Por Cambio16
27/2/2018
La infraestructura petrolera en Colombia está comprendida por la red nacional de oleoductos y poliductos. Sin embargo esta no es suficiente para afrontar el aumento de producción. La implementación de una infraestructura adecuada se hace hoy más necesaria que nunca.
El transporte de hidrocarburos líquidos ha sido la rama de la industria petrolera que menos ha sufrido los recortes. Sobretodo los derivados de la caída de los precios del crudo en Colombia. El sector únicamente ha reducido su inversión. Al menos hasta 2015 en un 8,1 por ciento. Una cifra muy baja en comparación con el 67,7 por ciento que ha caído el monto. El mismo destinado a exploración y el 83 por ciento en que ha bajado la inversión destinada a los hidrocarburos no convencionales.
A pesar de este menor recorte. El importe final que Cenit, filial de Ecopetrol dedicó al transporte. Almacenamiento y logística de hidrocarburos. En 2015 al transporte ha descendido más de lo previsto. No obstante, en 2016 la compañía anunció que pretendía dedicar 1.442 millones de dólares. Pero finalmente aprobó una inversión de 1.234 millones de dólares.
Esta mínima reducción se debió, a la falta de infraestructuras que tenia el país. Según un informe del Banco Mundial publicado hace tres años. Colombia está en el puesto 97 entre 160 estados. Lo que supone un retroceso de más de 30 puestos respecto del ranking anterior.
Y es que la evacuación del crudo es una de las mayores limitaciones del sector. Dada la precariedad del sistema de oleoductos del país. Existen muchos campos de producción y nuevos descubrimientos. En zonas aisladas con necesidades de conexión a oleoductos, puertos de exportación y refinerías.
Diferentes compañías productoras han incrementado su volumen de extracción. Sobretodo en yacimientos ya descubiertos. Estos tienen problemas a la hora de transportar el crudo.
Este fenómeno ha provocado la utilización desmedida de carrotanques para el transporte de petróleo y naftas. Esto ha incrementado el coste del transporte. El deterioro de las carreteras del país y una reducción de competitividad en la industria extractiva.
La infraestructura petrolera
La infraestructura petrolera en Colombia en los últimos tres años es que a medio plazo. Se propone el desarrollo de su infraestructura petrolera. En 2015 contaba con casi 9.000 kilómetros de oleoductos y poliductos. Estos convergen en las terminales de Coveñas y Santa Marta. En el Atlántico, y Buenaventura y Tumaco, en el Pacífico. Pero no es suficiente para transportar la demanda de combustibles líquidos y la mayoría del petróleo producido en Colombia.
La implementación de la infraestructura se hace hoy más necesaria que nunca. Debido a que los oleoductos incrementan su nivel de uso y la competencia empresarial por tener acceso al sistema crece notablemente.
En 2015 el Ministerio de Minas y Energía (MME) decidió impulsar la construcción de ductos. A través de la creación de una nueva metodología de fijación tarifaria para el transporte de crudo. El nuevo sistema permitiò a los remitentes y los transportadores fijar pactos mediante un proceso de negociación reglamentado. Esto garantiza la libertad de acceso, la libertad contractual y un trato no discriminatorio. El transportador entonces podría pactar una tarifa que reconociera las inversiones y los costos para el desarrollo del nuevo oleoducto. De manera que el remitente estarìa autorizado a acordar una tarifa que sea económicamente aceptable para el desarrollo de su campo.
Ese mecanismo permitió que las tarifas pactadas tuvieran una vigencia de diez años. De esta forma, los inversores pueden recuperar su inversión y las compañías productoras conocen de antemano el precio que deberán pagar durante la etapa productiva de su campo. La infraestructura petrolera se fue materializando.
La infraestructura
La empresa estatal Ecopetrol tiene una presencia preponderante en el sector del transporte de crudo. Además de ella, operan en el mercado colombiano otras empresas privadas propietarias de oleoductos. Hace 5 años la petrolera estatal decidió escindir en Cenit todos sus activos y participaciones en el negocio del transporte y, desde entonces, esta filial se encarga de gestionar todos los asuntos relacionados con la logística y almacenamiento de hidrocarburos.
