Los científicos quieren encontrar la fórmula para envejecer con calidad de vida. Pero hay superricos que quieren vivir eternamente para quienes no hay límites en la búsqueda de la inmortalidad. Invierten enormes sumas de dinero en intentar alcanzarla. Pero primero tropezaban con las teorías biológicas que explican por qué somos mortales. Ahora además se topan con la física.
La inmortalidad, un tema que ha fascinado a la humanidad a través del tiempo, se ha buscado por diversas vías. Desde prácticas místicas hasta investigación científica. El deseo de vida eterna es un desafío complejo y multifacético que sigue capturando nuestra imaginación.
A lo largo de la historia, se han tejido numerosas leyendas sobre el elixir de la vida o la fuente de la eterna juventud. A pesar de la falta de pruebas concretas de su existencia, la leyenda ha perdurado a través de los siglos. Los mitos de la inmortalidad han dejado una huella indeleble en la historia y la cultura global. Desde héroes que descienden al inframundo y regresan, hasta alquimistas en busca de la Piedra Filosofal. Los relatos de seres inmortales han sido un tema recurrente en diversas culturas. Porque en el fondo subyace el temor a la vejez, a la inevitable muerte y el sueño de los poderosos de ser eternos.
En el siglo XXI, la tecnología avanzada en los países desarrollados coexiste con el crecimiento de las religiones y nuevas creencias en todo el mundo. Plantea la interrogante de si la búsqueda científica de la inmortalidad tiene sentido. Los avances médicos, como las terapias con células madre y las futuras terapias génicas, alimentan la ilusión colectiva de prolongar la vida. Estos avances parecen acercarnos al mito de la inmortalidad, pero en realidad solo prolongan un debate incierto y a veces generan especulaciones que los científicos consideran absurdas.
Envejer
El envejecimiento es un proceso multifacético que no puede ser entendido desde una sola disciplina. Aunque la esperanza de vida ha aumentado, los años de buena salud no han seguido el mismo ritmo. Las investigaciones buscan prolongar la calidad de vida y estimular la adopción de una vida más saludable.
Existen dos grupos de teorías sobre el envejecimiento: las genéticas, que sostienen que está programado y determinado genéticamente, y las de desgaste, que lo atribuyen al azar y al entorno. El enfoque actual integra ambos conceptos. Se han identificado nueve características clave del envejecimiento: comunicación celular alterada, pérdida de células madre, acumulación de células senescentes, disfunción mitocondrial, alteraciones metabólicas, inestabilidad genómica, acortamiento de los telómeros, alteraciones epigenéticas y pérdida de proteostasis.
En la juventud, nuestro sistema inmune elimina las células viejas, limpiando los tejidos. Sin embargo, en la vejez, este proceso se altera. Las células senescentes se acumulan, provocando el deterioro de los tejidos y dificultando su función. Esa acumulación podría explicar, en parte, las arrugas de la piel, la falta de regeneración de los órganos y la pérdida de masa muscular con la edad.
Tras el mito de la vida eterna
Los mitos históricos más conocidos sobre la inmortalidad incluyen:
- Fuente de la eterna juventud: El navegante español Ponce de León, se cree que buscó esta fuente en su segundo viaje a América. En el camino descubrió a la Florida.
- Leyenda de la sirena: Según el mito japonés consumir su carne otorga la inmortalidad.
- Planta mágica: El mito griego cuenta que Glauco de Antedón adquirió la inmortalidad tras comer una planta maravillosa que los dioses ocultan a los hombres mortales.
- Oro líquido de los dioses: Hermes y Thot consumieron «oro líquido» para lograr la inmortalidad.
- Elixir de la vida: Entre los chinos se creía que el arsénico, el jade, el cinabrio y la hematita son ingredientes esenciales en elixires de la vida.
- Santo Grial: Se supone que fue la copa que usó Jesús en la última cena y se dice que solo el alma más pura es capaz de sujetarla. Quien lo logre adquiere la inmortalidad.
- Piedra filosofal: La gran búsqueda de los alquimistas. Algunas leyendas, la posesión de la Piedra por sí sola otorgaba una vida sin fin. En otras, la Piedra se usaba para sintetizar el Elixir de la Vida.
- Vampirismo: Persiste la teoría de que las historias de vampiros fueron creadas por auténticos inmortales a fin de mantener en secreto su propia existencia.
Simple termodinámica
Bryan Johnson, un empresario de software, invierte 2 millones de dólares anuales en rejuvenecer su cuerpo de 45 años. Con un equipo de más de 30 profesionales de la salud y una dieta rica en vitaminas, Johnson busca la inmortalidad. Su enfoque costoso y complejo sirve como modelo para aquellos con los recursos para seguirlo.
Sin embargo, la inmortalidad puede enfrentarse a un obstáculo insuperable: las leyes de la física. El “desgaste” es una teoría del envejecimiento que se refiere al movimiento térmico de las moléculas de agua que pueden romper los enlaces moleculares en nuestras células, causando su deterioro.
El envejecimiento puede ser una característica evolutiva necesaria para dar paso a nuevas generaciones. Alternativamente, puede ser el resultado de este “desgaste”. Las “máquinas moleculares” en nuestras células, responsables de funciones como la replicación celular, están constantemente sometidas a colisiones moleculares. Este movimiento térmico proporciona energía para el trabajo celular, pero también puede romper enlaces moleculares.
