A pesar de que el escenario mundial tiende agravarse con desastres climáticos, conflictos armados, hambre, pobreza, enfermedades y desplazamientos este 2024, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, OCHA advierte que deberá recortar el financiamiento de sus programas de ayuda humanitaria a nivel mundial. Afronta un preocupante déficit.
Las organizaciones también están pidiendo menos dinero para el próximo año. Solicitan 46.400 millones de dólares para 2024 frente a los 56.700 millones que pidieron en 2023.
Recibieron solo un tercio del presupuesto necesario
La decisión se toma porque este año, sus ingresos solo fueron de poco más de un tercio de los 57.000 millones de dólares necesarios para continuar funcionando, expuso su director, Martin Griffiths. El organismo de asistencia humanitaria de la ONU pide ayuda urgente ante la disminución de donaciones. Además, se ve obligado a hacer reducciones en los presupuestos de sus programas de ayuda a nivel mundial.
Hace un llamamiento para recibir donaciones cercanas a 46.000 millones de dólares para 2024 para ayudar a más de 180 millones de personas en el mundo en situaciones críticas.
2024, un año que se presenta desolador
La OCHA coordina la respuesta de emergencia a escala mundial para salvar vidas y proteger a las personas en las crisis humanitarias.
En su página oficial expone su situación:
- Los conflictos, las emergencias climáticas y el colapso de las economías están causando estragos en comunidades en todo el mundo. Se prevé de 181 millones de personas de 72 países recibirán ayuda humanitaria y protección el año 2024.
- 128 millones de personas recibieron asistencia vital en 2023, pero el creciente déficit de financiación hizo que se recortara la ayuda, dejando a millones de personas sin asistencia. Los planes de respuesta para 2024 dan la máxima prioridad a las necesidades más urgentes, y los presupuestos se han ajustado.
Piden 46.400 millones de dólares para 2024
En nombre de más de 1.900 socios humanitarios de todo el mundo, las Naciones Unidas solicitó 46.400 millones de dólares para ayudar a 180 millones de personas con asistencia y protección vital.
Uno de cada cinco niños y niñas vive o ha huido de zonas de conflicto en 2023. Unos 258 millones de personas padecen hambre aguda. Una de cada 73 personas en el mundo se encuentra desplazada, una cifra que se ha duplicado en 10 años. Y los brotes de enfermedades están causando muertes prevenibles en todos los rincones del mundo, señala en su página oficial.
“El personal humanitario está salvando vidas, luchando contra el hambre, protegiendo a niños y niñas, frenando epidemias y proporcionando albergue y saneamiento en muchos de los contextos más inhumanos del mundo. Pero el apoyo necesario de la comunidad internacional no está siguiendo el ritmo de las necesidades”, declaró Martin Griffiths, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios, OCHA.
Escasez de fondos y duras consecuencias
“Agradecemos a todos los donantes sus contribuciones, que ascienden a 20.000 millones de dólares en lo que va de año, pero eso es sólo un tercio de lo que se necesitaba. Si no podemos proporcionar más ayuda en 2024, las personas pagarán con sus vidas”, advirtió.
La escasez de fondos en 2023 hizo que las organizaciones humanitarias llegaran a menos de dos tercios de las personas a las que se proponían ayudar.
Las consecuencias son trágicas: en Afganistán, 10 millones de personas perdieron el acceso a la asistencia alimentaria entre mayo y noviembre de 2023. En Myanmar, más de medio millón de personas permanecieron en condiciones de vida inadecuadas.
En Yemen, más del 80% de las personas destinatarias de la ayuda no disponen de agua y saneamiento adecuados. Y en Nigeria, sólo el 2% de las mujeres que esperaban servicios de salud sexual y reproductiva y de prevención de la violencia de género la recibieron.
Centrarse en las necesidades más urgentes ante el déficit
La organización de asistencia experimenta en la actualidad un desfase entre las necesidades y los recursos que tiene para cumplir con sus planes de respuesta para 2024. “Estamos obligados a centrarnos disciplinadamente en las necesidades más urgentes que serán dirigidas a menos personas”, explicó Griffiths.
