Hace 75 años nació la ONU, impulsada por una vehemente sed de paz y progreso, reclamada por decenas de pueblos y gobiernos, tras las devastadoras guerras mundiales. Hoy, en la rendición de cuentas en esta fecha redonda, son muchos los aciertos y los avances por lograr una equidad global. Pero también amplias son las deudas y los compromisos inconclusos a tantos desafíos de la humanidad.
La Carta de las Naciones Unidas, texto base de su fundación, está nutrida de nobles pensamientos de justicia, igualdad, orden, salud, seguridad, ambiente, alimentación. Derechos humanos todos. Muchos de ellos, a la espera de una mayor atención y determinación.
En estas décadas, las Naciones Unidas ha sido testigo de conflictos bélicos, viejos y nuevos. De hostigamientos militares, de novísimos armamentos, de refugiados, migrantes. Así como de catástrofes naturales, cambio climático y calentamiento global. Derechos arrebatados de la mujer y de los niños. Explosiones sociales, gobiernos dictatoriales, opresores. Y ha encarado una de las crisis sin precedentes, que comprometen salud, economía y tranquilidad social, con la pandemia de la COVID-19.
António Guterres, su secretario general, enarboló una serie de críticas a la ONU en sus 75 años y a sus países miembros, durante la última reunión del Consejo de Seguridad. En pocas palabras dijo, que estaban “fuera de sintonía con la realidad” y pidió consenso “para corregir y reformar a esa dilata organización”, la más grande del mundo.
Solicitó con urgencia, un «cese al fuego mundial» para orientar las energías al combate de la crisis sanitaria y climática. Y de los derechos humanos fundamentales.
Balance de los 75 años de la ONU
Al debatir sobre la gobernanza global, durante y después de la pandemia, Guterres señaló que la escalada alcanzada por la crisis es el resultado de “una falta de preparación, cooperación, unidad y solidaridad”.
En su disertación insistió en que “la pandemia es una crisis en sí misma. Crisis que tiene lugar en un contexto de altas tensiones geopolíticas y otras amenazas globales de formas impredecibles y peligrosas”.
“La pandemia es una prueba clara de cooperación internacional, una prueba en la que esencialmente hemos fracasado”, sostuvo.
A propósito de estos 75 años, el jefe de la ONU hizo un alto en el camino y reflexionó de cara al futuro. “Esta pandemia es una llamada de atención para desastres aún más graves que podrían ocurrir, comenzando con la crisis climática. Si respondemos a ese fenómeno con la desunión y la desorganización que hemos presenciado este año, temo lo peor”.
Guterres recordó que en 1945, 51 naciones se comprometieron a mantener a futuras generaciones alejadas del flagelo de la guerra. Ahora, en el Día de Mundial de la ONU, los conflictos siguen propagándose con furia en un planeta asolado por la inequidad. Con un aumento importante de refugiados y migrantes que no encuentran paz y progreso. Con violaciones a los derechos humanos.
En ese contexto, el secretario general pidió “corregir el rumbo”. Esto implica que el mundo adopte con urgencia un pensamiento que esté a la altura de nuestros tiempos. “Necesitamos con urgencia pensar de manera innovadora sobre la gobernanza global y el multilateralismo, y adaptarlos al siglo XXI”, manifestó.
Otros cuestionamientos a Naciones Unidas
Durante estos 75 años, la ONU ha sido blanco de cuestionamientos, por sus acciones retrasadas en situaciones de gran apremio.
Recientemente, Amnistía Internacional y Human Rights Watch criticaron a la ONU y las autoridades del Gobierno de República Democrática del Congo (RDC). Por no estar haciendo «lo suficiente» para hacer rendir cuentas a los responsables de las violaciones contra los Derechos Humanos en ese país. Luego de cumplirse una década del histórico Informe de cartografía de la ONU de RDC en octubre de 2010.
Asimismo, el vicepresidente de EE UU, Mike Pence y otros altos funcionarios han exigido una reforma al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Consideran que algunos países miembros, como Cuba y Venezuela, han «traicionado» sus principios y son «los peores violadores de derechos humanos» de la región. Dictatoriales y opresores.
A esta situación, se unen los brutales conflictos en Siria, el genocidio de los rohinyás en Birmania, o el caso de Corea del Norte.
Una fuente de críticas radica en el poder de veto de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Se les señala de esa condición, para proteger los intereses geopolíticos de esos países, impidiendo la acción de la ONU para salvaguardar la paz y seguridad internacional.
Reconocimientos y premios
A contrapeso, en 75 años se ha otorgado doce veces el Premio Nobel de la Paz a la ONU. Así como a sus organismos especializados, organismos relacionados, fondos, programas y a miembros del personal. Uno de los organismos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), recibió el famoso premio en dos ocasiones. Dos Secretarios Generales, Kofi Annan y Dag Hammarskjöld, fueron galardonados también por el Comité Noruego del Nobel por su labor.
Hace apenas dos semanas, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), obtuvo el Premio Nobel de la Paz 2020. Por su asistencia alimentaria a más de 100 millones de personas en todo el mundo, a menudo en condiciones extremadamente peligrosas y de difícil acceso.
El importante galardón reconoció “sus esfuerzos en la lucha contra el hambre y por su contribución a la mejora de las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos. Así como por su actuación como elemento impulsor en la prevención del uso del hambre como arma de guerra y de conflicto”.
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