La India intenta descolonizar la enseñanza de la ciencia, pero la injerencia del partido de gobierno contamina el esfuerzo de hipernacionalismo y afirmaciones falsas. Hace más de un siglo su más distinguido intelectual y el primer Premio Nobel no europeo, Rabindranath Tagore, se manifestaba inconforme con el sistema educativo heredado de imperialismo británico que había en su país, pero su propuesta tiene pocos puntos en común con la que se intenta establecer
El poder británico sobre la India duró casi dos siglos, pero a ocho décadas de su independencia la educación en la milenaria nación sigue siendo la que instauraron los ingleses. La misma que frustraba a Tagore, que abandonó la escuela a los 13 años y optó por formarse en casa. Un hogar privilegiado en el que abundaban los libros y se estimulaba su enorme curiosidad y apetito intelectual.
Uno de los mayores errores de la soberbia británica fue considerar que la India, con sus más de 4.000 años de historia, múltiples culturas, religiones y cientos de idiomas, era atrasado y debía ser “civilizada”. Que se quiera romper con esa herencia es comprensible. Tagore quiso hacerlo.
Propuesta de Tagore
Reconocido mundialmente por su prolífica obra literaria y artística, que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1913, Rabindranath Tagore fue también un pionero en el campo de la educación. Su visión innovadora y su compromiso con un aprendizaje integral lo convirtieron en uno de los pedagogos más influyentes de su tiempo. Nacido en el seno de una familia hindú reformista, cuestionó desde joven los métodos educativos tradicionales, influenciados por el colonialismo británico.
En el Virreinato Indio, las escuelas seguían principalmente los métodos británicos. Centrados en la memorización y la obediencia. Tagore, sin embargo, tenía una visión diferente. Creía que la educación debía ser liberadora, creativa y conectada con la naturaleza. Su propia experiencia escolar insatisfactoria lo impulsó a crear algo nuevo.
En 1901, fundó Santiniketan, una escuela experimental en las afueras de Calcuta. El nombre significa “Morada de la Paz”. En ella buscó inculcar en los niños no solo conocimientos académicos, también valores humanistas y espirituales. Un espacio donde los niños podían aprender en armonía con la naturaleza, desarrollando su creatividad y espíritu crítico.
Santiniketan: escuela de la paz
Tagore creía que la educación debía estar en armonía con la naturaleza. Santiniketan se estableció en un entorno verde y abierto, lejos de los espacios urbanos asfixiantes. También quería que sus alumnos se abrieran al mundo. Invitó a maestros y artistas de diferentes culturas a visitar Santiniketan. Lo que enriqueció la experiencia educativa y fomentó la comprensión global. El poeta indio no separaba el arte de la ciencia o la espiritualidad de la razón. Creía en una educación integral que nutriera la mente, el cuerpo y el alma.
Esta institución educativa, que aún hoy sigue siendo un referente mundial, se basó en los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, valores que consideraba fundamentales para una educación integral. “Me resolví a educar niños. Y no porque yo creyese que tenía un talento particular para enseñarlos, sino porque me parecía que tenía el secreto de hacerlos dichosos”.
Declaración que resume su enfoque: la educación no solo debe transmitir conocimientos, también cultivar la alegría y la plenitud en los corazones de los estudiantes. Hoy, Santiniketan sigue existiendo como Visva-Bharati University, una institución que combina tradición y modernidad, y que sigue inspirando a generaciones de estudiantes.
Descolonizar la educación
La propuesta de descolonización educativa del Gobierno Indio tiene como punto de partida la inclusión del conocimiento tradicional en los planes de estudio universitarios. Lo que ha generado un intenso debate. Algunos ven en la iniciativa una oportunidad para recuperar la autoestima nacional y valorar la diversidad cultural del país. Otros expresan preocupación por la posible instrumentalización de este concepto con fines políticos.
