Actualmente, la inteligencia artificial no puede sustituir a los escritores y guionistas. Sin embargo, sí podría ser de gran ayuda para organizar las ideas, la trama y no perderse en el propio laberinto de la creación de un texto. El periodista Alex Kantrowitz cuenta su experiencia de cómo la IA lo convirtió en un mejor escritor. Principalmente, lo ayudó a ser más productivo. Redujo el trabajo mecánico y le dedica más tiempo a la creatividad.
Algunos expertos insisten en que es cuestión de tiempo para que la inteligencia artificial reemplace muchos trabajos, especialmente en la industria de la comunicación. Por ahora eso está muy lejos. Para el periodista es posible que la IA haga que esas labores sean mejores, menos rutinarias y con un mejor rendimiento.
Inteligencia artificial para ser un mejor escritor
Kantrowitz también explica cómo el uso de la tecnología lo enseñó a escribir con más rigidez y precisión. La inteligencia artificial es ideal para evitar errores ortográficos, de redacción y sintaxis. Con un texto perfecto los lectores se sienten más atraídos y es más fácil que permanezcan hasta el final de su lectura.
La herramienta Grammarly se basa en un software de inteligencia artificial que detecta errores de estilo. Es indispensable para el aprendizaje del escritor, pues lo enseña cómo corregirlos. Grammarly lo ayudó a corregir varias tendencias «vergonzosas» que hacían ver a su escritura como descuidada.
Con la IA, Kantrowitz pudo detectar las palabras repetidas y faltantes y reducir la palabrería. Su aprendizaje lo ha llevado a escribir con voz activa con más facilidad, pues el software detecta cuándo usas la voz pasiva y resalta el error para mostrarte dónde te equivocas.
Adentrándose en el mundo del asistente Grammarly
En busca de descubrir cómo funciona la tecnología para conocerla mejor y usarla con más frecuencia, el periodista habló con Timo Mertens, el director de aprendizaje automático de Grammarly. Le dijo que la tecnología de inteligencia artificial de la empresa trata la escritura como si fuera una traducción. Pero en lugar de traducir de un idioma a otro, la herramienta traduce mal para luego sugerir cambios y corregirlo.
Como todo software de inteligencia artificial funciona a través de seres humanos que le proporcionan la información a la máquina. Grammarly hace esto con la ayuda de varios lingüistas que están detrás de la herramienta y le suministran una gran cantidad de literatura para entrenarlo.
Lo más importante de la herramienta es que no hace todo el trabajo. Desde la ignorancia muchos pensarían que prácticamente la inteligencia artificial hace todo el trabajo. Sin embargo, al señalarle los errores el escritor puede evitarlos con más facilidad, «Grammarly ahora tararea en mi cabeza y puedo anticipar sus sugerencias antes de que surjan», dice Kantrowitz. Ahora no puede imaginarse vivir sin él, es una herramienta invaluable incluso para un escritor profesional.
Un escritor con más tiempo para ser creativo
Desde que se apoya en la inteligencia artificial para sus historias, Kantrowitz ahora tiene más tiempo para desarrollar su creatividad. Sus textos son mejores pues los avances recientes en IA lo ayudan a reducir el tiempo que le dedica a la transcripción. Siendo en un periodista que se dedica a entrevistar personalidades su rutina de trabajo era muy pesada. Escuchaba al entrevistado y escribía las ideas principales en un cuaderno. Luego, con la llegada de la tecnología se usaban las grabadoras o los teléfonos inteligentes, pero es tediosa la tarea de escuchar toda la entrevista varias veces para poder transcribirla a mano. Además, toma bastante tiempo.
Con la inteligencia artificial un periodista ahora puede evitarse esta tarea. Otter.ai es una herramienta diseñada específicamente para eso. Graba las conversaciones y las transcribe en vivo utilizando tecnología de IA. Alex Kantrowitz también tuvo la oportunidad de hablar con Sam Liang, fundador de Otter, quién asegura que la aplicación funciona entrenándose con decenas de miles de horas de conversaciones de audio, utilizando esos datos para ayudarlo a convertir la conversación hablada en palabras.
La herramienta también puede diferenciar entre las voces de los oradores e incluso distinguir cuando alguien hace una pregunta en lugar de compartir una declaración. Usar Otter implica dedicar menos tiempo a transcribir arduamente una conversación con una fuente y a la vez hace que puedas dedicarle más tiempo a desarrollar la historia.
Gracias a este tipo de software, según el periodista, los humanos ahora podemos dedicar más tiempo a concentrarnos en nuestras ideas y evitarnos las labores mecánicas que implican desgaste e incluso pérdida de tiempo y motivación.
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