Por Andrés Tovar
24/12/2016
Quizá los espacios donde los niños van y visitan a Papá Noel para pedirle sus regalos sea visto hoy en día como un asunto pintoresco, dado los estándares de hoy en día. Los niños y los tiempos han cambiado, sí, pero eso no significa que hoy el trotamundos de la navidad no esté sometido a una intensa presión, ahora más estratificada y con la ayuda de las herramientas digitales.
En el fondo, el trabajo de «ser Papá Noel» tiene, además de la nobleza de mantener vivo a uno de los personajes más míticos de todo el mundo, un papel valioso en la economía de servicios en todo el mundo durante estas fechas. A lo mejor esto puede sonar exagerado, pero como como señala un ensayo publicado recientemente en Academy of Management, el espíritu navideño sustenta las cuentas de las vacaciones de miles de millones de empresas, soporta cadenas de suministro mundiales y activa millones de puestos de trabajo de temporada.
Sólo en los EEUU, el sector minorista prevé añadir 700.000 puestos de trabajo de temporada este año, y grandes transnacionales como UPS y FedEx contrató a decenas de miles de empleados a corto plazo, mientras que se espera que los compradores gasten unos $ 700 mil millones en los últimos dos meses del año.
El curro navideño
Desde la década de 1890, cuando los primeros grandes almacenes de Londres y los EEUU comenzaron a utilizar a Papá Noel como señuelo para aumentar la entrada a las tiendas, el «curro navideño» se ha expandido, diversificado y evolucionado por todo el mundo.
En varios lugares del orbe el negocio va más allá de la simple foto: tiendas especializadas como Hamleys ya no cobran por la fotografía. Por ser tan larga la cola, a sus dueños se les ha ocurrido crear una experiencia con vídeos, animatrónicos, venta de golosinas y demás, con ingresos mucho más sustanciosos que el que puede dar una simple foto.
Ya en la «primera división» del entretenimiento, firmas como Dreamworks dan muestra de lo importante que es Papá Noel para los ingresos de fin de año con iniciativas como «Santa’s Adventure«: Dentro de una casa de 2.000 metros cuadrados, las familias se montan a bordo de un trineo para hacer una simulación de vuelo al Polo Norte donde harán una visita «sorpresa» a Papá Noel en su estudio. El paseíllo, de unos seis a siete minutos, cuesta entre $ 40 a $ 75 por familia. A los padres se les pide que reserven con antelación, inclusive pueden hacerlo online.
El mítico «Santa» podría ser el embajador del festival de gasto estadounidense. Semanas atrás, publicábamos la tendencia de los Papá Noel estadounidenses de publicarse en LinkedIn y sus ingresos, los cuales pueden llegar hasta $ 10.000 y $ 20.000 por temporada.
Así que, cuando vea al próximo Papá Noel, no lo desmerite. El abuelo hace mucho más dinero que nosotros…