La crisis del agua, que han alertado organismos internacionales, ambientalistas y ecologistas, está a las puertas de una escalada indetenible, si no se pasa de la conciencia a la acción. Esta contingencia, que podría poner en jaque a nuestro planeta, llegó a la pantalla.
Netflix, que se ha convertido en referente del mundo del entretenimiento, abordó la escasez de agua y el estrés hídrico que padecen muchos países. “En pocas palabras” es un seriado de documentales que, en pocos minutos, toca variados temas de interés de las grandes sociedades. Entre ellos, las razones, la situación actual y las consecuencias de la carencia de agua en el planeta.
Aunque más del 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, solo el 2,5% no es salada. De esa cantidad, el 0,5% se encuentra en depósitos subterráneos y el 0,01% en ríos y lagos. Este limitado recurso se ve aún más restringido, con la explotación desmedida de las fuentes. Además de la contaminación, mal uso y desperdicio, causados por la utilización de sistemas de distribución inadecuados e ineficientes. De esta pequeña cantidad de agua dulce, la mayor parte está concentrada en los glaciares (69%), y el 30% restante en acuíferos subterráneos, en ambos casos resulta de difícil acceso.
Además, solo la población tiene acceso al 1% del agua dulce que hay y en ríos y lagos. Y, aun así, una parte es apta para el consumo humano si tomamos en cuenta que más de la mitad de los ríos están contaminados.
Tan apremiante circunstancia llamó la atención de los productores. El argumento del documental se centra en qué medidas tomar para racionalizar el uso del agua, sin violentar el derecho humano universal que se la garantiza a todos.
La crisis del agua en pantalla
El documental desvela la crítica situación a través de especialistas en el tema, como la investigadora Betsy Otto, Directora del Programa Global de Agua del World Resources Institute. Así como del Jefe Oficial de Adaptabilidad de Ciudad de México, Arnoldo Matus Kramer.
También se recogen testimonios sobre la crisis del agua, en personas con difícil acceso al líquido y que su ocupación depende de este recurso hídrico.
Otto señala que el uso doméstico de agua aumentó un 600% durante los últimos 50 años. Si bien la agricultura y la industria extraen la mayor parte del agua dulce del mundo (70% y 19%, respectivamente), la demanda de los hogares aumenta vertiginosamente.
Los sistemas de agua del mundo enfrentan amenazas formidables, dice. Más de mil millones de personas viven actualmente en regiones con escasez de agua, y hasta 3.500 millones podrían sufrir escasez de agua para el 2025. El aumento de la contaminación degrada los ecosistemas acuáticos costeros y de agua dulce.
De igual manera, el cambio climático está a punto de cambiar los patrones de precipitación y acelerar el derretimiento de los glaciares, alterando los suministros de agua e intensificando las inundaciones y las sequías.
Bruno Giambelluca, miembro del área de campañas de Greenpeace, sostiene que el 25% de la población mundial enfrenta crisis inminentes con el agua en la actualidad. Para 2025, se estima que sea 60%, advierte Greenpeace. Mientras 3 de cada 10 personas no tienen acceso al agua potable. Y 17 países, donde vive una cuarta parte de la población mundial, enfrentan un estrés hídrico. Cifra “extremadamente alta”.
“Si superamos los 1,5 grados centígrados, muchos recursos hídricos podrían agotarse de forma masiva, ya que el aumento de las temperaturas, las sequías, inundaciones y tormentas más fuertes y frecuentes. Así como el derretimiento de los hielos y el aumento del nivel del mar, pueden dañar los suministros de agua dulce”, advierte.
La escasez y los mercados bursátiles
Al igual que el petróleo o el oro, el agua se cotiza a partir de diciembre de 2020 en la Bolsa de Nueva York. Es por esa carestía y crisis que el agua entra en la vorágine del mercado, para ubicar su precio. En esta operación bursátil no se está cotizando el agua como tal, sino los derechos de su uso a futuro.
Las Naciones Unidas refiere que la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial. Una cifra que probablemente crecerá con el aumento de las temperaturas globales producto del cambio climático. “Aunque 2.100 millones de personas han conseguido acceso a mejores condiciones de agua y saneamiento desde 1990, la decreciente disponibilidad de agua potable de calidad es un problema importante que aqueja a todos los continentes”, indica.
Sobre la operación en Bolsa, CME Group señaló que se trata de la primera herramienta negociada en bolsa para gestionar el riesgo de suministro y demanda de agua. Agricultores, fondos o municipios podrán protegerse o especular ante los cambios en el precio de ese recurso fundamental. Aunque el índice se basa en precios de las principales cuencas fluviales de California, donde la escasez del agua ha aumentado, este valor podrá ser usado como referente para el resto del mundo en los mercados del agua.
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