Europa sigue siendo un destino favorito para los migrantes. La migración es una constante en los discursos políticos de la Unión Europea. En 2022, acogió a poco menos de un millón de personas buscando protección. La Agencia de Asilo de la UE pronostica que este número podría haber alcanzado en 2023 su punto más alto desde 2015. Según Frontex, más de 350.000 migrantes entraron a la UE de forma irregular en los primeros 11 meses del año que acaba de concluir. Frontex es la agencia de protección de fronteras de la UE.
En los últimos años, la cuestión de la migración se ha utilizado políticamente de manera creciente en Europa. Especialmente con el surgimiento de partidos nacionalistas antiinmigrantes en varios países del bloque. A pesar de las cifras, la irregular representa solo una fracción de toda la migración a los 27 estados miembros. Casi 3,5 millones de personas emigraron a la UE en 2022 como refugiados. Con estatus de asilo o para seguir una educación o un trabajo.
Se espera que, en 2024, muchas personas sigan haciendo el peligroso y a veces mortal viaje a Europa. «Es probable que el año que viene haya hasta un millón de personas buscando protección [en Europa], y la mayoría de ellas realmente la necesitan», afirma Catherine Woollard , directora del Consejo Europeo sobre Refugiados y Exiliados.
Ante este panorama, la Unión Europea está en el proceso de implementar una reforma significativa en su política de migración y asilo. Aprobada por el Parlamento Europeo y los 27 estados miembros a mediados de diciembre. Reforma que aún debe ser adoptada formalmente en la primera mitad de 2024. El acuerdo, calificado como “histórico” por los líderes de la UE, pone fin a años de tensiones y se cierra solo seis meses antes de las elecciones europeas.
La reforma
Después de más de tres años de estancamiento, la Unión Europea logró un acuerdo que transformará significativamente su política migratoria. El cambio afectará la manera cómo el bloque comunitario procesa y acoge a los inmigrantes, gestiona la expulsión de los solicitantes de asilo rechazados y los distribuye entre los diferentes países miembros.
Prevé procedimientos más estrictos. La reforma incluye una investigación más rápida de las llegadas irregulares, la deportación acelerada de los solicitantes de asilo rechazados y la creación de centros de detención fronterizos. Establece la recepción en las fronteras de los solicitantes de asilo con pocas posibilidades de éxito. Quienes serán alojados en condiciones similares a las de detención. Sin excepciones para familias con niños. Establece un mecanismo de solidaridad obligatorio entre los estados miembros para aliviar la carga sobre los países fronterizos. Si un Estado miembro se niega a aceptar solicitantes de asilo, debe compensar esta negativa con una compensación financiera u otras contribuciones
Varias organizaciones de derechos humanos critican duramente las normas previstas. Temen que el ya frágil derecho de asilo se vea erosionado. Uno de los principales desafíos es que el pacto no resolverá algunos de los problemas clave. Queda por ver cuán funcionales serán las nuevas propuestas y si será necesario construir campamentos para adaptarse a los nuevos procedimientos fronterizos.
Asilo debilitado
El reciente pacto migratorio de la Unión Europea ha introducido un filtrado acelerado de las solicitudes de asilo. Permite que aquellos que son rechazados sean rápidamente enviados de vuelta a su país de origen o a otra nación. Históricamente, la UE había mantenido un compromiso con el derecho al asilo. Permitía a las personas que huyen de conflictos y violencia solicitar asilo si logran llegar a Europa. El derecho está respaldado por la Convención de Ginebra. La cual establece que las personas tienen derecho a huir de su país si su vida está en riesgo. Sin embargo, el nuevo reglamento de crisis de la UE se reserva el derecho a anular el respeto a la Convención de Ginebra.
Más de 50 organizaciones sin fines de lucro expresaron su preocupación por que el pacto migratorio permite a los países detener de forma arbitraria a niños y expulsar a los inmigrantes a lo que el acuerdo llama “terceros países seguros”. La organización Save the Children ha denunciado que facilita la retención de niños en la frontera y su permanencia en instalaciones policiales. “Hay muchas otras cuestiones que son muy preocupantes. Se han previsto muy pocas salvaguardas en general para los niños”, afirma la experta en infancia migrante y refugiada de Save the Children, Jennifer Zuppiroli.
Según Raquel González de Médicos sin Fronteras, el pacto no es una solución a la crisis migratoria porque no detiene la violencia en las fronteras. No aborda las condiciones de acogida seguras y dignas para solicitar asilo. Y no respeta el derecho de las organizaciones humanitarias a prestar asistencia.
Tercerización sin resultados
En el verano de 2023, la Unión Europea llegó a un acuerdo migratorio con Túnez. A cambio de más de 1.100 millones de dólares en ayuda financiera, Túnez se comprometió a impedir que los inmigrantes crucen el Mediterráneo hacia Europa. A pesar de la promesa del acuerdo, aún no ha arrojado resultados. Peor aún, las negociaciones entre la UE y Túnez se estancaron. Especialmente luego que el presidente tunecino Kais Saied rechazara un pago multimillonario de la UE en octubre, calificándolo como “donación”.
El de Túnez no es el primer intento de la UE de motivar a terceros países a mantener a los inmigrantes fuera de Europa. Se suscribieron acuerdos similares con Turquía y Libia, y se está preparando otro con Egipto. Sin embargo, son controvertidos desde una perspectiva de derechos humanos. Según los expertos no han tenido éxito.
Los procedimientos fronterizos previstos requieren una mayor cooperación con los países que acogen a solicitantes de asilo rechazados. Pero los países de tránsito no tienen ningún interés real en acoger a personas que han sido deportadas de terceros países. Los expertos se muestran escépticos ante las posibilidades de éxito de las nuevas normas. La realidad es que la migración continuará, y la diplomacia migratoria será aún más importante en 2024.
Juicio de los expertos
La migración desempeña un papel político importante en las elecciones de muchos estados miembros de la UE. Las elecciones parlamentarias europeas se celebrarán en junio y se prevé un crecimiento en la representación de la derecha. Recientemente, en los Países Bajos, el Partido por la Libertad, antiislámico y antiinmigración, del legislador de extrema derecha Geert Wilders, salió victorioso. Con el inicio de un nuevo ciclo político en el bloque, la política migratoria emerge como uno de los retos más prominentes. Atraviesa transversalmente dos áreas cruciales: la política interior y la política exterior.
Para los analistas la implementación de una política migratoria y de asilo común real ha sido un proceso muy lento, probablemente debido a la falta de voluntad política de los Estados miembros y a la disyuntiva de delegar más soberanía y renunciar al control territorial.
Hasta ahora la política migratoria en la UE se ha centrado en el refuerzo del control fronterizo, a veces externalizado hacia países vecinos. Y que perciben la movilidad humana como una amenaza para la sociedad europea. Los expertos consideran que con el abordaje actual no será posible encontrar salidas efectivas al problema. Las oleadas migratorias continuarán hasta que las condiciones objetivas de los países de origen cambien. Mientras, Europa continuará siendo un destino atractivo para quienes quieren una vida mejor.