Las ventajas del periodismo digital saltan a la vista, y desde hace mucho. La pandemia y las medidas de confinamiento lo han reconfirmado. Ahora Filomena, la sorpresiva nevada que nos ha caído, ha servido de colofón. Si alguien tenía dudas, ya sobran motivos para disiparlas. Costes, variedad, facilidad, universalidad y protección del medio ambiente. Hay muchos atributos que hacen a los medios electrónicos enormemente atractivos. Desventajas, claro, también las hay, pero mínimas.
Desde que Internet comenzó a propagarse por el mundo (muchos años antes de que se expandiera el coronavirus), la posibilidad de acceder a información de manera casi instantánea, desde lugares remotos, resultó su mayor atractivo. Poco a poco, la «red de redes» comenzó a reemplazar el correo, las bibliotecas y la prensa. Sin embargo, la inercia social impidió que la transición fuese a la misma velocidad que el avance de la tecnología. La «resistencia al cambio», dirían psicólogos y sociólogos.
Aun así, el proceso de transición se venía dando. Lento pero seguro. En este entorno, la pandemia se convirtió en un catalizador. Y la abrupta nevada tomó el testigo.
La nieve se interpone
Los principales grupos de prensa no pudieron distribuir sus ejemplares este fin de semana en la Comunidad de Madrid. Este bloqueo fue «cortesía» de Filomena. La imposibilidad de acceder a los medios impresos devolvió el protagonismo a las versiones digitales. Aunque, seamos honestos, más que «devolver» ha sido más bien «reforzar» su estrellato.
Este hito nos regresa a los primeros tiempos de la pandemia, cuando las restricciones a la movilidad dispararon el tráfico en los medios electrónicos. Y estos avances puntuales son, en realidad, un acelerón de una transición que no se ha detenido desde que se inició. Aun así, el empujón de estos fenómenos ha sido de mucha ayuda. Es la pura verdad.
Un mar de ventajas
Aunque son muchas las ventajas del periodismo digital, quizás la más resaltante es su instantaneidad. Nos permite estar al tanto de los últimos acontecimientos casi en el momento de producirse o cuando están ocurriendo. Esto facilita la difusión de noticias importantes. En cambio, con los medios impresos tenemos que esperar, al menos, hasta el día siguiente.
Además, el periodismo digital ofrece actualizaciones rápidas. Una misma noticia, mientras se va desarrollando, se llena de nuevos elementos. No menos importante es la bidireccionalidad de los medios electrónicos. Los usuarios pueden compartir sus opiniones, pensamientos y comentarios en un instante. Esto también da un sentido de pertenencia a una comunidad.
Los beneficios van más allá de la prensa y de los lectores. Para el medio ambiente también hay ventajas. Las versiones electrónicas no necesitan del papel, que se obtiene de los árboles. Esto se traduce en una menor tala. Además, al leer las noticias desde la casa o la oficina, se reducen los traslados. Tanto de los lectores como de los periódicos. Entonces, menos emisiones de CO2.
Los costes también empujan la balanza a favor de los medios electrónicos. Y esto facilita a las pequeñas empresas anunciarse más fácilmente en estas plataformas. La economía de escala que se genera a partir de este hecho, permite a la prensa electrónica invertir más en la calidad del contenido.
Los usuarios de teléfonos inteligentes están aumentando rápidamente y muchas plataformas de medios digitales ofrecen contenido de forma gratuita debido a los anuncios. Por lo tanto, las personas pueden leer y ver contenido fácilmente sin gastar mucho.
Y algo más, se puede leer la prensa de Madrid, la de Buenos Aires o la de Ciudad de México, si le place. También la de Nueva York, París, Roma o Moscú. Y no se preocupe por el inglés, el francés, el italiano o el ruso. Google Translator se hace cargo.
