Las personas están encerradas en sus hogares. Los trabajadores no van a sus puestos de labores. Los clientes no frecuentan los comercios. Los contactos sociales y las cadenas de suministro están interrumpidos por el coronavirus. En el lugar de trabajo, hay una solución. Son los nuevos colegas, inmunes a las pandemias y listos para asumir estas tareas: los robots trabajadores.
Muchos jefes están descubriendo una nueva disposición para permitir que, al menos algunos empleados, trabajen permanentemente de forma remota. Pero quizás deben prestarles atención a autómatas que pudieran hacerse cargo de numerosos puestos de trabajo, más rápido de lo que se pensaba hace pocos años.
Acelerado por la pandemia
Las nuevas reglas de distanciamiento social ya están impulsando una adopción de automatización a corto plazo. En los hospitales, los robots especializados desinfectan las habitaciones, mientras que otros entregan muestras de sangre a los laboratorios. Los robots autónomos de fregado de pisos están limpiando los pasillos de varias cadenas de supermercados de los Estados Unidos.
En España, se ha propuesto el uso de drones para hacer cumplir las reglas de distanciamiento social en las playas. Robots que tiran cañas son por ahora, una rareza, pero quizás sea solo el comienzo.
Es probable que la pandemia marque el comienzo de cambios a largo plazo también. A medida que las empresas reconfiguran sus lugares de trabajo y fábricas, es predecible que aquellos con los recursos financieros necesarios sigan adelante con la inversión planificada a largo plazo en nueva maquinaria y formas de trabajo más automatizadas. Donde sea posible, esto es algo bueno.
Trabajos «robotizables»
Automatización con robots trabajadores y computadoras cada vez más potentes pueden ayudar a inmunizar la economía contra futuras pandemias. Esto tiene implicaciones en particular para dos grupos de la industria que se han enfocado recientemente. Por un lado, las industrias esenciales, incluidas grandes partes de la cadena de suministro y fabricación. Por el otro, las industrias con contacto directo con el cliente, también llamadas industrias de alto contacto.
Un estudio de 2017 de la Universidad de Oxford proporciona datos para calcular la proporción de trabajos que técnicamente pueden automatizarse en los próximos 15 años. De acuerdo a las proyecciones, son los trabajos de bajos salarios, como los de venta minorista y de almacén, los que enfrentan el mayor riesgo.
Las empresas de servicio
Ahora, los riesgos aumentan para las industrias de alto contacto, como restaurantes, comercio minorista y recreación. La distancia social quiere decir no acercarse y no tocarse. Por eso, estas empresas se verán particularmente impactadas,
Según el mismo estudio de Oxford, para 2035 se podrá tener una amplia tecnología para automatizar el 86% de los trabajos en restaurantes, el 76% de los trabajos minoristas y el 59% de los trabajos de recreación.
De cara al futuro
El coronavirus ha provocado el colapso de la oferta y la demanda. También acelerará y alterará un choque tecnológico que ha estado en proceso durante más de una década. Las empresas que no reduzcan la vulnerabilidad a futuras pandemias pueden encontrarse en desventaja.
Pero lo mismo se aplica a los trabajadores que necesitan actualizar sus conjuntos de habilidades para cumplir con esos nuevos requisitos.
El entorno para la automatización nunca ha sido mejor. Es cierto que el gasto de capital tardará un tiempo en recuperarse, pero una vez que lo haga, se centrará en tecnologías que protejan a las industrias esenciales, incluidas las cadenas de suministro, contra el próximo ataque de virus.
También debe satisfacer las necesidades de aquellos clientes que prefieren experiencias de servicio socialmente distantes. Lo que esperaba ver en tres o cinco años ahora puede aparecer tan rápido en los restaurantes de comida rápida como en las fábricas justo cuando comience esta recuperación. Los robots trabajadores vienen al rescate.
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