La historia del zinc en Zawar es un ejemplo de cómo la búsqueda de un «conocimiento indio» puede reescribir la historia y desafiar las narrativas dominantes. En el siglo XII, los habitantes de la tribu Bhil de Zawar descubrieron una forma de destilar el cinc fundiendo el mineral en un horno cerrado, lo que permitió su uso más amplio en monedas y herramientas. Los registros británicos sobre este proceso probablemente sirvieron de base a William Champion. El metalúrgico británico que patentó la destilación del cinc en 1738.
La historia permaneció en gran parte olvidada hasta las excavaciones arqueológicas de la década de 1980. En 1988, la Sociedad Americana de Metales reconoció el sitio de Zawar como un “monumento histórico internacional” y un “precursor de la Revolución Industrial”. Pese a lo cual, la India no recibió el reconocimiento que merecía por su pionera contribución. Hoy, la retorta de Zawar forma parte del programa de estudios de ciencias en la Universidad St. Xavier’s. Según Dharmendra Pradhan, ministro de Educación de la India, su inclusión refleja una nueva política educativa destinada a “descolonizar la educación y fomentar el orgullo por nuestros idiomas, cultura y conocimiento”.
Desafío diverso
Para cumplir con tal visión, la agencia central que regula la educación superior estableció que al menos el 5% de los créditos necesarios para graduarse deben provenir de cursos que enseñen el conocimiento tradicional indio. Algunas universidades optaron por agregar clases de yoga. Mientras que otras, como St. Xavier’s, están desarrollando planes de estudio detallados sobre la historia de la India. Además, cinco campus de los prestigiosos Institutos Indios de Tecnología (IIT) establecieron centros de Sistemas de Conocimiento Indio para crear cursos que beneficien a otras instituciones.
No todos están conformes. Hay quienes expresan preocupación ante la posibilidad de que los nuevos cursos no reflejen adecuadamente la diversidad de la sociedad india, con sus múltiples etnias y religiones. Temen que la agenda nacionalista hindú del Partido Bharatiya Janata (BJP) pueda influir en la interpretación del “conocimiento indio”. Cuatro estados con partidos de oposición se niegan a implementar la nueva política educativa. En parte por temores a la parcialidad y a la posible pérdida de fondos federales para la educación.
A algunos expertos les preocupa que el programa pueda promover la desinformación sobre la ciencia en la antigua India. Anita Rampal, ex decana de educación en la Universidad de Delhi, subraya la importancia de reconocer la pluralidad y los intercambios de conocimiento que han ocurrido a lo largo de milenios. Mayank Vahia, ex profesor de astronomía en el Instituto Tata de Investigación Fundamental, teme que un currículo formal pueda verse afectado por el hipernacionalismo y afirmaciones infundadas Que pueden dañar la reputación de la India en el campo de la ciencia.
Recuperar el conocimiento pasado
En el siglo XVIII, los eruditos europeos que exploraron los textos sánscritos y la filosofía india quedaron impresionados por la antigüedad y sofisticación de la cultura de la región. Esta visión inicial, denominada “orientalista”, dio paso a una perspectiva que consideraba a la sociedad india como atrasada. En 1835, casi 80 años después del inicio del régimen colonial británico, el parlamentario Thomas Macaulay expresó en su “Minute on Education” la necesidad de introducir escuelas inglesas en la India. Por consierar el conocimiento tradicional indio como “historia falsa, astronomía falsa, medicina falsa… en compañía de una religión falsa”.
La Ley de Educación Inglesa, aprobada ese mismo año por las autoridades británicas, desvió fondos de las escuelas sánscritas y persas, predominantes en el norte de la India, hacia las escuelas inglesas que enseñaban el pensamiento occidental, incluyendo la ciencia moderna. Legado que persistió luego de la partida de los británicos. El inglés sigue siendo el idioma de instrucción predominante en la educación superior. También la formación de los médicos sigue el modelo británico.
