La sonda OSIRIS-REx se lanzó el 16 de septiembre con el objetivo de analizar el asteroide Bennu y ver de qué forma podía aterrizar y llevar a cabo la extracción de una muestra de su material rocoso. La NASA ha invertido en este estudio y análisis minuciosos cuatro años. Por lo que quedan tres años para la finalización del viaje. El retorno de la sonda con la muestra está previsto para septiembre de 2023.
On Oct. 20, @OSIRISREx will attempt to collect a sample of asteroid Bennu, which will be returned back home to Earth.
— NASA (@NASA) October 18, 2020
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La mayor cantidad extraída desde Apolo
Ahora tras un largo periodo de estudio, la agencia del gobierno estadounidense responsable de la investigación aeronáutica y aeroespacial comenzará este martes la operación denominada OSIRIS-REx con el objetivo de poder traer por primera vez a la Tierra una muestra del material rocoso de la superficie del asteroide Bennu. La intención de la NASA es recolectar desde 60 gramos a 2 kilogramos de muestra. Sería traer «la mayor cantidad de material extraterrestre del espacio desde la era Apolo. El 20 aniversario del descubrimiento del asteroide fue en septiembre de 2019 y los científicos han recopilado datos desde entonces».
La extracción será totalmente autónoma. OSIRIS-REx tendrá dos intentos para la consecución del objetivo. La ejecucción del aterrizaje deberá ser lo más minuciosa y eficaz posible.
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Curiosidades y expectativas de Bennu
«El contenido de carbono de Bennu crea una superficie en el asteroide que refleja alrededor del cuatro por ciento de la luz que lo golpea, y eso no es mucha», por lo que es un asteroide muy oscuro. Es un asteroide tipo B. Además, «contiene una alta cantidad de carbono y otros minerales».
«Los científicos calcularon que se formó en los primeros 10 millones de años de la historia del sistema solar, hace más de 4.500 millones de años».
«Bennu es tan alto como el Empire State Building (…) Está lleno de agujeros en el interior, con un 20 a 40% de su volumen siendo espacio vacío». También apuntan que este podría separarse en caso de empezar a girar más rápido o si «interactúa demasiado con un cuerpo planetario».
«Bennu podría estar hecho de material que contiene moléculas que estaban presentes cuando se formó la vida por primera vez en la Tierra (…) Sin embargo, el material orgánico como el que los científicos esperan encontrar en la muestra no siempre proviene necesariamente de la biología».
«El lado de Bennu que mira al Sol se calienta con la luz solar, pero un día en Bennu dura solo 4 horas y 17,8 minutos, por lo que la parte de la superficie que mira al Sol cambia constantemente. Conforme Bennu continúa girando, expulsa este calor, lo que le da al asteroide un pequeño empujón hacia el Sol de aproximadamente 0,18 millas (aproximadamente 0,29 kilómetros) por año, cambiando su órbita».
«El equipo de Investigación de Asteroides Cercanos a la Tierra de Lincoln descubrió Bennu en 1999» y aunque falte más de un siglo los científicos estiman que entre los años 2175 y 2199, «la probabilidad de que Bennu impacte con la Tierra es solo de 1 en 2700». Desde la NASA quieren ser cautos y «no quieren darle la espalda», a pesar del tiempo que falta.
Una tarea peligrosa
Tomar muestras de Bennu será «mucho más peligroso» de lo que creían en años anteriores al lanzamiento de OSIRIS-REx, pues las imágenes tomadas por la NASA muestran que su superficie tiene rocas «masivas» y no «pequeñas».
De ahí nace la prioridad de realizar la maniobra de forma segura y eficaz. «OSIRIS-REx fue diseñado para navegar dentro de un área en Bennu de casi 2,000 yardas cuadradas (metros). Ahora, debe maniobrar hacia un lugar seguro en la superficie rocosa de Bennu dentro de un límite de menos de 100 yardas cuadradas, un área de aproximadamente cinco espacios de estacionamiento».
We’re adding to our space rock collection this week! On Oct. 20, our @OSIRISREx spacecraft will touch down in an area the size of a few parking spots on the surface of asteroid Bennu. How it’ll go #ToBennuAndBack to collect a sample of material: https://t.co/awyeiq0Dqo pic.twitter.com/nqLJppRYIS
— NASA (@NASA) October 19, 2020
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