Por Juan E. Ballesteros
12/4/2017
La incidencia del cáncer infantil se ha incrementado un 13% en los últimos veinte años en todo el mundo y ha sido más común desde el comienzo de siglo que en los años ochenta, registrando una tasa de incidencia anual de 140 por millón en niños de hasta 14 años, según un informe realizado por la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer (IARC), que ha analizado 300.000 casos de cáncer diagnosticado entre los años 2001 y 2010.
Gran parte de este aumento en los casos de cáncer infantil puede estar motivado por una detección temprana de la enfermedad. El cáncer más común es la leucemia, que afecta a casi un tercio de todos los cánceres detectados en niños menores de 15 años. En segundo lugar, con un 20% de los casos, se sitúan los tumores en el sistema nervioso. Los linfomas, con un 12%, se sitúan en tercer lugar.
Entre los pequeños menores de cinco años un tercio de los casos correspondían a tumores embrionarios, como el neuroblastoma, el retinoblastoma, el nefroblastoma y el hepatoblastoma.
Para prevenir el cáncer infantil resulta imprescindible contar con una información detallada sobre la incidencia de la enfermedad, que permita activar los mecanismos que reduzcan su proporción o que incrementen la detección temprana. Las causas genéticas son las que mayor incidencia tienen, aunque no se descartan otras relacionadas con efectos ambientales externos como infecciones o determinados contaminantes ambientales.
Este estudio se ha realizado con datos procedentes de 153 registros sobre cáncer en 62 países que engloban, aproximadamente, un 10% de la población infantil en el mundo.
La incidencia del cáncer en el segmento de adolescentes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años, la tasa anual es de 185 casos por millón de adolescentes, según reflejan los datos de un estudios realizado en 100.000 casos. El cáncer más común en esa franja de edad es el linfoma (23%), seguido de los carcinomas y melanomas (21%).