Ahora el Ministerio de Educación de la India invoca el pasado antiguo como fuente de inspiración, Destaca el aporte de eruditos como Aryabhata, un matemático y astrónomo del siglo V. Desarrolló la trigonometría plana y calculó una aproximación del número pi. La nueva política educativa exige enseñar sobre las contribuciones de la India al conocimiento, desde las matemáticas hasta la filosofía. Además, promueve el sánscrito como lengua de erudición clásica y escritura religiosa.
Redescubriendo la ciencia india
El Ministerio ha creado una división dedicada a “rejuvenecer e integrar los sistemas de conocimiento indios en el mundo contemporáneo”. Financiando centros especializados para desarrollar cursos en idiomas regionales y proyectos de investigación centrados en el conocimiento tradicional. Entre las propuestas se encuentra el estudio de antiguos sistemas de clasificación de suelos y la validación de fórmulas para tratar enfermedades del ganado basadas en el Ayurveda (un sistema tradicional que utiliza remedios a base de hierbas).
Aditya Kolachana, profesor de matemáticas en el nuevo Centro de Sistemas de Conocimiento Indio del IIT Madrás, destaca la importancia de conocer la historia propia, independientemente de su aplicación inmediata. Kolachana se sorprendió al descubrir que las matemáticas en la India antigua estaban muy avanzadas. Se atribuía el cálculo a eruditos europeos como Isaac Newton y Gottfried Leibniz en el siglo XVII. Pero en el siglo XIV la escuela de Kerala, en el sur de la India, ya había explorado conceptos clave, como las series de potencias del seno y el coseno. Miles de manuscritos matemáticos antiguos aún permanecen sin traducir ni estudiar en bibliotecas. Un legado que merece atención.
Los defensores de esta iniciativa, como Ganti Murthy, jefe de la división, aspiran a producir “100 Aryabhatas” en los próximos 100 años. Toman de ejemplo el descubrimiento de las propiedades antipalúdicas de la artemisinina en la medicina tradicional china. Argumentan que es hora de que los indios valoren y promuevan sus propias tradiciones. Pues, de lo contrario, podríamos seguir viendo cómo otros se benefician comercialmente de los tesoros de la India. Como la popularización global de la cúrcuma, una hierba con raíces en la medicina tradicional india.
Curso básico
Las nuevas directrices educativas en la India exigen que todos los estudiantes universitarios se sumerjan en los sistemas de conocimiento indio. Emitidas por la Comisión de Becas Universitarias (UGC), buscan explorar sus aplicaciones contemporáneas. El presidente de la UGC, Jagadesh Kumar, alienta a investigadores y estudiantes a utilizar el método científico moderno para validar y aplicar el conocimiento tradicional en la resolución de desafíos actuales.
El curso básico se centra en los “fundamentos filosóficos subyacentes” e incluye “sesiones inmersivas” sobre prácticas como el yoga y la meditación. Los cursos específicos de cada disciplina profundizan en áreas como la historia de las matemáticas indias o la medicina ayurvédica. Los estudiantes de geología exploran los sistemas tradicionales de gestión del agua, como los pozos escalonados de Rajastán. Sistema tradicional con el que recolectaban agua de lluvia y recargaban las aguas subterráneas en una región árida. Ahora como parte de las medidas de resiliencia climática, demuestran la relevancia del conocimiento ancestral.
Desinformación y fundamentalismo
La mayoría de los críticos no cuestionan el valor intrínseco del conocimiento ancestral. Sus preocupaciones se centran en cómo el actual gobierno nacionalista hindú, encabezado por el BJP, podría distorsionar la iniciativa. Desde que llegó al poder en 2014, ha emitido declaraciones controvertidas sobre la ciencia india. El primer ministro Narendra Modi citó la historia de un guerrero concebido “fuera del útero” en la epopeya hindú Mahabharata como evidencia de que los antiguos indios conocían la “ciencia genética”.
