Por Cambio16
Estudiar el campo magnético de la Tierra y su interacción con otros cuerpos celestes, como el Sol, es el objetivo de la nueva misisón de la NASA.
La agencia espacial estadounidense inició este viernes con éxito esta aventura pionera de dos años y 1.100 millones de dólares.
El lanzamiento se llevó a cabo a las 22.44 hora local (02.44 GMT del viernes) desde las instalaciones de la NASA en la base de Cabo Cañaveral, en Florida. Los cuatro observatorios espaciales idénticos que componen el Sistema Multiescala Magnetosférico (MMS) partieron a bordo de un cohete Atlas V.
«La misión comenzará a enviar datos a la Tierra en septiembre y está previsto que esté en funcionamiento durante dos años, aunque la NASA no descarta ampliar su vida útil.
La misión proporcionará la primera vista tridimensional de la reconexión magnética de la Tierra con el Sol, un proceso que ayudará a entender cómo se conectan y desconectan los campos magnéticos en el universo.
Los científicos esperan obtener datos sobre la estructura y dinámica de la energía que intercambian los campos magnéticos cuando se encuentran, momento en el que se produce una liberación explosiva de energía.
Los cuatro artefactos espaciales, equipados con sensores de alta precisión, volarán simultáneamente en formación, a una distancia de unos 10 kilómetros unas de otras, para que la combinación de sus datos permita tener esa visión tridimensional.
La misión MMS utilizará la magnetosfera de la Tierra como un laboratorio para estudiar, además de la reconexión magnética, otros dos proceso fundamentales como la aceleración de partículas energéticas y la turbulencia.
Efectos en los aparatos eléctricos
Esta misión también será clave para entender cómo afecta este intercambio energético a los fenómenos meteorológicos espaciales y su efecto sobre los sistemas tecnológicos modernos como las redes de comunicaciones, de navegación GPS y las redes de energía eléctrica.
La reconexión magnética produce fenómenos como las auroras que se ven en los polos cuando el viento solar penetra en nuestro «escudo protector» y las partículas de energía liberadas entran en el campo magnético de la Tierra.
Especificaciones técnicas
La nave espacial MMS incluye 100 instrumentos, 25 en cada unidad, que han sido construidos con sensores con gran capacidad que les permitirá hacer mediciones cien veces más rápido de lo posible hasta ahora.
Cada uno de los cuatro artefactos octogonales pesa 1.250 kilos y mide aproximadamente 4 metros de diámetro y 1 metro de altura.
Una vez en órbita, los componentes de la misión MMS se situarán a distancias variables en la magnetosfera para medir con la resolución suficiente las características de los eventos de reconexión en curso a medida que ocurren.
«Después del lanzamiento, las naves espaciales giratorias desplegarán sus sensores electromagnéticos, ubicados en los extremos de los largueros con cables que tienen hasta 60 metros de largo», dijo Craig Tooley, jefe del proyecto MMS, en el centro Goddard.
«Cuando se encuentran completamente extendidos, los sensores son tan anchos como un campo de béisbol», añadió.
«Con MMS tendremos la oportunidad de ver por primera vez la reconexión magnética desde dentro, justo mientras ocurre», señaló en una nota Jim Burch, vicepresidente de la División de Ingeniería y Ciencia Espacial del Instituto de Investigación Southwest y principal investigador de la misión.
Burch destacó, además, la importancia de este proyecto «para la investigación de la fusión nuclear, donde la reconexión magnética ha demostrado ser un serio obstáculo para aprovechar esta fuente potencial de energía».