Por Efe
30/08/2016
La ONU ha pedido este martes a los municipios franceses que mantienen su veto al burkini que revoquen de inmediato esta medida, de acuerdo a la sentencia del Consejo de Estado –la máxima instancia administrativa del país– que la anuló en Villeneuve Loubet, en la Costa Azul. «Instamos a todas las autoridades locales que han adoptado prohibiciones similares a que las dejen sin efecto de inmediato en lugar de aprovechar el limitado alcance geográfico del dictamen«, ha declarado el portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville.
Además, ha explicado que de acuerdo con los estándares internacionales de derechos humanos, las restricciones a las manifestaciones de religión o creencia –incluida la elección de la vestimenta– sólo se permiten en circunstancias muy limitadas relacionadas con la seguridad, el orden, la salud y la moral públicos. Ninguna de esas circunstancias se da en el caso del veto francés al burkini, ha sostienido el portavoz.
Colville ha dicho que puede entenderse perfectamente el dolor y la rabia causadas por los ataques terroristas ocurridos en Francia en los últimos meses, pero ha garantizado que los decretos impuestos en decenas de localidades costeras del país prohibiendo el atuendo musulmán «no mejoran la seguridad». Por el contrario, ha agregado, provocan un sentimiento de intolerancia religiosa y de estigmatización de los musulmanes en Francia, especialmente de las mujeres. «Al estimular la polarización entre comunidades, este tipo de ropa de baño sólo ha aumentado las tensiones y puede hacer daño a los esfuerzos para prevenir el extremismo violento», ha alertado.
La islamofobia
Desde el punto de vista de la ONU, las personas que utilizan burkinis o cualquier otro tipo de atuendo de similar naturaleza no pueden ser acusadas por las reacciones violentas de otras personas. Uno de los últimos sucesos de este tipo tuvo lugar este fin de semana en la región de París, cuando un hombre pidió a dos mujeres musulmanas que abandonaran su restaurante tras llamarlas «terroristas». Ello atrajo la atención de otros musulmanes que acudieron al establecimiento a increparle su actitud.
«Cualquier medida pública debe dirigirse a aquellos que incitan a la violencia y no contra mujeres que simplemente quieren caminar por la playa o bañarse con una ropa con la que se sienten cómodas», ha señalado la Oficina de Derechos Humanos. Se estima que una treintena de municipios mantienen por el momento su veto al burkini, pese a la decisión del Consejo de Estado, que ha sentado jurisprudencia.