Después del exitoso aterrizaje de la misión lunar Chandrayaan-3 cerca del polo sur de la Luna, se publicaron módulos adicionales en los libros de texto escolares que hablaban de “carros voladores” descritos en los Vedas, textos sánscritos que datan del 1500 a.C. Sugerían que los indios de esa época conocían o utilizaban aviones. Afirmaciones controvertidas que no favorecen la credibilidad de la ciencia india.
Los críticos también temen la posibilidad de que «ideas oscurantistas y pseudociencias» entren en el sistema educativo bajo el lema de «conocimiento indio». En 2021, la Universidad Nacional Abierta Indira Gandhi introdujo un máster en astrología india. Enseña a los estudiantes sobre los movimientos planetarios, las matemáticas astrológicas y cómo la vida humana se alinea con «los acontecimientos en el espacio sobre la base de las creencias de los sabios indios».
Sesgos
Aunque las directrices oficiales sobre los cursos de conocimientos indios hacen hincapié en el uso de fuentes auténticas y advierten contra la exageración, los críticos temen que los cursos se vean afectados por prejuicios. Las directrices para los cursos de conocimientos indios podrían estar sesgadas. La India es diversa en idiomas y religiones, pero se enfatizan los textos sánscritos y las filosofías hindúes. Dejan de lado las tradiciones sijs, cristianas o musulmanas. También se pasa por alto en el plan de estudios sobre la historia de las matemáticas el período islámico medieval. Cuando los textos árabes y persas se tradujeron al sánscrito y viceversa.
La conversación genuina entre las tradiciones de conocimiento persa y nativas tampoco se menciona. Los historiadores consideran a los gobernantes musulmanes medievales como parte de la historia india. Pero la derecha hindú ve el período medieval como un período de conquista musulmana, incluso de colonialismo de Oriente Medio, lo que ha llevado a la reducción o eliminación de capítulos de los libros escolares sobre el período mogol.
La Red de Ciencia Popular de toda la India criticó duramente la «implementación deficiente y sesgada» de la agenda de conocimiento indio. Señalan que se está utilizando para difundir ideas pseudocientíficas y promover una visión limitada de la historia. Subrayan la necesidad de desterrar el malentendido de que la ciencia es una actividad exclusiva de unos pocos hombres eruditos o de una clase social específica. Excluyendo las contribuciones de diversas comunidades y evitando abordar temas controvertidos como el sistema de castas, uno de los legados más difíciles del pasado. Para los expertos existe una resistencia a abordar las contradicciones y los conflictos que forman parte de la herencia hindú.
Amplio y multidisciplinario
“La India siempre ha sido considerada una tierra de espiritualidad, pero también fue una tierra de comercio y ciencia”, declara Radha Kumar, especialista en historia antigua, ante cientos de estudiantes de primer año que se congregan en el auditorio de St. Xavier’s en Bombay para asistir a su primera clase sobre el conocimiento indio. Kumar, quien también coordina el programa de conocimientos indios en la universidad, enfatiza que el contenido se diseñó cuidadosamente para evitar contenido «brahmánico» o excluyente. Les dice a los estudiantes que no deben considerar los textos antiguos como meras escrituras, sino como “fuentes que nos cuentan algo sobre tiempos pasados”. Recalca que la cultura india es diversa y multifacética. Un punto que algunos estudiantes también plantean.
El curso básico abarca sesiones sobre tribus regionales y la contribución de las mujeres al movimiento Bhakti, una reforma dentro del hinduismo. Se ofrecen “clases magistrales” con expertos invitados, como Vahia, quien explora la astronomía antigua. Los departamentos científicos de St. Xavier también se suman. La facultad de geología enseña sistemas de irrigación mogol, que adoptaron dispositivos mecánicos hace siglos como parte de la gestión tradicional del agua. Mientras tanto, el departamento de física se centra en figuras modernas como CV Raman, ganador del Premio Nobel en 1930 por su trabajo en la dispersión de la luz.
