Por Andrés Tovar
23/12/2016
Muchos estarán de acuerdo que los «toma y dame» entre figuras públicas publicados en los medios de comunicación ya caen en una categorías de perorata que más que informar aburre entre una que otra miseria humana. Pero, cuando la protagonista es una artista de las características de Björk (l@s que han seguido su carrera, saben qué podría decir), bien vale la pena ponerle atención.
El pasado 16 de diciembre, durante una aparición en un festival en Houston (EEUU), la artista nórdica presentó su Björk digital, una instalación donde los asistentes podían caminar a través de una exposición de arte, sumergirse en una versión de la realidad virtual «de la intensa imágenes capturadas desde el interior de la boca (de Björk)» y escuchar a un conjunto de música pinchada por la propia artista en vivo.
En el lugar estaba Björk con una máscara, pinchando tras una pantalla que simulaba un frondoso follaje. La apuesta trajo consigo un aluvión de publicaciones en los medios locales, que fueron desde lo positivo a lo negativo, pasando por el «milenialísmo» WTF?. Otros simplemente mostraron su desconcierto: ¿Por qué Bjork tendría que ocultarse detrás de tantos helechos? ¿Por qué no muestra su propia música? ¿Por qué ocultarse detrás de una máscara?
Pues, de la propia Bjork, obtuvieron su respuesta. En un mensaje de Facebook publicado este 21 de diciembre (así como un mensaje corto en Instagram), la artista tomó ese aluvión de opiniones como punto de partida para hablar en contra de los prejuicios de género en la industria de la música.
Björk desestimó las críticas a su instalación, con el argumento de que «seguramente la hubieran elogiado como han elogiado a tantos artistas masculinos que realizan un trabajo experimental de manera similar».
«!!!! Feliz solsticio de invierno!!!
Como saben, en mi carrera no me he quejado de sexismo y a veces he acabado inmerso en el. Pero tengo la sensación de que he desatado una corriente positiva, con un flujo de posibles cambios
Así que quería mencionar una cosa
Soy consciente de que hace menos de un año empecé a pinchar públicamente, así que esto es algo a lo que mis seguidores apenas se han estado acostumbrando, y ha sido increíblemente acogedor para mí compartir mi viaje musical y poder ser yo. Ha sido muy divertido juntar trozos de canciones, compartir diferentes coordenadas y la música más sublime que conozco.
Pero algunos medios de comunicación no pudieron concebir que estuviese «actuando oculta» detrás de una máscara, cosa que no han criticado en mis homólogos masculinos que han hecho lo mismo. Y creo que esto es sexismo, lo cual terminando este año es algo que no voy a dejar pasar (…) durante mi activismo he cantado sobre terroristas suicidas embarazadas y por la independencia de las islas Feroe y Groenlandia, pero no fue compartir mis angustias por lo que me han dado la aceptación en los medios de comunicación. A los hombres se les permite pasar de un tema a otro, hacer ciencia ficción, piezas de época, ser cómicos e inventar cualquier cosa, pero no a las mujeres. Si nosotras no cortamos nuestro pecho ni sangramos sobre los hombres y los niños, estamos engañando a nuestra audiencia».
Esta no es la primera vez que Björk ha abierto sobre de lo que siente acerca de los dobles estándares en la industria discográfica. En una entrevista de 2015, señaló que los músicos masculinos son tratados con frecuencia como grandes creadores, mientras que las mujeres a menudo no reciben crédito por el trabajo que han hecho por si mismas. Como un ejemplo de ello: Björk trabajó personalmente en la mezcla de su celebrado álbum Vespertine durante tres años, trabajo que le fue acreditado erróneamente a un par de músicos electrónicos (varones) que trabajaron con ella durante dos semanas al final del proceso.
Aún así, Björk escribió, que espera que el 2017 marcará el comienzo de «una era de libertad para las mujeres que se atreven a pensar fuera de las cajas creativas en las que a menudo son forzadas a entrar por la sociedad (…) sé que el cambio está en el aire (…) Por lo tanto, comparto esto con usted, espero que en el próximo año, a pesar de que yo haya sido valiente para compartir estos ‘asuntos femeninos clásicos’, pueda cambiarme de vestuario y salir a la función».
Grande, Björk