Son conocidos los beneficios de la meditación para recobrar el equilibrio entre cuerpo y mente. Disipan los altos niveles de estrés e incertidumbre, tan generalizados durante el confinamiento. Algunos especialistas recomiendan acudir a esa práctica, pero advierten que puede derivar en efectos no deseados, si se explora sin la ayuda profesional.
La técnica milenaria de la meditación, surgida inicialmente en la India, tiene principios filosóficos, éticos, religiosos. Y un amplio abanico de normas a las que hay que ceñirse. De la palabra del latín meditatio, que significa pensar acerca de algo detenidamente, se dice que de su buen entrenamiento también se logran soluciones a distintos retos o dificultades.
La Universidad de Valencia elaboró un estudio a contracorriente sobre los efectos no deseados asociados a la meditación. Se realizó una encuesta multicultural a 350 personas practicantes. Los participantes provenían de España (42,9%) México (10,1%) y Brasil, (6,5%), el resto de diversos países. Se consideraron factores moderadores como el tipo, la frecuencia y la duración de la práctica.
La investigación reveló que de esas 350 personas, 87 (25,5%) señalaron que habían sufrido algún efecto no deseado durante la meditación. La mayoría de estos efectos fueron transitorios y no condujeron a la interrupción de la meditación ni a necesitar asistencia médica.
Las reacciones más frecuentes encontradas estuvieron vinculadas a síntomas de ansiedad (13,7%) y despersonalización o desrealización (cambios en la conciencia espacial, 8%).
Efectos contrarios de la meditación
El estudio sobre los efectos adversos de la meditación se realizó en 2017, por un equipo integrado por Ausiàs Cebolla, profesor de la Facultad de Psicología y Marcelo Demarzo, profesor de la Universidad Federal de Sao Paulo. Así como por Javier Garcia-Campayo, del Hospital Universitario Miguel Servet y Joaquim Soler, del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau.
La encuesta también desveló que las incidencias no deseadas se detectaron más en las prácticas individuales que en las grupales. Los resultados del estudio también apuntan a que algunos tipos de meditación pueden influir más en la prevalencia de efectos nocivos.
La meditación se subdivide en tres grupos. 1.- Atencionales (prácticas concentrativas, mantras). 2.- Constructivas (como en la meditación de la bondad o la compasión). Y 3.- Deconstructivas (prácticas orientadas a deshacer patrones cognitivos maladatativos como el mindfulness).
En los últimos veinte años, en las sociedades occidentales, se ha registrado un incremento en el uso de prácticas de meditación relacionadas con intervenciones basadas en mindfulness (MBI), uno de los enfoques meditadores más frecuentemente utilizados en el contexto científico.
En el informe se precisó que la atención focalizada o centrada está relacionada con más efectos no deseados. Mientras que las prácticas de conciencia corporal (que se relaciona con la salud psicológica y médica) están asociadas con menos.
Sin prisa y con apoyo profesional
Alba Valle, psicóloga e instructora de mindfulness, explicó los resultados de esa investigación y los efectos de la meditación. “No es que meditar no sea positivo, es que no es positivo utilizar algo que no sabes lo que es ni cómo funciona. Y menos, si además sufres problemas de ansiedad y tampoco entiendes ni cómo funciona la ansiedad ni cómo funciona la meditación.
La especialista explicó el porqué de esos aumentos significativos de estrés y angustia o la sensación de no estar dentro del propio cuerpo. Esto ocurre, porque al meditar se liberan emociones dolorosas que pueden desencadenar preocupaciones.
La psicóloga además indicó que el problema de base está en creer que recurriendo a la meditación la ansiedad desaparecerá. «Como si fuera un ansiolítico, un atracón de comida o series de Netflix”. Y adicionó, “cuando actuamos de esta manera y la propia sensación de ansiedad nos da miedo, estamos huyendo de ella y caemos en el mecanismo del backdraft”.
Para iniciarse en la meditación y hacerlo de una manera idónea, planteó dos consejos básicos. Uno, recurrir a un profesional que sepa cómo funciona la meditación a nivel subconsciente y las reacciones que pueden surgir. Y dos, que nos genere, además, confianza.
También sugirió introducirse en esta técnica de forma pausada y progresiva y desaconseja iniciarse con un retiro que suele ser algo mucho más intensivo.
Lee también: