Ha surgido un nuevo impasse la Unión Europea por el manejo de la crisis del coronavirus, y tiene como protagonista a Pablo Iglesias. La polémica se produjo por las negociaciones para establecer la renta mínima vital a nivel del bloque.
En concreto, existen fuertes discrepancias por la propuesta del vicepresidente segundo de Derechos Sociales, quien actúa como negociador por España. En la iniciativa le acompañan Ana Mendes (Portugal) y Nunzia Catalfo (Italia).
Pablo Iglesias ha sido particularmente crítico con la Unión Europea, y advirtió, al defender su propuesta, que el bloque no sobreviviría si no muestra solidaridad con los países más afectados por el coronavirus.
Una propuesta inviable
El líder de Podemos ha pedido al bloque que garantice un ingreso mínimo para todos sus 450 millones de ciudadanos. Ha advertido que «la UE de los recortes, de los planes de austeridad, de la falta de solidaridad del norte con respecto al sur, no va a sobrevivir».
Sus fuertes declaraciones, concedidas al periódico británico Financial Times, auguraban que las ideologías de Tony Blair y Margaret Thatcher «estaban muertas y enterradas».
La propuesta ha sido calificada de «inviable» por Bruselas. Entre otras razones, porque las cantidades contempladas en su máximo superarían el Salario Mínimo Interprofesional de 950 euros. Esto podría provocar agravios comparativos con los trabajadores que perciben ese monto.
La propuesta conjunta de España, Portugal e Italia establece una garantía destinada a proporcionar pagos adicionales, para que todos accedan a un cierto nivel de ingresos. Según Iglesias, este esquema aseguraría que los más pobres de la sociedad puedan percibir una cantidad fija cada mes.
La Comisión Europea determinaría qué ingreso mínimo se aplicaría a cada uno de los estados miembros del bloque, dependiendo de factores como el producto interno bruto y los salarios promedio.
Esta iniciativa no especifica si los complementos provendrían de fondos de la UE, presupuestos nacionales o una combinación de ambos. España, que espera un desempleo del 19% este año, se destacaría como un posible beneficiario. Por esta razón, cualquier sugerencia de transferencias entre países del bloque podría agitar aún más el debate europeo.
España, Italia y Francia
Las discrepancias con la Unión Europea residen en la cuantía que proponen Pablo Iglesias, Ana Mendes y Nunzia Catalfo. La iniciativa consiste en establecer una prestación por tramos. Esta partiría de un mínimo de 462 euros mensuales. Subiría por escalas según el tipo de unidad familiar, el número de hijos, miembros dependientes y gastos demostrables. El máximo sería de 1.015 euros al mes.
En el mínimo, el importe anual supondría 5.544 millones de euros al año. En el máximo, superaría los 12.000 millones.
España está llevando a cabo una campaña para una cumbre de la UE el próximo mes para acordar un fondo de recuperación posterior a la pandemia de unos 1.500 millones de euros. Los recursos se desembolsarán a través de subvenciones, no préstamos.
Cuenta con el apoyo de Francia e Italia. Pero tendrá que superar las profundas reservas de los estados del norte, especialmente los Países Bajos y Alemania.
Discrepancias crecientes
Las diferencias habrían llegado a tal punto, que se ha especulado que la Unión Europea había pedido al Gobierno de España que retire a Pablo Iglesias como interlocutor. El portal Confidencial Digital aseguró que el bloque propone que sea José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, quien represente a Madrid en esas negociaciones.
El medio aseguró que Iglesias se niega a retirar su propuesta. Con ella busca acercarse a la ayuda de 1.200 euros al mes, que ha venido prometiendo para su renta mínima.
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