El año pasado la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistema señalaba que la agricultura y la ganadería eran el primer impulsor en la extinción de especies y grandes responsables de la emisión de gases de efecto invernadero.
Casi un año después, la pandemia de COVID-19 ha obligado a España y a más de una centena de países a reducir la movilidad al mínimo para contener la propagación. Desde que el aislamiento se apoderara de la cotidianidad, un fenómeno sorprende a los estudiosos del clima: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Reducción de emisiones en el sector agrario
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos coloca el foco de interés sobre la responsabilidad que tiene el sector en las emisiones de gases. Señala que a pesar de que la industria de la alimentación sigue trabajando a pleno, diversos estudios apuntan a una espectacular reducción en las emisiones de GEI, un hecho que demuestra que el “sector agroalimentario no es el mayor responsable de la contaminación atmosférica”.
La organización se basa en los resultados de un estudio llevado a cabo por la Universidad Politécnica de Valencia. La investigación analiza la evolución de las emisiones del dióxido de nitrógeno (NO2) en las principales ciudades de España. Los resultados arrojan que ha habido una reducción del 64% de esas emisiones.
Gas tóxico e irritante
El dióxido de nitrógeno es un compuesto químico gaseoso formado por la combinación de un átomo de nitrógeno y dos de oxígeno. El dióxido de nitrógeno (NO2) y el óxido nitroso (NO) son conocidos como NOx, principales agentes contaminantes en las ciudades. Ambos gases pueden ser producidos en la naturaleza a través de incendios forestales y erupciones volcánicas, pero el volumen total de lo que se produce en la naturaleza está muy por debajo de lo que genera el transporte.
Los vehículos que funcionan con diésel son los que emiten la mayor parte del óxido nitroso. Una vez que está en la atmósfera y se oxida pasa a transformarse en NO2, un gas de efecto invernadero que se relaciona con la disminución de la capacidad pulmonar, bronquitis aguda, asma, procesos alérgicos en los niños, enfisema pulmonar e irritación ocular y de las mucosas. También la continua exposición al NO2 se relaciona a un incremento de la mortalidad, aunque este hecho no está lo suficientemente documentado.
En España, el NO2 representa el 82,3% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero estatales. Para mediados de marzo, la Agencia Espacial Europea difundió imágenes en las que se observaba una importante disminución en las emisiones de NO2 en Italia y el comienzo de la reducción en España.
Sector agrario versus sector transporte
El sector del transporte en España es el responsable del 26,1% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero estatales –especialmente de la emisión de CO2 (dióxido de carbono)- que desde 2012 contribuye de manera ascendente con el calentamiento global. Además, el transporte emite casi el 100% del dióxido de azufre (SO2), que se origina principalmente por la combustión de carburantes fósiles (gas y petróleo).
Frente al sector del transporte, el sector agrario es responsable del 11,6% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) contempla una reducción de emisiones de GEI para el sector agrario en un 12%. Entiéndase, el sector de la agricultura y la ganadería deben reducir las emisiones de GEI en un 12% para el 2030 con respecto a las emisiones de 1990. Mientras, el sector transporte con su carga por emisiones de más del 26%, debe reducir apenas un 2,5% de las emisiones de cara al 2030.
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos invita a replantearse los objetivos en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que realiza una labor fundamental para la alimentación de la población. Además, resalta los esfuerzos que el sector hace en materia de emisiones, reduciendo entre 1990 y 2018 un 98% producto de la quema de rastrojos y un 50% de las enmiendas calizas.
Estos indicadores demuestran una importante mejoría de las prácticas agrarias y del compromiso del sector con la reducción de emisiones en el país.
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