Los geoparques mundiales de la UNESCO son espacios con continuidad geográfica donde los lugares y paisajes de relevancia geológica internacional se gestionan de acuerdo con un concepto holístico de protección, educación y desarrollo socioeconómico y sostenible
ALBERTO GONZÁLEZ
El patrimonio geológico es una parte fundamental del patrimonio natural. Todo paisaje tiene un origen geológico porque es la tierra o la roca, es decir, el sustrato sobre el que se asienta todo lo demás. Por ello, si queremos conocer bien un entorno natural y protegerlo debemos conocer primero su geología, qué elementos han actuado y actúan para que ese entorno sea como es. Y para fomentar este conocimiento surgió la idea de los geoparques, que no son figuras de protección, amparados por la UNESCO, que conlleven nuevas restricciones de uso, como sí lo son las reservas de la biosfera, sino un nuevo modelo de desarrollo socioeconómico que se apoya en la geología para impulsar áreas deprimidas.
Los Geoparques Mundiales de UNESCO, en muchos casos, sus territorios coinciden con figuras de protección, como son los parques naturales, los parques nacionales, las zonas de especial protección de aves (ZEPA) o incluso las reservas de la biosfera. La iniciativa de los geoparques nació en Europa en el año 2000 a partir de la unión de cuatro regiones de cuatro países diferentes (Haute-Provence en Francia, Vulkaneifel en Alemania, la isla de Lesbos en Grecia y el Maestrazgo en España).
Con ellas se creó la Red Europea de Geoparques (European Geoparks Network, EGN), que en el año 2004, ya con el Amparo de UNESCO, pasó a tener relevancia internacional con la creación de la Red Mundial de Geoparques (Global Geoparks Network, GGN), en la que no solo estaban los 17 geoparques europeos sino también los 8 geoparques nacionales de China. Desde 2004 la lista ha aumentado enormemente y hoy en día (actualizado a comienzos de 2021), la red está compuesta por un total de 169 geoparques repartidos por todo el mundo, con representantes en Europa, Asia, América y África.
ESTRUCTURA DE LA RED DE GEOPARQUES
La estructura de la red de geoparques es relativamente sencilla y tiene dos cabezas claramente diferenciadas. El Comité Asesor es el encargado de la parte más técnica y está formado por 11 miembros de UNESCO, la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Este comité es el encargado de examinar las solicitudes de ingreso a la organización. La segunda cabeza, encargada de los aspectos más coordinativos, es el Comité de Coordinación, constituido por dos representantes de cada geoparque elegido, un coordinador y un vicecoordinador, ambos elegidos para representar a la organización.
Este segundo comité es el que toma las decisiones referentes a la organización, coordinando los contactos con otros organismos internacionales y preparando la agenda de reuniones. Ambos comités en conjunto son el eje vertebrador del proyecto, aunque este se apoya sobre todo en lo que cada geoparque hace en su territorio.Una vez se ha reconocido un territorio como geoparque este pasa a formar parte de la red global por un periodo de cuatro años.
Pasado ese tiempo se abre un proceso de revalidación cuatrienal en el que se tienen en cuenta diversas cuestiones, tales como el progreso en la protección del patrimonio geológico y su promoción dentro del geoparque o el desarrollo de una actividad económica sostenible dentro del territorio, así como otras cuestiones como son el grado de participación activa del geoparque en la vida de la organización. Si este examen es favorable el geoparque será revalidado sin problemas y conseguirá la ansiada Tarjeta Verde, pero si el resultado es desfavorable puede obtener la Tarjeta Amarilla, que indicaría la existencia de deficiencias que deberá solventar en un plazo de dos años, o recibir la Tarjeta Roja y ser expulsado de la organización. Un geoparque elegido puede dejar de serlo, que es lo que ocurrió en 2016 a Maestrazgo, uno de los pioneros de la iniciativa, y que afortunadamente fue readmitido en 2020.
LOS GEOPARQUES ESPAÑOLES EN 2021
España es uno de los países con mayor número de geoparques del mundo, el país europeo con más geoparques (seguido muy de cerca por Italia con 11) y segundo a nivel mundial, solo superado por China y sus 41 geoparques. Esta lista ha seguido creciendo con el tiempo y en 2020, año en el que la iniciativa cumple 20 años, España cuenta con 15 geoparques reconocidos por UNESCO que a nivel nacional constituyen el Foro de los Geoparques Españoles. Son espacios potenciales para disfrutar del geoturismo y comprobar su importante aportación al patrimonio geológico mundial.
