Por Rogelio Biazzi
La primera acepción de la palabra ditirambo nos remonta a las composiciones poéticas que en la antigua Grecia se escribían en honor de Dionisos. Un significado más genérico amplía el concepto a una oda “de arrebatado entusiasmo, escrita generalmente en variedad de metros”. El otro día, pensando en Pedro Sánchez, el PSOE y la campaña electoral, sí, lo siento, así me castigo a veces en mis ratos libres, me saltó automáticamente la idea de ditirambo.
Arrebatado entusiasmo
Qué otra cosa sino una oda, es decir, una continua alabanza, es el perpetuo retintín que sale de la Moncloa o de cualquier palacio ministerial. Además, esta oda destaca por su arrebatado entusiasmo, no hay más que ver, como un ejemplo de ello, a las ministras y la primera dama dando saltitos y cantando cual cheerleaders del 8M.
Y este ditirambo, además, es una obra escrita en variedad de metros, metros de BOE. Qué cómodo tener editorial propia en tu poder, para publicar tus creaciones poéticas, no en forma de soneto, ya que suelen tener más de catorce versos, sino en forma de decretos con cuartetos y tercetos de artículos.
La poesía de Sánchez
Hay quienes dicen que Sánchez es un fraude porque todo lo que publica no es obra suya, pero yo afirmo lo contrario. Viernes sí y viernes también, hace tiempo que viene publicando versos de su puño y letra que luego edita el Consejo de Ministros.
La poesía de Sánchez es mala, la verdad, pero no hay que dejar de destacar la técnica que emplea en sus viernes sociales. Igual utiliza un verso lírico que expresa sentimientos y emociones profundas, la igualdad real entre hombres y mujeres por decreto, como un verso épico, la exhumación de Franco, un verso narrativo, la subida del SMI como relato post verdad de la lucha de clases, un verso dramático, la recuperación de la sanidad universal, o versos sueltos, como la regulación de alquileres o la presidencia de RTVE.
Uso poético
Lo malo es que estos versos responden más que al uso poético, al uso del término verso que, en mi país, hace referencia a algo que es falso o es mentira.
Me gusta mucho la poesía y sigo con interés las tertulias literarias, las pocas que hay, que salen en las radios. Hace unos días, preguntado por el estilo poético de Sánchez, el afamado poeta y crítico literario Víctor Almotásim, decía que obviamente al poeta de los viernes, este es el apodo con el que se conoce a Sánchez en los círculos literarios, habría que ligarlo a un poeta español del Siglo de Oro.
¿Por qué? preguntó otro tertuliano. Almotásim dijo que, en su opinión, Sánchez destila hispanidad por todos sus poros y además explicó, haciendo gala de un juego de palabras bastante poco claro, que él se cree portador de un aura extrema, relacionado con lo áureo y por tanto con el oro.
Góngora
Esto me volvió a disparar la asociación con el ditirambo, que se solía componer en alabanza del dios de los placeres sensuales en la mitología griega. ¿Y qué poeta en concreto le recuerda a Sánchez? insistió otro tertuliano. Seguramente a Góngora, que además de ser muy marrullero y pelearse con Quevedo y otros, era muy aficionado a los viajes y realizó numerosas travesías pagadas por Felipe II en diversas comisiones de su cabildo.
Mientras escuchaba el programa se dibujaba en mi cabeza una paráfrasis sanchista de algún verso de Góngora: “Traten otros del gobierno del mundo y sus dictadores, mientras gobiernan mis días los conciertos y las galas, mientras preparan el Falcon para mi viaje siguiente. Ande yo caliente y ríase la gente”
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