Las organizaciones también están pidiendo menos dinero. De 46.400 millones de dólares para 2024 frente a los 56.700 millones al final del llamamiento global de 2023. Sin embargo, no podemos descuidar a las personas que hemos ayudado durante estos años y que aun necesitan apoyo en muchas áreas como salud y alimentación. Esas necesidades siguen allí y son urgentes.
Más compromiso por parte de los donantes
El llamado es a los donantes a que se comprometan más y financien todos los planes que requieren una respuesta de emergencia. Piden de ayuda dentro del Panorama Global Humanitario 2024, que se celebrarán en tres eventos de alto nivel sucesivos, empezando en Doha, Qatar, seguidos de Ginebra, Suiza y Addis Abeba, Etiopía. El Panorama Global Humanitario realiza evaluaciones exhaustivas de las necesidades humanitarias mundiales, y ofrece una visión general de las tendencias actuales y futuras de la acción humanitaria.
Siria, Ucrania y Afganistán
Los 5 mayores llamamientos por países reflejan el número de personas en necesidad y la profundidad de sus necesidades. El llamamiento para Siria solicita 4.400 millones de dólares, Ucrania 3.100 millones de dólares, Afganistán 3.000 millones de dólares, Etiopía 2.900 millones de dólares y Yemen 2.800 millones de dólares.
Los cinco llamamientos regionales más importantes, que abarcan a países vecinos afectados por crisis, son el Llamamiento Regional para Siria, con 5.500 millones de dólares; el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela, con 1.600 millones de dólares; el Llamamiento Regional para Sudán del Sur, con 1.500 millones de dólares; el Llamamiento Regional para Sudán, con 1.300 millones de dólares; y el Llamamiento Regional para Ucrania, con 1.000 millones de dólares, según cifras de la OCHA.
La situación Palestina es cinco veces más grave
Para los territorios Palestinos, afectados por el conflicto con Israel, la ONU solicita 1.200 millones de dólares. Estos conflictos se ramifican y afectan a otros países porque provocan el éxodo de refugiados. Por tanto, la ONU también solicita 5.500 millones de dólares adicionales para asistir al éxodo sirio presente en países vecinos, 1.500 millones para el conflicto sursudanés, 1.300 millones para el sudanés y 1.000 millones para el ucraniano.
Latinoamérica región vulnerable
La ONU pide donaciones para varios países de Latinoamérica por valor de 650 millones de dólares. De suman, otros 1.600 millones para los países de acogida de los refugiados venezolanos. A Colombia se le asignaría 283 millones de dólares, 87 millones para El Salvador, 125 millones a Guatemala, 674 millones para Haití y 205 millones para Honduras.
No solo OCHA pide ayuda para continuar con sus programas. Otros organismos de Naciones Unidas como la FAO, la OIT, la OIM, la OMS, la ACNUH y PNUMA necesitan financiación para ayudar a más de 180 millones de personas, algo más de la mitad de los 300 millones que la ONU calcula que necesitan asistencia humanitaria en el mundo. Más de 74 millones en África, 54 millones en Oriente Medio y Magreb, 51 millones en Asia-Pacífico y 39 millones en Latinoamérica.
LA ONU solicitó inicialmente 51.500 millones de dólares para continuar con sus programas de ayuda, pero conflictos sobrevenidos como los de Sudán o el de Palestina junto con los terremotos en Turquía y Siria y las inundaciones en Libia aumentaron las cifras. La ayuda humanitaria hubo de aumentarse a 56.700 millones.
Ayuda internacional escasa y déficit histórico
Este año las donaciones que recibió la ONU superaron en poco los 20.000 millones de dólares. Una cifra que los obliga a recortar programas de asistencia incluso en países que la necesita urgentemente, como Afganistán o Birmania (Myanmar), muy golpeados por conflictos y crisis. “Agradecemos a los donantes sus contribuciones, pero es solo un tercio de lo que se necesita. Si no podemos ofrecer más asistencia en 2024, la gente lo pagará con sus vidas», advirtió el jefe de coordinación humanitaria de la ONU, Martin Griffiths.
El llamamiento anual de ayuda considera que el actual es el peor déficit de ingresos en años de la organización.