Una megaencuesta realizada entre un universo de 10.000 niños y jóvenes de 10 países encontró que la mayoría está preocupada por la crisis climática y reporta una ansiedad climática generalizada. Los niveles de ecoansiedad o miedo crónico al desastre ambiental ha venido creciendo en esa población. Los resultados son alarmantes: el 59 % respondió estar muy o extremadamente preocupado y el 84 % moderadamente preocupado.
Más del 50% informó tener tristeza, ansiedad, enojo, impotencia e impotencia y culpa al mismo tiempo. Más del 45 % de los encuestados dijo que sus sentimientos sobre el cambio climático afectaban negativamente su vida diaria y su funcionamiento. Incluso, muchos manifestaron tener una gran cantidad de pensamientos negativos sobre el cambio climático. Por ejemplo, el 75 % señaló que cree que el futuro será aterrador y el 83 % piensa que la gente ha fallado en el cuidado del planeta.
Los hallazgos deben instar a la reflexión de los gobiernos, escuelas, hogares, medios de comunicación. Una cosa es la conciencia ante el cambio climático y otra sentirse despavorido. «El estudio muestra un terrorífico panorama. Una ansiedad climática generalizada entre los niños y jóvenes. Sugiere que los altos niveles de distrés psicológico entre los jóvenes se vinculan con la falta de acción del gobierno», señaló la Universidad de Bath, Inglaterra.
La autora de la consulta, Caroline Hickman, de la Alianza de Psicología del Clima de ese centro de estudios, detalló que se encuestaron a 10.000 jóvenes de 16 a 25 años en 10 países. Australia, Brasil, Finlandia, Francia, la India, Nigeria, Filipinas, Portugal, el Reino Unido y Estados Unidos. Fueron 1.000 participantes por país.
Ansiedad climática y otras angustias
Los encuestados calificaron negativamente las respuestas gubernamentales al cambio climático y reportaron más sentimientos de traición que de tranquilidad. 58% señaló que los gobiernos estaban «traicionándolo a él o a las generaciones futuras». Y un 64% argumentó que los gobiernos no hacían lo suficiente para evitar una catástrofe.
La ansiedad climática y la insatisfacción con las respuestas del gobierno son generalizadas en niños y jóvenes. Un fracaso percibido por parte de los gobiernos para responder a la crisis climática se asocia con una mayor angustia, tristeza, desánimo. Los encuestados insistieron en que esa preocupación los afecta en su cotidianidad.
Mientras tanto, los jóvenes del hemisferio sur (conformado por África, América Latina y el Caribe, las Islas del Pacífico y los países en desarrollo de Asia) expresaron mayor consternación
Más de la mitad de los encuestados sostuvieron que se sentían asustados, rabiosos, impotentes, indefensos o culpables. Alrededor de un 55% de los participantes estima que tendrán menos oportunidades que sus padres.
Mitzin Tan, una chica de 23 años de Filipinas, dijo que creció con el miedo a ahogarse en su propia habitación por la subida del nivel del mar.
«La sociedad me dice que se trata de un miedo irracional que hay que vencer. Un miedo que se ‘arregla’ con meditación y unos mecanismos de afrontamiento saludables. Los orígenes de nuestra ansiedad climática se encuentran en esta profunda sensación de traición, debido a la inacción del gobierno», comentó Tan.
Cambio climático supone riesgo para la salud mental
La ansiedad es una «reacción completamente racional», aseguró Caroline Hickman. «Los niños y los jóvenes se están movilizando en todo el mundo. Afirman que la falta de acción contra el cambio climático viola sus derechos humanos», agregó la especialista.
Y adicionó que «este estudio realiza una importante contribución a estos argumentos legales, al enmarcar a la ansiedad climática y al distrés climático como un ‘daño moral'».
Hickman opina que existe una necesidad urgente de más investigación sobre el impacto emocional del cambio climático en niños y jóvenes. Con el fin de que los gobiernos validen su angustia tomando medidas urgentes. “El cambio climático supone un riesgo para la salud mental”, precisó la directiva de la Alianza de Psicología del Clima.
Estudios anteriores han demostrado que existe angustia psicológica por el cambio climático, con dimensiones afectivas, cognitivas y conductuales. Los impactos directos del cambio climático cargan desproporcionadamente a los niños y jóvenes. Al mismo tiempo que se desarrollan psicológica, física, social y neurológicamente.
La evidencia emergente sugiere que los jóvenes están más agobiados por los impactos indirectos del cambio climático, como la ansiedad climática, que afecta la salud y el bienestar psicosocial. Y podría exacerbar los problemas de salud mental preexistentes en algunos niños.
Antes de este estudio, entre 2016 y 2021, varios de los coautores habían realizado una variedad de exploraciones sobre las emociones de los niños en relación con el cambio climático.
“Hasta donde sabemos, esta es la encuesta más grande e internacional sobre la ansiedad climática en niños y jóvenes hasta la fecha. Estas reacciones son reportadas por jóvenes de un conjunto diverso de países con una variedad de ingresos y diferentes niveles de exposición directa a los efectos severos del cambio climático”, resaltó Hickman.