Del lado de los medios impresos
Como en toda historia, hay dos caras. Los medios impresos aun tienen sus ventajas. Quienes defienden la «vieja escuela», destacan que la prensa en papel es más confiable porque una vez que se publica la noticia, no se puede modificar ni eliminar. Mientras, en los medios digitales podemos modificar o eliminar los contenidos. Por lo tanto, quienes manejan los periódicos y las revistas serán sumamente cuidadosos al publicar las noticias o los artículos. En consecuencia, los medios impresos parecen más fiables que los digitales.
Adicionalmente, esta laboriosidad y experiencia hacen que los medios impresos estén manejados por personal que está muy atento a los contenidos de lo que se publica y la exactitud de la información. Tratan de evitar inexactitudes tanto como sea posible.
Así mismo, el público puede escoger los medios impresos de mayor prestigio o tradición, sus contenidos le generan más confianza.
Sin embargo, en el «departamento de la credibilidad», los medios digitales no se han quedado a la zaga. De hecho, hay mucho medios impresos que han creado versiones digitales. Ello permite a los usuarios acceder a las mismas fuentes que ya le generaban confianza. ¿Un ejemplo? El medio que está leyendo en estos momentos.
Además, hay iniciativas de los medios digitales para dar mayores garantías de la responsabilidad que tienen a la hora de publicar contenidos. The Trust Project es un ejemplo. Se trata de una certificación que avala las políticas que el medio tiene para verificar y contrastar las informaciones, acudir a las fuentes primarias y dar cabida a la réplica. Una vez más, un ejemplo lo tiene en estos momentos frente a usted.
Un mayor descanso
Sin embargo, hay otros factores por los cuales los medios impresos aún tienen vida útil. Por ejemplo, cada vez más trabajos requieren que la gente pase tiempo frente a pantallas de ordenadores y otros dispositivos. Entonces, los medios impresos son como un descanso y un alivio.
Los medios impresos son muy útiles para hacer un poco de «desintoxicación de lo digital». Alejarse de las pantallas de los ordenadores o de los móviles puede resultar terapéutico.
Cuando leemos los periódicos, no habrá distracciones y, por lo tanto, podemos concentrarnos totalmente en ello. Esta es una ventaja de los medios impresos sobre los medios digitales, que pueden distraernos mucho con sus diversas opciones y anuncios en los que se puede hacer clic.
Además, algunas áreas remotas tienen acceso limitado a Internet. Los medios impresos son una bendición para sus habitantes, que pueden conocer los últimos acontecimientos en todo el mundo.
Por estas razones, los medios impresos que han creado plataformas web no abandonan la versión en papel. Y sí, una vez más, el medio que está usted leyendo es un ejemplo.
También está la posibilidad de una interrupción. Las nevadas impidieron que circularan los diarios impresos en Madrid. Pero, al mismo tiempo, un fallo de Iberdrola provocó cortes de internet en Madrid en clientes de Telefónica y Vodafone. Allí, la solución digital no fue una alternativa. La desinformación fue total. Sin embargo, este tipo de problemas son relativamente poco frecuentes. Y en muchos casos se solucionan rápidamente, al menos en nuestro entorno.
Periodismo digital indetenible
El paso de la tecnología siempre abre un espacio para los nostálgicos. Las locomotoras acabaron con la época más sencilla de los viajes a caballo. El telégrafo y el teléfono hicieron otro tanto con la romántica espera de las cartas de amantes lejanos.
Ahora, las pantallas amenazan con dejar atrás el entrañable olor del papel en un libro nuevo, o el contacto con las hojas del periódico un domingo en la mañana. Pero, como la locomotora o el telégrafo, las tecnologías se quedan si, en efecto, mejoran nuestra calidad de vida.
Hay un cementerio de innovaciones que no pasaron de ser curiosidades o fallidos intentos de inventores. Y no se impusieron porque no cumplieron con su premisa: facilitarnos las cosas, o hacerlas más rápidas, o más baratas.
Pero el periodismo digital llegó para quedarse. Su ventaja está en su instantaneidad, universalidad, menores costes y bajo impacto ambiental. Y más allá de eso, contará con las dos mayores armas de la prensa: un periodista responsable de un lado, y un lector consciente por el otro. La mayor ventaja estará, como siempre, en nuestro buen juicio.
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