Por Andrés Tovar
08/06/2017
Barack Obama y Justin Trudeau tuvieron la oportunidad de compartir este miércoles en una cena informal. Además de la cena, ambos compartieron el momento con el mundo en sus cuentas en Twitter
How do we get young leaders to take action in their communities? Thanks @BarackObama for your visit & insights tonight in my hometown. pic.twitter.com/EwJXPEkN3w
— Justin Trudeau (@JustinTrudeau) June 7, 2017
«¿Cómo vamos los jóvenes líderes a tomar acción en las comunidades? Gracias @BarackObama por tu visita esta noche a mi ciudad natal» escribió Trudeau.
Tonight in Montreal, @BarackObama and @JustinTrudeau discussed their shared commitment to developing the next generation of leaders. pic.twitter.com/170ze83igl
— The Obama Foundation (@ObamaFoundation) June 7, 2017
«Esta noche en Montreal, @BarackObama y @JustinTrudeau discutieron su compromiso compartido de desarrollar la próxima generación de líderes» tuiteó por su parte la fundación de Barack Obama».
El ex presidente de Estados Unidos visitó Montreal para visitar la Cámara de Comercio de esa ciudad canadiense y terminó cenando con el primer ministro del país en un restaurante de moda. Las fotos se hicieron virales de forma instantánea en los principales medios, mostrando a unos relajados Obama y Trudeau, dos hombres que flotan sobre parte del drama que envuelve al gobierno estadounidense: las relaciones entre Estados Unidos y Canadá en este momento.
Obama: "What do you recommend?"
Trudeau: "I hear the covfefe is pretty good" pic.twitter.com/aGUgmZdBns
— philip lewis (@Phil_Lewis_) June 7, 2017
Pero esta fue más que una informal cena. Es una instantánea construida por dos líderes que entienden cómo captar la atención de los medios y diseñar una narrativa sutil. La fotografía -tomada nada menos que por su fotógrafo oficial durante la presidencia, Pete Souza- ayuda a recordar la influencia de Obama, en contraposición a las últimas escenas protagonizadas por la administración Trump.
Indelebles, a veces heroicamente posicionadas, las imágenes distribuidas por la oficina de prensa de la Casa Blanca de Obama siempre se enfocó a mostrar al hoy exmandatario como un hombre fácilmente accesible. Y su inclinación por la comida se ha prestado a innumerables sesiones de fotografía, unas veces disfrutando de una hamburguesa de Obama, y en otra probando cosas más exóticas, como la vez que compartió con el conocido Anthony Bourdain en Hanoi.
El enfoque de Trudeau, por su parte, un poco diferente. Las fotos de su gestión giran alrededor de buenas historias, como su recepción personal a los refugiados sirios en el aeropuerto. Siempre con poses amables -las selfies son casi una regla- y con una inquebrantable sonrisa. Haga usted personalmente el ejercicio: sin ir más lejos, vaya a Google y coloque el nombre del primer ministro canadiense en el buscador de imágenes y cuente cuántas fotos de los primeros resultados no cumplen con alguna de estas dos características. The Guardian lo definió como «un antídoto soleado a las noticias turbulentas que se derraman desde otras partes del mundo».
Todo esto se puede desprender de la foto de la cena de Montreal. Estas imágenes, humanizadas y relajadas, distan mucho de la actual imagen de la Casa Blanca de Trump. Por mucho que clama Trump la popularidad y la adulación, éste prefiere las escenas que definen su administración como provista de poder y autoridad.
Incluso, sentarse a comer un sencillo pollo frito tiene que estar enmarcado en un exclusivo confort.
Great afternoon in Ohio & a great evening in Pennsylvania – departing now. See you tomorrow Virginia! pic.twitter.com/jQTQYBFpdb
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 2, 2016
Trudeau, junto con la canciller alemana Angela Merkel y el ahora recién elegido presidente francés Emmanuel Macron, se han posicionado como los líderes «humanos» de Occidente, frente a un Trump que lidera EEUU en un terreno más beligerante y volátil.
Y como bien se sabe que toda foto es un mensaje, sentarse a comer con Obama, en el contexto actual de las relaciones entre EEUU y Canadá, puede ser un mensaje deliciosamente poco sutil de Trudeau, pero deja bastante claro qué punto de vista se respeta y cuál es el estilo de liderazgo que el canadiense ve apto para las grandes democracias.