Un mes después de la cruenta invasión rusa a Ucrania, sus bombardeos están sembrando el terror entre los que se refugian en los sótanos. También entre las comunidades pobres a cientos de kilómetros de distancia. El impacto de la guerra comienza a desestabilizar la distribución de alimentos en parte del planeta y sus precios a dispararse.
Al aislar a Ucrania de los mercados globales, el conflicto bélico empuja los precios de los alimentos a niveles alarmantes. Esta apremiante situación ya se siente en África Oriental, donde las reservas se han reducido debido a las sequías, enjambres de langostas del desierto y la pandemia de COVID-19 que persiste. La región depende en gran medida de las importaciones de trigo de Ucrania (el granero de Europa) y Rusia. Sin esos suministros, millones de personas pueden quedarse sin comer en ese continente y en otros. El impacto previsible es multiplicador.
Hay señales de que los mercados están respondiendo a la guerra, por su afectación en las cadenas de suministro y en la inflación galopante. La ofensiva militar tiene atrapada una parte crucial del trigo, el maíz y la cebada del mundo en Rusia y Ucrania. Mientras que una porción todavía mayor de los fertilizantes globales está atascada en Rusia y Bielorrusia. El resultado es que se están disparando los precios de los alimentos y los fertilizantes. Desde que comenzó la invasión, los precios del trigo han aumentado 21%, los de la cebada 33% y los de algunos fertilizantes en 40%.
La turbulencia está agravando problemas existentes como el aumento de precios y la reducción de suministro de alimentos. En parte, por el alza del petróleo y el gas. Los expertos prevén que la situación empeorará una vez que los efectos de la guerra se deslicen en cascada.
Efectos de la guerra en los alimentos
David M. Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, la agencia de la ONU que alimenta a 125 millones de personas al día, es pesimista con respecto al impacto de la guerra en los alimentos.
“El conflicto en Ucrania tan solo ha mezclado una catástrofe con otra. No ha habido ningún precedente que siquiera se acerque a algo como esto desde la Segunda Guerra Mundial”, afirmó.
Las tierras ucranianas están a punto de perderse temporadas cruciales de siembra y cosecha. Las plantas europeas de fertilizantes están reduciendo su producción de manera significativa a causa de los altos precios de la energía. Los agricultores desde Brasil hasta Texas están recortando gastos en fertilizantes y esto amenaza el volumen de las siguientes cosechas.
China, que enfrenta su peor cosecha de trigo en décadas después de una serie de fuertes inundaciones, está planeando comprar una fracción mucho mayor del suministro menguante del mundo. India, país que suele exportar pequeñas cantidades de trigo, ha visto cómo la demanda extranjera aumenta a más del triple en comparación con el año pasado.
En todo el mundo, el resultado se reflejará en costos más altos en el supermercado, reseña The New York Times. En febrero, los precios de los comestibles habían subido 8,6% en comparación con el año anterior. El mayor incremento en 40 años, según datos del gobierno. Los economistas esperan que la guerra infle aún más esos precios.
En cuanto a quienes viven al límite de la inseguridad alimentaria, el aumento más reciente de los precios podría orillar a muchos al borde del abismo. Después de haberse mantenido estable en gran medida durante cinco años, el hambre aumentó18% a lo largo de la pandemia. Ahora entre 720 millones y 811 millones de personas la padecen.
Más hambre en el mundo
A principios de este mes, Naciones Unidas declaró que el impacto de la guerra podría provocar más hambre en el mundo. De entre 7,6 millones y 13,1 millones de personas más.
Los costos del Programa Mundial de Alimentos aumentaron 71 millones de dólares al mes, suficiente para reducir las raciones diarias de 3,8 millones de personas. “Les quitaremos comida a los hambrientos para dársela a los famélicos”, comentó Beasley en forma dramática.
Estas circunstancias podrían aportarle una nueva dimensión a la visión que tiene el mundo de la guerra, los alimentos, sus precios y el hambre. ¿Podría alimentar más la furia en contra de Rusia y las exigencias de que alguien intervenga? ¿O la frustración se centraría en las sanciones de Occidente que están obstruyendo el paso de los alimentos y los fertilizantes?
Aunque casi todos los países enfrentarán precios más altos, algunos lugares podrían tener dificultades para encontrar suficientes alimentos en general.
Armenia, Mongolia, Kazajistán y Eritrea han importado casi todo su trigo de Rusia y Ucrania y deben encontrar nuevas fuentes. Sin embargo, están compitiendo con compradores de mucho mayor tamaño, como Turquía, Egipto, Bangladés e Irán, los cuales han obtenido más del 60% de su trigo de los dos países en guerra.
SOS de la FAO
La guerra en Ucrania pone en peligro millones de vidas y medios de vida, alertó la FAO. Las próximas semanas son críticas para los agricultores. Hay que hacer todo lo posible para proteger cosechas y ganado. La Seguridad Alimentaria a corto y largo plazo depende de ello.
El conflicto también está afectando a la seguridad alimentaria de Ucrania, bajo las tropas rusas. Está obligando a desplazamientos masivos, con probables repercusiones graves en la producción de alimentos y en los medios de vida basados en la agricultura. Fuente principal de ingresos en las zonas rurales de ese país golpeado.
La FAO acaba de solicitar financiación inicial inmediata y mínima, de 50 millones de dólares. Para ayudar a las 240 000 personas más vulnerables de las zonas rurales en los próximos tres meses. Y hacer frente a las necesidades más apremiantes y urgentes de las comunidades agrícolas.
En total, el Grupo de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida, que codirige la FAO, solicitó 183,5 millones de dólares destinados a proporcionar ayuda alimentaria. Y apoyo a los medios de vida agrícolas como parte del llamamiento urgente de las Naciones Unidas.
En torno al 30 % de la población de Ucrania (12,6 millones de personas) vive en zonas rurales (cifras de enero de 2021). La agricultura es fundamental para la economía ucraniana y los medios de vida de las comunidades rurales, ya que representa el 9 % del PIB.
La guerra es como un caleidoscopio de desastres: muerte, dolor, ruina, encarecimiento de alimentos y hambre.
Lee también en Cambio16.com: