La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reconoce el esfuerzo de los gobiernos por salir a flote durante la pandemia. Distingue el trabajo para sostener economías, empresas, empleo. Sin embargo, recomienda a los países que se “apoyen en los impuestos verdes a la propiedad y a las ganancias de capital para obtener mayores ingresos”.
El organismo, con sede en París y presidido por el mexicano Ángel Gurría, difundió el informe Reformas de políticas tributarias 2020 (Tax Policy Reforms 2020). En el texto destaca las acciones fiscales “sin precedentes” que emprendieron los Gobiernos en respuesta a la crisis por la COVID-19.
Además, indica que una vez que los países salgan de la crisis y sus economías comiencen a recuperarse tendrán que empezar a restaurar las finanzas públicas. En un principio, las respuestas gubernamentales se centraron en respaldar los ingresos de los hogares y la liquidez de las empresas. Debido a que la crisis continúa, muchos países ampliaron sus paquetes iniciales.
La OCDE considera que ante el fuerte nivel de incertidumbre actual es clave actuar con agilidad en materia de política fiscal. También mantener medidas de apoyo por el tiempo que sea necesario para evitar huellas profundas.
“En estos momentos la atención deberá centrarse en la recuperación económica. Los gobiernos en vez de limitarse a volver a las condiciones previas deberían aprovechar la oportunidad para construir una economía más verde. Más incluyente y más resiliente”, dijo Pascal Saint-Amans.
El director del Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE precisó que “una vía que habrá de priorizarse con urgencia es la de la reforma a la tributación ambiental y las políticas fiscales para combatir la desigualdad.”
OCDE, economía verde, ambiental y digital
La OCDE propone a los países que apoyen sus economías en impuestos verdes y los gravámenes sobre la propiedad, además de las ganancias del capital, para obtener mayores ingresos. De esta manera, se podrá financiar la recuperación económica y equilibrar las finanzas públicas.
Dentro de las reformas de políticas fiscales, propone que esta crisis sea un estímulo para “reconstruir mejor” las economías. Para ello se apela a la búsqueda de fuentes de ingresos alternativas, empezando por impulsar la fiscalidad ambiental. Esto es ”una prioridad central”, que aún tiene un peso diminuto en la recaudación de la OCDE. Apenas 1,5% del PIB de media en 2018.
La creciente presión sobre las finanzas públicas, así como la mayor demanda de una distribución más equitativa de la carga, deberán tomar otros giros. “Un nuevo impulso para llegar a un acuerdo sobre la fiscalidad no solo ambiental, sino digital”, señala.
“La cooperación fiscal será aún más importante para evitar que las disputas fiscales se conviertan en guerras comerciales. Esto lesionaría la recuperación en un momento en el que la economía mundial, sencillamente, no puede permitírselo”, afirmó Saint-Amans.
Asimismo, la organización es partidaria de “aumentar los impuestos sobre el trabajo y el consumo. Como se hizo a raíz de la crisis financiera mundial de 2008. Esto puede resultar políticamente difícil y, en muchos casos, no deseable desde una perspectiva de equidad”.
Destaca que la economía verde y ambiental, además de los impuestos sobre propiedad y rentas del capital, tendrán un papel importante en la recuperación. Sobre todo en un “contexto de mejoras notorias en la transparencia tributaria internacional”.
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