La pandemia ha golpeado con fuerza la economía. Pero no a todos los sectores por igual. La peor parte la han llevado el turismo, la hostelería y la restauración. No solo recibieron el mayor impacto a inicios de la crisis sanitaria, sino que la anhelada recuperación les ha sido esquiva. Conforme pasan los días, semanas y meses, van de mal en peor.
En tiempos de pandemia todas las cartas están en contra del turismo, la hostelería y la restauración. Sus operaciones son las que más tienen contacto social. Son las que más dependen de la movilidad y de la apertura de las fronteras. Y para colmo, no clasifican como actividades esenciales. En consecuencia, las medidas de restricción frenan fuertemente su desempeño.
Los representantes del sector de la hostelería y la restauración han protestado una y otra vez. No solo se quejan del efecto negativo de las medidas sanitarias. También denuncian la falta de ayudas. Aseguran que son insuficientes o incluso que están ausente. Han sido palabras al viento. A lo sumo, algunos préstamos que un poco de «maquillaje publicitario» han vendido como si fueran ayudas.
Números rojos
Las previsiones de Hostelería de España revelan que los meses de inactividad casi total por las restricciones han supuesto un gran impacto para el sector, con un efecto muy negativo sobre la economía, tanto en términos de producción, como de empleo y reducción del tejido empresarial. El sector cerró 2020 con una caída en su facturación del 50%. Equivale a una retroceso de 67.000 millones de euros.
En términos operativos, el recorte supondrá el cierre de casi un tercio de los locales (entre 85.000 y 100.000) y la destrucción de una cuarta parte del empleo (400.000 puestos de trabajo, aproximadamente).
Al comienzo de la crisis desaparecieron 400.000 empleos y 900.000 trabajadores se tuvieron que acoger a un ERTE. Durante los principales meses de cierre (abril y mayo), la facturación cayó por encima del 90%. Para el conjunto del año, se prevé una pérdida de entre 900.000 y 1,1 millones de puestos de trabajo, directos e indirectos.
Va para peor
Muchas empresas no ven viable la apertura de sus negocios. Una parte serán cerrados definitivamente. De los 315.000 establecimientos que había en 2019 en el conjunto del sector hostelero, hasta un tercio podría desaparecer al cierre de 2020, que supone alrededor de 100.000 negocios.
José Luis Yzuel, presidente de la patronal, cree que el Gobierno ha mostrado una total “falta de empatía y respeto” hacia el sector, se ha negado a aprobar ayudas directas, pese al severo impacto de la pandemia.
El Banco de España encuentra una realidad muy parecida. Estima que el 75% de las compañías de la hostelería, la restauración y el ocio terminaron el año con una rentabilidad negativa. Son muchísimas más de las que estaban en esta situación en 2019, que tan solo representaban el 17,1% del total. Este sector estaría experimentando así una caída en su rentabilidad que se sitúa en el -12,4% al cierre del año.
La ayuda no llega
En medio de este entorno, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, prometió en diciembre un plan de salvación para la hostelería. Adicionalmente, Hacienda repartió 8.000 millones de euros del fondo REACT-EU entre las comunidades para «reactivar la economía». Se trata de un dinero que el sector espera que usen en parte para ayudar a la hostelería. En las últimas semanas, además, muchas comunidades han anunciado planes de ayudas directas para los sectores afectados. Pero llegado enero y estamos a las puertas de febrero, y José Luis Yzuel insiste en que las medidas no se han cristalizado. «La hostelería se encuentra en una situación desesperada y de desamparo total por parte del Gobierno. Es incomprensible que anunciaran hace más de un mes un plan de rescate al sector y parece que nunca llega», denunció..
Los voceros del sector han denunciado que mientras en el resto de Europa los anuncios de restricciones han ido acompañados de ayudas, no ha ocurrido así en España. Aseguran que las empresas, especialmente las pymes, mayoritarias en este sector, se enfrentan a un verdadero hueco negro financiero.
El Banco de España ha dicho que las medidas puestas en marcha para frenar el impacto económico de la pandemia sobre las empresas, como las moratorias o los créditos con aval del Estado, han sido vitales para asegurar la subsistencia de las compañías, especialmente de las pymes. Pero han elevado considerablemente su endeudamiento.
Para colmo de males no se ve ni la lucecita ni el túnel
Bares, café, restaurantes y terrazas en general intentan ver la luz al final del túnel. Pero ni siquiera han visto el túnel. La llegada de la tercera ola, con su batería de restricciones, les ha puesto en la cuerda floja, sin malla de protección. Están al garete y sin salvavidas. Permanecerán cerrados hasta el 28 de enero en Castilla-La Mancha, hasta el 30 de enero en Baleares y hasta el 4 de febrero en la Comunidad Valenciana y en los municipios extremeños de más de 3.000 habitantes.
En Castilla y León, Cantabria, parte de Galicia, Canarias y Navarra estarán con el negocio a medias: solo pueden servir en las terrazas. Y en el resto de las comunidades estarán con horarios limitados, como máximo a las 22 horas. Incluso la Comunidad de Madrid decidió adelantar una hora el cierre, de diez a nueve, y que solo pueda haber 4 clientes por mesa.
El sector exige respuestas
Las reacciones no se han hecho esperar. El director general de Hostelería Madrid, Juan José Blardony, calificó de «negativo» el adelanto del cierre de establecimientos por las autoridades regionales. La medida supondrá una caída del 25% en la facturación. Confirmó que un grupo de hosteleros de Madrid se ha unido a la denuncia contra el Gobierno de España, ante el Tribunal Supremo, para pedir una compensación económica.
Los hosteleros valencianos hicieron una cacerolada para denunciar que su situación es «cuestión de vida o muerte». Antes de los valencianos, se manifestaron baleares y extremeños. En las protestas ha habido coronas de flores y ataúdes para representar la muerte. Entre los lemas, hay frases muy duras. En una pancarta, colocaban de menú: «Hambre, ruina y miseria». En otras se leía: «Nos morimos de hambre».
Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, aseguró que la situación es «gravísima» en las zonas dependientes del turismo.
Necesidad de avanzar
Pese a todo, el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel destacó que hay que ser optimistas dentro de la dificultad, cuando se piensa en las tendencias para 2021. “El sector tiene que aprovechar las oportunidades que se presentan como el auge e impulso de las tecnologías, de los servicios de delivery y take away, así como la formación y motivación de los profesionales y, además, las oportunidades de emprendimiento y reinvención de los negocios son ahora más necesarias que nunca”.
Emilio Gallego, secretario general de la patronal, resaltó la importancia de las ayudas directas que el sector viene reclamando con reuniones, movilizaciones y propuestas desde hace meses. Su mayor ambición es lograr que España se homologue a Europa en un rescate de la hostelería y la restauración acorde a su relevancia y peso en el tejido productivo del país.
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