1. Maestrazgo 2. Cabo De Gata-Níjar 3. Sierras Subbéticas 4. Sobrarbe 5. Costa Vasca 6. Sierra Norte de Sevilla 7. Villuercas-Ibores-Jara 8. Cataluña Central 9. Molina y Alto Tajo 10. El Hierro 11. Lanzarote y Archipiélago Chinijo 12. Las Loras 13. Orígens 14. Montañas Do Courel 15. Granada.
En el año 2021 la Red Europea de Geoparques estaba formada por 81 geoparques distribuidos por 26 países, de entre los que España es el país con más geoparques de Europa con 15.
1. Maestrazgo. El primer geoparque español es también uno de los pioneros. Declarado en el año 2000, este geoparque de la provincia de Teruel ha sufrido mucho desde su declaración, llegando a ser expulsado de la red en 2016, si bien en 2020 se incorporó de nuevo tras subsanar los problemas administrativos que tenía. La geología de Maestrazgo nos habla de un tiempo lejano en el que la península Ibérica no era una península sino un microcontinente propio, que sufrió numerosas deformaciones tectónicas y el encajamiento de la red fluvial actual.
2. Cabo de Gata-Níjar. El segundo geoparque español se encuentra en la provincia de Almería y fue aprobado en el año 2006. Cabo de Gata-Níjar es un geoparque muy diverso en el que podemos visitar antiguos volcanes y otras manifestaciones volcánicas de un pasado reciente, arrecifes fósiles en excelente estado de conservación y playas antiguas de gran valor que nos permiten conocer cómo ha cambiado la línea de costa y el propio Mediterráneo durante cientos de miles de años. Todo ello sin alejarnos demasiado del desierto de Tabernas.
3. Sierras Subbéticas. El tercer geoparque español se ubica en la provincia de Córdoba y, al igual que Cabo de Gata-Níjar, fue declarado como geoparque en el año 2006. En Sierras Subbéticas descubriremos todo un auténtico mundo marino que hoy en día encontramos en el corazón de las montañas del sistema Bético, con abundantes fósiles que nos harán viajar hasta la era de los dinosaurios y espectaculares paisajes kársticos dignos de Julio Verne.
Los geoparques se apoyan en la geología para dar un futuro a regiones social y económicamente deprimidas, pero sin traer restricciones legales de ningún tipo
4. Sobrarbe. El cuarto geoparque español se localiza en la provincia de Huesca y fue declarado como geoaparque en el año 2006. Sobrarbe, situado en el corazón mismo de los Pirineos, es un geoparque que nos habla del origen del famoso sistema montañoso, pero también de los mares que hubo antes incluso de que se formase el supercontinente de Pangea. El geoparque de Sobrarbe es un lugar ideal para conocer cómo ha cambiado la Tierra en los últimos 500 millones de años.
5. Costa Vasca. El quinto geoparque español, de momento el más pequeño de los 15, fue declarado en el año 2010 y lo encontramos en la provincia de Guipúzcoa. Centrado en el litoral cantábrico, aunque no suscrito solo a él, Costa Vasca es un geoparque que nos habla de los últimos 100 millones de años de historia geológica. En él podremos disfrutar de grandes fósiles marinos, de espectaculares acantilados, preciosas playas y diversas manifestaciones kársticas de gran interés. También es el lugar donde encontramos los estratotipos del Selandiense y del Thanetiense y uno de los sitios donde mejor se puede ver el límite K/Pg.
6. Sierra Norte de Sevilla. Al norte de la provincia de Sevilla encontramos el sexto geoparque español, declarado como tal en el año 2011. Sierra Norte de Sevilla es uno de los geoparques españoles con mayor geodiversidad, ya que en su territorio no solo podremos conocer su historia a través de las rocas sedimentarias, sino que encontraremos rocas ígneas formadas hace 300 millones de años, manifestaciones kársticas actuales, yacimientos fósiles de gran interés e incluso cómo las peculiaridades de su geología llevaron a desarrollar un interesantísimo e importante pasado minero.