El Mediterráneo no es un hogar seguro ni para los tiburones ni para las rayas. Más de la mitad de sus casi 80 especies están amenazados. Aún más si se le compara con la situación a escala mundial. La afirmación de la organización conservacionista WWF España se basa en datos de la Unión para la Conservación de la Naturaleza. El 14 de julio se celebró el Día de la Conciencia sobre el Tiburón.
Consideradas especies antiguas, nuestros antepasados las pescaban y vendían desde hace más de 4.000 años. Estos grandes predadores, pertenecientes a la clase de los condrictios, no tienen espinas, pero sí un esqueleto cartilaginoso. También una carne muy apetecida, en especial la de sus aletas. De allí la práctica del aleteo, por la cual se les quitan las aletas a los tiburones y después los desechan en el mar. Esto hace que sufran y mueran.
Hay varias razones para que se diga que tanto los tiburones como las rayas del Mediterráneo corren peligro. Algunas especies, incluso, hasta en peligro crítico. La sobrepesca es considerada la principal.
Los especialistas estiman que 80% de las pesquerías del Mediterráneo están sobreexplotadas. Hablan, asimismo, del turismo de masas: la basura que produce termina muchas veces en el mar y afecta su hábitat.
Peligros del turismo
Un informe de WWF afirma que la costa mediterránea recibe 200 millones de turistas cada año. Aunque el turismo masivo es un motor de la economía mundial, acarrea sus consecuencias: dispara la contaminación y la presión sobre los recursos.
Se calcula que la basura aumenta 40% durante los meses de verano. Aun así, pasa mucho tiempo en el medioambiente. Por ejemplo un cigarrillo, causante del cáncer de pulmón, puede tardar hasta un lustro en desaparecer. Un sedal lo hace 600 años después.
Por otro lado, está el problema de los plásticos con las ‘redes fantasmas’ (redes de deriva abandonadas) que son una trampa para tiburones y rayas. Además de quedar atrapadas, como sucede con casi todos los animales marinos, tiburones y rayas ingieren microplásticos.
La sobrepesca se los lleva
La pesca de arrastre es la actividad más frecuente en el Mediterráneo. Aunque solo lo practica el 10% de la flota, captura algo más de la mitad. El arrastre se lleva, sobre todo, al olayo, al tiburón negrito y a la pintarroja.
El palangre también se emplea con frecuencia y tiende a concentrarse en los atunes y el pez espada. No obstante, se calcula que al menos 15 especies de rayas y tiburones son atrapados por la pesca accidental, entre el 10% y el 15% del total.
“Más del 80% de la flota pesquera del Mediterráneo está compuesta por barcos de pequeño y medio tamaño que emplean, sobre todo, redes de enmalle. Aunque es menos destructivo que el arrastre, tiene un impacto enorme en rayas y tiburones, que se quedan enredados a pesar de que no son el objetivo principal”, advirtió WWF.
También hablan del aleteo. Esta práctica tiene como fin cortarle la aleta al tiburón y botarlo de vuelta al mar. El ejemplar, despojado, muere lentamente. Aunque no se hace en el Mediterráneo, y está prohibida en la Unión Europea desde 2012, se sigue empleando en otros sitios.
Consumo que lastima a tiburones y rayas
Como son grandes predadores, estos animales se exponen a acumular en el cuerpo todo lo que han ingerido sus presas. Así que los pesticidas, fertilizantes y otros productos que se usan en la tierra (pero que llegan al mar desde los ríos), también dan a parar en sus organismos. Igualmente, en el de las personas que los ingieren.
Por otro lado, está la reproducción. Como son especies que no suelen tener muchas crías y se tardan en reproducirse, la sobrepesca incide en que disminuya la población en el Mediterráneo
“Casi el 80% de las poblaciones de peces en la región del Mediterráneo están sobreexplotadas. En lo relativo a los tiburones y a los condrictios en general, la situación es aún peor”, agrega el informe 2019 Tiburones en el Mediterráneo: una llamada a la acción.
En este mar hay una gran biodiversidad de condrictios, más de 80 especies. Indican, sin embargo, que la última lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza señala que en este momento hay 73 especies. Más de la mitad están en peligro.
En la lista roja
La lista roja de la UICN estableció que había 20 especies de tiburón y raya en peligro crítico en 2017. En total, 11 especies estaban en peligro y 8 eran consideradas vulnerables.
A escala mundial, la misma lista roja determinó que 25 especies de tiburones y rayas estaban en peligro crítico. Hay 43 especies en peligro, y 113 son vulnerables.
Esto quiere decir que la situación de los tiburones y las rayas en el Mediterráneo es sumamente delicada. Se enfrentan a un fuerte peligro de extinción en estado salvaje.
El UICN acotó que el mercado de las aletas de tiburón, utilizada para la famosa sopa, es una causa notoria en la disminución de estos animales. Pero también para la de algunas rayas que tienen aletas muy valoradas. Tal es el caso del pez guitarra.
Los tiburones, las rayas y las quimeras son apetecidos por más que su carne. Hay productos farmacéuticos que se elaboran a base de hígado de los tiburones de aguas profundas. Pese a los peligros, los tiburones y las rayas pueden llegar a vivir muchos años.
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