Instituciones de élite como la jesuita Universidad St. Xavier pueden desarrollar planes de estudio sofisticados, pero muchas otras universidades enfrentan limitaciones de recursos. En Maharashtra, el comité directivo estatal de educación rechazó más de la mitad de los planes de estudio de conocimientos indios presentados por instituciones autónomas. Citaron preocupaciones sobre contenido religioso y chovinismo. Para apoyar a las universidades, el Ministerio de Educación ha capacitado a profesores y formadores maestros, con planes de formación adicionales en el horizonte.
Complejidad del idioma
Algunos estudiantes cuestionan la relevancia de las nuevas clases en un momento de alto desempleo juvenil y rápidos cambios tecnológicos. Otros encuentran la experiencia reveladora. Gargee Javiya, estudiante de geología, describe cómo un módulo sobre geología la hizo respetar aún más la cultura india. En una clase, analizaron la desaparición de un río atribuida a una maldición antigua y exploraron la evidencia geológica desde una perspectiva científica. El jefe del departamento, Samant, siempre ha compartido historias de ciencia local con sus alumnos. Ahora, al incluirlas en el currículo formal con detalles y evidencia, se asegura de que no puedan ser ignoradas.
El inglés, legado del colonialismo británico, se ha convertido en la lengua de enseñanza predominante en las facultades de ingeniería, medicina y ciencias en la India. Sin embargo, la nueva política educativa busca cambiarlo al ampliar la educación superior para incluir los idiomas locales. En 2021, el examen nacional de ingreso a la ingeniería se ofreció por primera vez en 13 idiomas indios. Un proyecto piloto ha matriculado a estudiantes en títulos de ingeniería en seis idiomas regionales. El gobierno ordenó a todas las escuelas primarias y universidades que proporcionaran material de estudio digital en idiomas indios en un plazo de tres años.
La tarea no es sencilla. India cuenta con una gran diversidad lingüística, con 122 idiomas principales, a lo que se suman cientos de dialectos locales. Otros países asiáticos, como Japón y China, promovieron un idioma nacional o un dialecto estandarizado para la enseñanza científica. Los intentos de convertir el hindi en un idioma nacional enfrenta resistencia. El inglés sigue siendo visto como una vía hacia la movilidad social y el acceso al poder cultural. Las escuelas de idiomas locales disminuyeron en favor de las escuelas de enseñanza en inglés. Para las familias migrantes, las barreras lingüísticas pueden convertirse en una “capa de exclusión”. Algunos expertos sugieren un enfoque bilingüe (inglés junto con una lengua india) como una solución más equitativa.
Tagore ausente
Cualquier reforma educativa suele ser polémica. En un país como la India con su crisol de culturas, cientos de idiomas, múltiples religiones y miles de años de historia no podía ser de otro modo. La propuesta del Gobierno de Narendra Modi, con sus aciertos y debilidades apunta a una reivindicación de lo indio como modo de descolonizar la educación.
Rabindranath Tagore tenía otro abordaje del problema. Para el gran poeta indio esa descolonización pasaba por alejar a los estudiantes del salón de clases y reencontrarse con la naturaleza, con la belleza, con el arte. Respetar todas las creencias y culturas, reforzar el pacifismo como filosofía de vida y apostar al encuentro entre occidente y oriente como la mejor vía para optimizar el conocimiento.
“Cuando enseño algo, lo hago con amor, me doy por entero en ello”, decía. Su pedagogía tiene más de un siglo cosechando excelentes resultados en las 2 escuelas y la universidad que fundó. Unas instalaciones por las cuales pasearon los pedagogos más destacados del siglo pasado y que contó entre sus invitados al propio Mahatma Gandhi. Modri debería echar una mirada al modelo del Tagore pedagogo y maestro.