Protegerse de la COVID-19 demanda seguir varias reglas prácticas. Confinamiento, distanciamiento social, lavado de manos, uso de alcohol, guantes. Pero de entre todas estas medidas, una de las más difundidas y llamativas es el uso de mascarillas. Esta situación ha colocado sobre el tapete el tema de su efectividad. Y unas velas nos puede ayudar a ponerlas a prueba.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que no todas las mascarillas son iguales. Y por esto mismo, no todas brindan la misma protección. Unas son más efectivas para protegernos que otras. Pero, ¿cómo saber la diferencia?
El material con el que están hechas, la forma en la que nos las colocamos (o como nos las retiramos). Todo esto influye. Entonces, escoger la correcta puede ser complicado. Pero un especialista se ha tomado la tarea de facilitarnos el trabajo y ayudarnos así a estar más protegidos.
Simon Kolstoe, profesor titular de Atención a la Salud de la Universidad de Portsmouth, en el Reino Unido, escribió sobre este tema en un artículo para The Conversation, una red de medios sin fines de lucro.
Efectividad, ¿y eso qué es?
Kolstoe explica que lo primero es entender a qué nos referirmos al hablar de efectividad. Las partículas de coronavirus son de aproximadamente 0,08 micrómetros. Los tejidos dentro de una cubierta de tela típica tienen espacios aproximadamente 1.000 veces más grandes (entre 1 y 0,1 milímetros). Por lo tanto, «efectividad» no significa atrapar de manera confiable el virus.
En cambio, al igual que al taparnos la boca cuando tosemos, el objetivo de usar cobertores de tela es reducir la distancia que la respiración se separa de nuestro cuerpo. La idea es que si se tiene COVID-19, depositar cualquier virus que pueda exhalar uno mismo o cerca (dentro de un metro) es mucho mejor que soplarlo sobre otras personas o superficies.
Por lo tanto, una cobertura efectiva de la cara no está destinada a evitar que el usuario contraiga el virus. Su propósito es reducir la posibilidad de que contagie a otros.
Si lo vemos desde una perspectiva personal, podríamos querer protegernos. Para ello deberíamos usar equipos de protección individual EPP especialmente diseñados, como máscaras FFP2 (también conocidas como N95), que sirven para filtrar el 94 por ciento de las partículas del aire, según las normas europeas EN 143 y EN 149. Pero al hacerlo «corremos el riesgo de crear escasez de máscaras y potencialmente poner en riesgo a los trabajadores de la salud».
En cambio, si deseamos evitar contraer el virus, lo más efectivo es no acudir a lugares concurridos, quedarse idealmente en casa, no tocarse la cara y lavarse las manos con frecuencia.
La prueba del vapeo
Si la efectividad de las cubiertas faciales significa evitar que nuestra respiración viaje demasiado lejos de nuestros cuerpos, ¿cómo haríamos para comparar diferentes diseños o materiales?
Quizás la forma más fácil, como lo demuestran varias imágenes o videos cada vez más compartidos en las redes sociales, es encontrar a alguien que «vapee» y filme su respiración mientras usa una máscara para cubrirse la cara. Una mirada a esa imagen disipa cualquier sugerencia de que estas cubiertas faciales eviten que se nos escape la respiración.
En cambio, estas imágenes muestran que nuestra respiración se dirige sobre la parte superior de la cabeza, hacia el pecho y detrás de nosotros. La respiración también es dispersa, lo que significa que aunque se extiende, no llega lejos.
En comparación, si observamos una imagen de alguien que no usa una cubierta para la cara, veremos que la exhalación se realiza principalmente hacia adelante y hacia abajo, pero a una distancia significativamente mayor que con la mascarilla.
La prueba de las velas
Otra opción es la llamada prueba de las velas. También es muy sencilla. Sirve para mostrarnos instantáneamente si nuestra cobertura facial es efectiva o si necesitamos cambiar a algo con más protección.
Para hacer la prueba de las velas en casa, todo lo que se necesita es una vela encendida y las mascarillas o cubiertas faciales.
Lo que debemos hacer es tratar de apagar la vela mientras usamos la mascarilla. La que más nos dificulte extinguir la llama «probablemente proporcionará la mejor barrera para proyectar el virus hacia adelante y a través de la cubierta de la cara», dice Kolstoe.
Si podemos apagar la llama, entonces nuestra mascarilla no proporciona suficiente protección contra la propagación de gérmenes a través de la respiración, y debería considerar invertir en una cubierta con más capas. Cuantas más capas tenga una cubierta facial, más protección ofrecerá.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aconsejado que, idealmente, las personas usen una máscara de tres capas, ya que se considera que es más efectiva que las máscaras de doble capa o de una sola capa. Algunos gobierno recomiendan al menos dos capas.
Proteger a los demás
El científico estadounidense Bill Nye (quizás lo recuerde de algunos episodios de The Big Bang Theory) demostró el experimento de la prueba de la velas en su cuenta de TikTok cuando la conversación sobre las máscaras faciales en Estados Unidos apenas comenzaba.
En el video, Nye se muestra sosteniendo una máscara facial N95 contra su nariz y boca, intentando apagar una vela, con el aire apenas moviendo la llama.
“La razón por la que queremos que uses una máscara es para protegerte, claro. Pero la razón principal por la que queremos que uses una máscara es para protegerme de ti y que las partículas del interior de tu sistema respiratorio entren en mi sistema respiratorio», explica.
«Todos, esto es literalmente una cuestión de vida o muerte, y cuando uso la palabra literalmente, quiero decir literalmente, es una cuestión de vida o muerte. Entonces, cuando estés en público, por favor, usa una máscara«.
Otros consejos útiles
Joy Pieper, profesora asistente de Enfermería, en la Universidad de Purdue, en West Lafayette, Indiana, Estados Unidos, publica algunos consejos útiles para protegernos y proteger a los demás de la COVID-19.
En The Conversation, Pieper resumió estas estrategias de la siguiente forma:
- No todas las máscaras son iguales Las máscaras de tela se consideran apropiadas para uso general en público. No recomendable una máscara con una válvula. Aunque el usuario respira aire filtrado, el aire no filtrado se expulsa al exhalar. Esto niega la protección para los demás.
- Lavar, lavar y lavar nuestras manos. Antes de ponerse la máscara, lávese las manos. Cada vez que entre en contacto con su cara, hágalo con las manos limpias. Después de quitarse la máscara, lávese las manos nuevamente.
- La máscara debe quedar cómodamente ajustada, cubriendo siempre la nariz y la boca, y asegurada debajo de la barbilla. Cubrir solo la boca es inútil.
- Cuando llegue el momento de quitársela, limpie sus manos y agarre los lazos o las orejeras para quitar la mascarilla de su cara. Doble la mascarilla sobre sí misma para que las esquinas exteriores estén juntas. No se ponga la máscara en la frente como una diadema, ni alrededor del cuello como una bufanda. Coloque la máscara en un recipiente para lavar. Y luego lávese las manos.
- Lave la máscara con otra ropa usando su detergente habitual. Si está usando una lavadora, use el agua más cálida que sea segura para el tipo de tela utilizada para hacer la máscara.
- Para el secado, es lo mismo: use la temperatura más alta posible para la tela. Luego permita que se seque por completo antes de usarla nuevamente.
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