Un densa bruma con altas concentraciones de partículas diminutas y tóxicas cubre la metrópoli y le quita una década de esperanza de vida a sus habitantes
Delhi es la ciudad más contaminada del mundo, supera a Lahore, en Pakistán. El alarmante estatus se debe a un índice de calidad del aire que alcanzó los 1.500, un nivel considerado peligroso en extremo para la salud. El límite aceptable es inferior a 100. La situación se agrava por la quema de residuos agrícolas, las emisiones industriales y condiciones meteorológicas adversas que han creado una espesa capa de esmog que envuelve la ciudad, limita la visibilidad y afecta la salud de sus 30 millones de habitantes.
El reciente festival de Diwali exacerbó la crisis. Decenas de miles de personas utilizaron fuegos artificiales a pesar de las prohibiciones gubernamentales y aumentó significativamente la contaminación del aire. Para mitigar el impacto, se han cerrado escuelas, suspendidos las obras de construcción y el 50% de los empleados públicos trabajan desde casa. Los análisis de la plataforma suiza AQI.in indican que el aire en el interior de las casas es más tóxico que en la calle si no disponen de máquinas purificadoras.
La comunidad científica advierte que estos niveles extremos de contaminación reducen la esperanza de vida en diez años para los habitantes de Delhi. Los niños son especialmente vulnerables a desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo.
AQI.in precisó que la concentración de PM2,5 es 66 veces mayor al valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Son extremadamente pequeñas y peligrosas y plantean graves riesgos para la salud. Con un diámetro inferior a la cuarta parte del ancho de un cabello humano penetran profundamente en los pulmones y el sistema cardiovascular.
Crisis extendida y grave para la salud
Se calcula que la contaminación causa cerca de 12.000 muertes anuales, el 11,5% del total de fallecimientos en Delhi. Asimismo, los residentes sufren problemas respiratorios y cardiovasculares debido a la exposición constante a las partículas tóxicas PM2,5.
Las concentraciones llegan a 333 microgramos por metro cúbico, muy por encima de los 15 microgramos límite que recomienda la OMS.
No es un fenómeno aislado. En 2021, cuatro de las cinco ciudades más contaminadas del mundo estaban en India. La situación en Delhi la agravan factores estacionales. Durante los meses de invierno, entre octubre y febrero, la calidad del aire se deteriora drásticamente por la quema de residuos agrícolas en los estados circundantes y las condiciones meteorológicas que atrapan los contaminantes cerca del suelo.
Ha habido episodios extremos de contaminación, como el «Gran Smog» de 2017, donde los niveles de PM2,5 se ubicaron cerca de los 999 microgramos por metro cúbico.
A la cabeza de los países más contaminados
El informe de IQAir, que analiza la calidad del aire en más de 7.800 ciudades a nivel global, encontró que la India, Pakistán, Bangladesh y Tayikistán encabezan el ranking de los países más contaminados. Situados en el corazón de Asia, los 4 países son responsables de una porción significativa de la contaminación atmosférica que mantiene en vilo al planeta. En la India se encuentran 83 ciudades de las 100 más contaminadas del mundo, entre ellas Guwahati, Delhi, Mullanpur y Begusarai.
Además, la India es el tercer mayor emisor de dióxido de carbono en el mundo con 2.693 millones de toneladas, el 7% de las emisiones. La rápida expansión industrial y el creciente consumo de energía, en gran parte dependiente del carbón, contribuyen a su elevada huella de carbono. A medida que la población y la economía continúan creciendo, a la India se le dificulta más equilibrar el desarrollo con la adopción urgente de prácticas sostenibles.
La quema de residuos agrícolas en los aledaños de la ciudad, el «stubble burning«, es una fuente importante de contaminación de la ciudad de Delhi. Cada año, agricultores queman campos para prepararlos para la próxima temporada de cultivo y liberan enormes cantidades de contaminantes al aire. Una práctica que, combinada con las emisiones de fábricas y vehículos, crea una mezcla letal que envuelve la ciudad en un manto tóxico. La resistencia de los agricultores y la falta de alternativas viables han impedido su control.
El tráfico es otro factor crítico en la contaminación del aire. Las zonas más ricas tienden a tener acceso a vehículos menos contaminantes, mientras que los trabajadores dependen de vehículos viejos y altamente contaminantes. La incautación de vehículos diésel y gasolina antiguos pretende mitigar la contaminación, pero afectar desproporcionadamente a quienes dependen de estos vehículos para la subsistencia.
Las emisiones sin control de las industrias y el uso del carbón para generar la mayor parte de la electricidad también contribuyen con la mala calidad del aire en las zonas urbanas. Además, la topografía agrava la situación. Rodeada de montañas bajas, los contaminantes quedan atrapados y convierten a la capital india en epicentro de la crisis medioambiental global.
La religión no ayuda
La celebración del festival Diwali, uno de los más importantes para quienes profesan el hinduismo, sumó contaminantes a la atmósfera ya enrarecida. Los impulsan motivos profundamente espirituales: celebran la victorias de la luz sobre la oscuridad. Las fachadas de las casas las iluminan con grandes mantos de luces y los vecinos intercambian dulces. mientras decenas de miles de personas utilizan elementos pirotécnicos que emiten humo cargado de metales pesados como plomo y azufre, así como monóxido de carbono. Gases peligrosos para el sistema respiratorio.
Desde 2017 está prohibido la venta y uso de la pirotecnia, pero con tan poco éxito, como las exhortaciones a utilizar opciones más ecológicas o espectáculos de luces. Otra tradición, el encendido de diyas, pequeñas lámparas de aceite, para simbolizar ese triunfo de la luz tiene un alto impacto ambiental. Se encendieron 2,5 millones, un récord Guinness.
La contaminación del aire en Delhi es un problema que afecta desproporcionadamente a cada estrato social. Las respuestas y capacidades para enfrentarla varían significativamente entre las clases sociales. Las comunidades de bajos ingresos son las que sufren el impacto más severo de la contaminación. Viven en áreas donde la exposición a partículas finas es alta y no pueden permitirse purificadores de aire. También les faltan recursos para acceder a atención médica adecuada ni pueden permitirse tratamientos. El resultado es una crisis de salud pública que se manifiesta en miles de muertes prematuras cada año.
Acciones urgentes
Las autoridades de Delhi están tomando medidas urgentes y diversas frente a la grave crisis de contaminación del aire que afecta a la ciudad, especialmente durante los meses de invierno. Pero no han ido más allá de la suspensión de las clases en las escuelas públicas y privadas.
El control del tráfico también ha sido una prioridad. Se han implementado restricciones sobre la entrada de vehículos no esenciales a la ciudad y se han impuesto multas a los que utilizan vehículos contaminantes. Para complementar, se han desplegado aspersores de agua y cañones antiesmog en áreas críticas.
Nada de facilitar el acceso a purificadores de aire ni de limitar rigurosamente las emisiones de las fábricas e industrias, tampoco la eliminación del carbón para generar electricidad..
Son acciones diseñadas para reducir la concentración de partículas en el aire y mejorar temporalmente la calidad del aire en zonas densamentes pobladas, pero son solo paliativos. No un enfoque integral y estratégico.