En 2014 la compañía destinó 732 millones de dólares a proyectos que permitieran aumentar la capacidad de transporte y la seguridad de la infraestructura. En total, la empresa consiguió que el volumen de transporte de crudos y refinados subiera un 1,26 por ciento y que la capacidad de los sistemas de oleoductos creciera en 150.000 barriles por día (bd) con lo que la gestión de transporte por oleoducto en 2014 ascendió hasta los 954.000 bd y por poliducto hasta 251.000 bd.
Colomboa cuenta con una red para el transporte de refinados que incluye principalmente ductos para gasolinas, diésel, combustóleo y GLP. Este sistema tiene capacidad para transportar 351.000 barriles por día y se extiende a través de 3.625 kilómetros. Ecopetrol opera toda la red excepto el poliducto entre la planta de abasto en Medellín y el aeropuerto José María Córdova, de la ciudad de Rionegro. La capacidad de transporte por oleoductos, en los últimos años era de 1,3 millones de bd a lo largo de 5.325 kilómetros.
Cenit tiene previsto poner en marcha varios proyectos para mejorar el transporte de crudo. Entre ellos se encuentra el oleoducto San Fernando Monterrey. Con una capacidad de 390.000 barriles por día, este proyecto asegura la evacuación de los crudos procedentes de los campos Chichimene y Castilla hasta la Estación de Bombeo Monterrey.
Con Ocensa Delta 35 se pretende aumentar la capacidad del oleoducto de 615.000 a 750.000 barriles por día antes de junio de 2016. Mmientras que la ampliación de Caño Limón-Coveñas permitirá incrementar la capacidad de transporte hasta 250.000 barriles por día.
La compañía también está inmersa en el desarrollo de Magdalena Medio 100, un proyecto con el que se espera incrementar la capacidad de transporte de crudo desde Ayacucho hasta Coveñas en 25.000 barriles día. como parte de la infraestructura petrolera
En cuanto a refinados, el ducto Costa Norte Galán moverá 100.000 barriles por día de nafta y 30.000 de ACEM. O gasolina desde el sistema Pozos Colorados hasta Galán. Por último está en la lista Diluyente 120. Lo que amplía la capacidad de transporte de diluyente a 120.000 bd.
El objetivo es que todos estos proyectos fortalezcan la posición de Cenit en el transporte de crudo, negocio que ha sufrido un ajuste derivado de la crisis de precios. Por ejemplo, un grupo de cuatro empresas formado Talisman, Total, Cepcolsa y Petrominerales, vendieron el 25 por ciento de su participación en Ocensa al fondo estadounidense Advent. La infraestructura petrolera comenzó a posicionarse.
Fin de la tregua
Tras 50 años de confrontación en 2014, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) declararon una tregua indefinida que provocó la reducción de las agresiones en un 85 por ciento. Tal y como reflejan datos del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac). Cenit, confirma que en 2013 se contabilizaron 187 agresiones frente a las 73 registradas hasta julio de 2014. Sin embargo, el grupo revolucionario decidió romper la tregua tras el bombardeo del ejército colombiano del 22 de mayo donde murieron 27 guerrilleros y pocos días después retomó las acciones violentas contra la infraestructura petrolera del país. Tras seis meses de relativa calma, el grupo terrorista atentó en junio contra diferentes oleoductos y pozos ubicados en el sur del departamento de Putumayo.
Presuntos integrantes del Frente 48 volaron un tramo del oleoducto San Miguel-Orito (OSO), en el municipio de San Miguel. También atentaron contra el pozo Loro Ocho, en el municipio del Valle del Guamuez.
Los ataques se produjeron pese a las conversaciones de paz que las FARC y el Gobierno de Colombia mantenian en Cuba. El diálogo se inició en 2012 y, aunque los atentados terroristas no habían cesado en ningún momento (según el expresidente Álvaro Uribe, durante el proceso de paz se han cometido 1.024 acciones violentas). Sí se habían reducido considerablemente. Ahora, se espera que los ataques a la infraestructura se incrementen. Sobre todo tras la alianza que sellaron las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).