Estudios iniciales de la muestra del asteroide Bennu, de 4.500 millones de años de antigüedad, recolectada en el espacio y traída a la Tierra por la NASA, reporta evidencia de un alto contenido de carbono y agua. Nada de de metales valiosos. En conjunto podrían indicar que los componentes básicos de la vida en nuestro planeta constituyen la roca.
En el Centro Espacial Johnson en Houston, líderes y científicos mostraron el material del asteroide por primera vez. Forma parte de una evaluación preliminar del equipo científico OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification and Security – Regolith Explorer) de la NASA. «Es la muestra de asteroide rica en carbono más grande jamás traída a la Tierra. Ayudará a investigar los orígenes de la vida en nuestro propio planeta», dijo Bill Nelson, el administrador de la NASA,.
“Casi todo lo que hacemos en la NASA busca responder preguntas sobre quiénes somos y de dónde venimos. Las misiones de la NASA como OSIRIS-REx mejorarán nuestra comprensión de los asteroides que podrían amenazar la Tierra. Y nos permitirán vislumbrar lo que hay más allá. La muestra ha regresado a la Tierra, pero aún queda mucha ciencia por hacer”, recalcó.
Aunque se necesita más trabajo para comprender la naturaleza de los compuestos de carbono encontrados, el descubrimiento inicial es un buen augurio para futuros análisis de la muestra de asteroide
La NASA y los hallazgos en el asteroide
El objetivo de la recolección de 60 gramos de material de asteroide. Los expertos en conservación que trabajan en nuevas salas limpias construidas especialmente para la misión. Han desmontando el hardware de retorno de muestras para acceder a la muestra a granel. Cuando se abrió por la tapa del recipiente, los científicos descubrieron material extra de asteroide que cubría el exterior del cabezal del colector, la tapa del recipiente y la base.
«Nuestros laboratorios estaban listos para lo que Bennu tenía reservado para nosotros», comentó Vanessa Wyche, directora de NASA Johnson. «Hemos tenido científicos e ingenieros trabajando durante años para desarrollar cajas de guantes y herramientas especializadas para mantener el material del asteroide prístino. Y así conservar las muestras para que los investigadores puedan estudiar este precioso regalo del cosmos».
Durante las primeras dos semanas, los científicos realizaron un análisis de “vistazo rápido” de ese material inicial. Recopilaron imágenes con un microscopio electrónico de barrido, mediciones infrarrojas, difracción de rayos X y análisis de elementos químicos. También se utilizó tomografía computarizada de rayos X para producir un modelo informático en 3D de una de las partículas. Este primer vistazo de la muestra del asteroide proporcionó evidencia de abundante carbono y agua en el polvo de la roca.
Desbloqueando una cápsula del tiempo
«A medida que observamos los antiguos secretos preservados dentro del polvo y las rocas del asteroide Bennu, estamos desbloqueando una cápsula del tiempo que nos ofrece conocimientos profundos sobre los orígenes de nuestro sistema solar», dijo Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx, Universidad de Arizona, Tucson.
Manifestó, además, que “la abundancia de material rico en carbono y la presencia de minerales arcillosos acuíferos son sólo la punta del iceberg cósmico. Estos descubrimientos, nos impulsan a comprender no solo nuestro vecindario celestial, sino también el potencial para el comienzo de la vida. Con cada revelación de Bennu, nos acercamos más a nuestra herencia cósmica”.
Durante los próximos dos años, el equipo científico continuará caracterizando las muestras y realizando los análisis. La NASA preservará al menos el 70% de la muestra en Johnson para futuras investigaciones por científicos de todo el mundo.
Como parte del programa OSIRIS-REx, más de 200 expertos explorarán las propiedades del regolito, incluidos investigadores de muchas instituciones estadounidenses, socios de la NASA JAXA (Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón), CSA (Agencia Espacial Canadiense) y otros científicos del mundo. También se prestarán muestras adicionales a finales de este otoño al Instituto Smithsonian, el Centro Espacial de Houston y la Universidad de Arizona para su exhibición pública.
Orígenes de planetas rocosos como la Tierra
El asteroide Bennu, descubierto en 1999, es descrito por los científicos como un compuesto relativamente suelto de material rocoso, como un montón de escombros, unido por la gravedad. Mide aproximadamente tres décimas de milla (500 metros) de ancho. Un poco más ancho que el Empire State Building. Es alto pero diminuto en comparación con el asteroide Chicxulub que chocó contra la Tierra hace unos 66 millones de años y extinguió los dinosaurios.
Al igual que otros asteroides, Bennu es una reliquia del sistema solar primitivo. Debido a que su química y mineralogía no han cambiado desde su formación. Contiene pistas sobre los orígenes y el desarrollo de planetas rocosos como la Tierra, y podría resultar fundamental para los estudios de astrobiología.
La cápsula fue inspeccionada inicialmente en el campo de pruebas y entrenamiento de Utah cerca del lugar de aterrizaje. Luego fue trasladada en avión a Houston para un examen más detallado en una «sala limpia». Especialmente construida dentro de una instalación de conservación de astromateriales del Centro Espacial Johnson.
OSIRIS-REx se lanzó en 2016 y llegó a Bennu en 2018. Después pasó casi dos años orbitándolo antes de aventurarse, el 20 de octubre de 2020, a tomar una muestra del material de la superficie suelta con su brazo robótico .
La NASA prevé lanzar una misión separada a un asteroide más distante llamado Psyche. Un cuerpo rico en metales que se cree que es el núcleo remanente de un protoplaneta y el objeto metálico más grande conocido en el sistema solar.