotó. En el escenario, interpretó una de sus canciones más queridas “Malvi”. La multitud coreó, palabra por palabra: “Pero qué puedes hacer con mi sangre caliente”; “¿quién vendrá por nosotros?”.
Motivar a los jóvenes
De vez en cuando, Kiev se encuentra cara a cara con la guerra. Hace un tiempo, misiles rusos destruyeron un hospital infantil y una clínica privada, en uno de los ataques más mortíferos desde la invasión a gran escala. Los residentes han lidiado con cortes de energía causados por la destrucción selectiva de la generación de energía por parte del ejército ruso en plena ola de calor del verano.
En el sótano del estacionamiento donde se realizó el concierto, unidades militares ofrecían juegos interactivos para atraer donaciones y posibles reclutas. Los visitantes tenían la oportunidad de mejorar su puntería con un juego en el que se le disparaba a soldados de infantería virtuales en sombras. En otra lugar, médicos ofrecían capacitación médica de emergencia.
Viktoriia Khalis, de 18 años, estaba emocionada de estar nuevamente en el festival. La diferencia es marcada, expresó. “Desafortunadamente, ahora el festival está relacionado con las donaciones”, indicó. Sin embargo, dijo sentirse más conectada con su Ucrania natal. “Siento que todo este público está relacionado conmigo. Siento unidad”. Solo tenía miedo de que hubiera otro ataque aéreo ruso.
Además de Zhadan se presentó Nadiia Dorofeeva, una de las cantantes más famosas de Ucrania. La artista considera que cada concierto es diferente. “Antes, cuando entraba a un escenario sólo pensaba en si me veía bien, cantaba bien y si la gente conseguía lo que venía. Pero ahora, sueño con no tener alarmas aéreas, estoy viendo cómo la gente llora en mis conciertos”, expresó.
Un ejemplo a regañadientes
Aunque Zhadan dijo que no tenía intención de dar ejemplo, su decisión de unirse al ejército resonó en muchas personas. Ha sido valioso el impulso moral y la publicidad que su presencia ha aportado.
Pero sus comandantes y amigos de la Brigada de la Guardia Nacional de Khartia son conscientes de la responsabilidad de mantener a salvo a un icono nacional. No es para menos, pues un bloguero de guerra ruso ha anunciado que se ofrecerá un precio de 5.000 dólares por su cabeza.
En su trabajo literario, ha buscado un significado para lo que él llama la última generación soviética, gente como él que creció en la Unión Soviética y alcanzó la mayoría de edad cuando Ucrania obtuvo su independencia, participó en años de manifestaciones y protestas por la democracia y ahora está luchando en una guerra. Sus conciertos de rock con su grupo le han proporcionado una popularidad adicional, sobre todo entre los jóvenes.
Con algo de clarividencia, los poemas de Zhadan hablaban sobre la guerra que se avecinaba en la región dos años antes de que Rusia comenzara su interferencia militar para anexar la península de Crimea y organizara una rebelión separatista en el este de Ucrania.
En una oportunidad dijo que tenía amigos que vivían bajo la ocupación rusa y que quedaron atrapados y no pudieron salir. Algunos fueron detenidos, otros fueron asesinados y sus bienes confiscados, e incluso un compañero de clase terminó luchando y muriendo en el lado ruso. “Me parece que hoy no hay escritores ni no escritores, músicos ni no músicos, hay ciudadanos de Ucrania que se sienten responsables de su país. El ejército nos iguala a todos”, sintetizó en un mensaje el sentir de muchos ucranianos.