La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética ayudará a España a cumplir con sus compromisos internacionales en la lucha contra el cambio climático. Tras su aprobación el jueves pasado en el Congreso, bastarán unas cuantas semanas para que entre en vigor. Pero lo más importante es que la nueva ley supondrá varios cambios en nuestra vida.
Objetivos poco ambiciosos
La normativa se rige principalmente por los objetivos establecidos por la Unión Europea, lo cual ha sido muy criticado por los españoles debido a que los objetivos son poco ambiciosos. Lo más destacado es que la futura ley establece que las emisiones de gases de efecto invernadero deberán reducirse en un 20% en 2030 respecto al año 1990. Además, España deberá aumentar la penetración de energías renovables hasta un 35%, y también debe alcanzar la neutralidad climática para 2050.
Sin embargo, para que la temperatura global no acabe superando en 1,5 ºC los registros preindustriales, es necesaria una reducción anual de las emisiones en un 7,6% hasta 2030, según Naciones Unidad. Para cumplir esta meta el objetivo de la Ley del Cambio Climático debe ser de al menos el 55% en ese plazo y no del 20%.
No obstante, la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, especificó que los objetivos se revisarán en 2023. De ser así, para ese momento podrían ser mucho más ambiciosos.
Grandes cambios en el sector transporte
Entre las primeras acciones de la Ley de Cambio Climático que se presume nos afectará directamente, se encuentra que a partir de 2040 en España no podrán venderse turismos que emitan dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. Para 2050 estos ya no podrán circular. Y es que de todos los sectores, el del transporte es el más afectado. En 2019, el último año del que hay datos oficiales, casi el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero de España procedieron del sector del transporte
En este contexto, a partir del 2023 los edificios no residenciales y con plazas de aparcamiento deberán contar con puntos de recarga, así también lo harán las gasolineras con un determinado volumen de negocio. Además, todos los municipios con más de 50.000 habitantes deberán adoptar planes de movilidad sostenible y zonas de bajas emisiones.
Para los españoles cumplir con estos objetivos del sector transporte dependerá casi únicamente de la venta masiva de vehículos electrificados. Así lo sugería la semana pasada la ministra. “Necesitamos que se democratice el coche eléctrico”, decía durante la presentación de la nueva convocatoria de incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga.
Planes para el sector eléctrico
En estos momentos el sector eléctrico representa poco menos del 14% de las emisiones de efecto invernadero de España. El porcentaje se debe en gran medida al cierre paulatino de las centrales de carbón y al aumento de la implantación de renovables. Pero no es suficiente, por eso la ley calcula que para 2030 se podrá alcanzar el 39,5% de eficiencia de energía eléctrica.
La nueva Ley de Cambio Climático también fija como objetivo para 2050 que el 100% de la generación eléctrica sea renovable, por lo que prácticamente todas las centrales térmicas y nucleares llegarán a su fin.
En general, la iniciativa para combatir el cambio climático para final de la década es una respuesta transversal, inclusiva y solidaria para proteger la biodiversidad, sin embargo, para España es una carrera en contrareloj ante el camino marcado por la UE.
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