El coste del daño climático causado por la producción de carne orgánica es tan alto como el que se genera con el método convencional. Investigadores de la Universidad Técnica de Munich, la Universidad de Greifswald y la Universidad de Augsburg han descubierto que ambos procesos producen aproximadamente las mismas cantidades de gases de efecto invernadero.
La nueva investigación estimó las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes de diferentes alimentos. Calculó cuánto tendrían que subir sus precios para cubrir el daño que causan al alimentar la emergencia climática.
El estudio encontró que para la carne de res y el cordero, la producción orgánica y convencional resultó en costos climáticos similares. El pollo orgánico fue un poco peor para el clima y el cerdo orgánico un poco mejor que sus contrapartes convencionales.
La carne es un gran generador de emisiones
Las emisiones del ganado convencional provienen del estiércol y, en el caso de las vacas y ovejas, del metano que generan. El grano con el que se alimentan también puede resultar en altas emisiones. Especialmente si está asociado con la deforestación, como en América del Sur.
El ganado orgánico no se alimenta con forraje importado y, a menudo, lo hace con pasto. Pero esto significa que producen menos carne y crecen más lentamente. Por esta razón, pasan más tiempo emitiendo gases de efecto invernadero antes del sacrificio. Las plantas cultivadas orgánicamente tienen la mitad de los costes climáticos de los productos convencionales, ya que no dependen de fertilizantes químicos. Pero todas las plantas tienen emisiones mucho más bajas que los productos animales.
Prueba no superada
En el artículo publicado en la revista Nature Communications, Maximilian Pieper, Amelie Michalke y Tobias Gaugler describen su estudio sobre el impacto de la producción mundial de alimentos en el cambio climático y comparten los hallazgos.
La investigación analizó la producción de alimentos en Alemania, pero los científicos dijeron que los resultados serían similares en cualquier país de la UE. Solo consideró el ganado criado en territorio germano, aunque tuvo en cuenta las emisiones de piensos importados, como la soja.
El estudio utilizó la estimación del Gobierno alemán de los costes del daño climático (180 euros por tonelada de CO2) un cálculo que se basa en el trabajo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. El precio en la explotación agrícola de la carne de vacuno tendría que incrementarse en más de 6 euros por kilogramo para cubrir los costes climáticos. Sería alrededor de 3 euros más por kilo, en el caso del pollo.
Un cambio de mentalidad
Los investigadores dijeron que el análisis mostró una necesidad urgente de políticas, como los impuestos a la carne, que ayuden a garantizar que los precios de los alimentos reflejen sus costes reales. Los científicos dicen que sería lo más justo, que quienes consumen dietas que dañan el clima pagarían por su contaminación. Así los costes del aumento de tormentas, inundaciones y sequías no los asumirían todos los miembros de la sociedad como ocurre hoy.
Dijeron que los ingresos recaudados deberían utilizarse para ayudar a las familias más pobres a gestionar los aumentos de precios e incentivar a los agricultores a ser más respetuosos con el medio ambiente.
La investigación también calculó los aumentos requeridos en los precios pagados a los agricultores para cubrir los costes climáticos. Conllevaría un incremento de alrededor del 40% en los precios de tienda de la carne convencional.
El aumento de precio de la carne orgánica sería de alrededor del 25%, porque es más caro para empezar. La leche convencional aumentaría en aproximadamente un tercio para los compradores. La leche orgánica en un quinto, pero el precio de los alimentos vegetales apenas cambiaría.
Un hallazgo decepcionante
«Esperábamos que la agricultura orgánica obtuviera mejores resultados para los productos de origen animal. Pero, en cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, en realidad no hace mucha diferencia. Pero en otros aspectos, lo orgánico es ciertamente mejor que la agricultura convencional», dijo Maximilian Pieper, de la Universidad Técnica de Munich, quien dirigió la investigación.
El uso excesivo de fertilizantes químicos y el mal manejo del estiércol causan contaminación del aire y del agua. Mientras que los pesticidas dañan la vida silvestre.
Amelie Michalke, de la Universidad de Greifswald y parte del equipo de estudio, dijo que «los precios mienten. Los costes climáticos están aumentando y todos estamos pagando estos costes. No se aplican adecuadamente a los productos más contaminantes».
Un problema creciente
“Los costes del daño climático para la carne son especialmente alarmantes si se les compara con las otras categorías. Los aumentos de precios requeridos son 10 veces más altos que los de los productos lácteos. Y son 68 veces más altos que los de los productos vegetales”, dijo Pieper.
“La gran diferencia es que cuando tienes un campo de plantas y las comes directamente, ese es el final de las emisiones, básicamente. Pero para la carne de res, por ejemplo, se necesitan 42 kg de alimento para producir 1 kg de carne. Esta enorme ineficiencia explica la brecha», dijo.
Incluso la carne de menor impacto, la carne de cerdo orgánica, es responsable de 8 veces más costes climáticos que las plantas de mayor impacto, las semillas oleaginosas convencionales. A diferencia de otras carnes, la de cerdo orgánica tiene costes climáticos más bajos que la carne de cerdo convencional. Esto se debe a que esta última se alimenta con más alimentos importados que otros animales. Por lo tanto, es responsable de más deforestación, destaca el estudio.
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