El Dr. Leonard Hayflick, un experto en envejecimiento desarrolló el “límite de Hayflick”, que es el número máximo de veces que las células humanas pueden replicarse antes de volverse senescentes. Apoya la teoría del desgaste del envejecimiento, argumentando que todo en el universo envejece debido a la segunda ley de la termodinámica. Esta ley, que gobierna el comportamiento de todas las moléculas, puede ser la causa última del envejecimiento. Aunque podemos reparar daños, hay límites a nuestra capacidad de auto-reparación.
Culpa de la entropía
La entropía, concepto postulado por Rudolf Clausius en los años 1850, describe el paso de un estado ordenado a uno menos ordenado. Según la segunda ley de la termodinámica, en un proceso irreversible, la entropía final debe ser mayor que la inicial. Por ejemplo, al comer una manzana, su entropía aumenta a medida que la masticamos y la incorporamos a nuestro metabolismo.
El envejecimiento del cuerpo puede verse como un aumento de la entropía. Algunos daños pueden revertirse, pero la complejidad de nuestro cuerpo, con 37 billones de células de 200 tipos distintos, hace que los sistemas de reparación no puedan seguirle el ritmo.
Como explica Hoffmann, “el cuerpo es una red jerárquica de sistemas interconectados” y cualquier daño puede afectar a los mecanismos de reparación, acumulándose con el tiempo. Estudios recientes muestran que la transcripción del ADN en proteínas se ve comprometida con la edad, lo que puede dar lugar a lo que experimentamos como envejecimiento.
El envejecimiento es un proceso universal. Llevar un estilo de vida saludable, evitando el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y manteniendo una alimentación adecuada, puede ralentizarlo al no sobrecargar la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo.
Detener el envejecimiento
Existen diversas estrategias para retrasar el envejecimiento. Como vivir en temperaturas más bajas, seguir dietas bajas en calorías, y la exposición a campos magnéticos de media estática. Sin embargo, los resultados son variados y los científicos continúan investigando esos métodos. Algunos estudios en ratones sugieren que las transfusiones de sangre de individuos jóvenes pueden prolongar la vida. Pero esos hallazgos no se aplican necesariamente a los humanos
El envejecimiento no es una enfermedad, sino un proceso natural causado por el tiempo. A pesar de los avances en higiene, medicina y nutrición que han duplicado la esperanza de vida humana en el último siglo, es improbable superar el récord de 122 años establecido por Jeanne Calment en 1997.
«Puedes tomar tanta vitamina C, B, A, comer todas las frutas buenas, vivir en un lugar hermoso, meditar todos los días, hacer tus ejercicios, y, si tienes suerte, tal vez llegues a los 110 años. Pero no a los 160», dice Hoffmann.
Curiosamente, la esperanza de vida humana supera lo que se esperaría basándose en nuestro tamaño. Aunque hay excepciones, la longevidad suele correlacionarse con el tamaño del animal. Por ejemplo, un ratón vive en promedio dos años, mientras que los elefantes pueden vivir hasta 60 años y las ballenas azules hasta 90. Teniendo esto en cuenta, deberíamos llegar a los 40 años, como hacía la mayoría de la gente antes del siglo XX. En la naturaleza, los animales rara vez envejecen debido a la depredación, enfermedad o inanición.
Dos millones anuales
Bryan Johnson, sigue un riguroso régimen de salud y fitness para rejuvenecer su cuerpo. Su rutina incluye una serie de suplementos, ejercicios, cuidado dental y de la piel, y una dieta vigilada. Johnson invirtió más de dos millones de dólares en su plan de rejuvenecimiento el año pasado. Sigue el programa Blueprint del Dr. Oliver Zolman, que promete una reducción del envejecimiento del 25% en 78 órganos.
El multimillonario estadounidense se somete a una monitorización exhaustiva, incluyendo análisis de su intestino, pestañas y erecciones nocturnas. También se somete a terapias de la piel y mantiene un horario de sueño estricto. Un equipo de treinta médicos lo atiende, y su dieta se monitorea cuidadosamente. A pesar de las advertencias de los médicos sobre los riesgos de las terapias genéticas experimentales, Johnson está considerando someterse a ellas. Ha lanzado la web Rejuvenation Olympics para invitar a otros a unirse a su plan.
Insiste en que la falta de información sobre cómo funciona nuestro cuerpo impide que las personas lleven una vida saludable. Incluso ha implicado a su hijo Talmage, de 17 años, en una operación: intercambian plasma sanguíneo, en lo que el multimillonario califica «el primer intercambio de plasma multigeneracional del mundo». En la comunidad científica hay desacuerdos sobre su plan, por mucha supervisión médica que tenga. Hay quienes hablar de vigorexia y de un trastorno de la personalidad.
Prolongar la vida o vivir mejor
La inversión de miles de millones en la prolongación de la vida plantea cuestiones éticas. Aunque los descubrimientos podrían beneficiar a todos, existe una disparidad en cómo se vivirán esos años extra entre los ricos y los menos afortunados. La mayoría de las personas carecen de ahorros para la jubilación, y la discriminación por edad dificulta la búsqueda de empleo para los mayores.
El cambio climático y el aumento de la ansiedad y la depresión sugieren que podría ser más beneficioso invertir esos recursos en mejorar la calidad de vida en los años restantes. Las personas que viven en las “Zonas Azules”, como Okinawa y Cerdeña, experimentan una longevidad uniforme y tienen altas tasas de centenarios. Esas personas no siguen dietas ni tratamientos especiales, simplemente llevan un estilo de vida saludable.
Ralentizar o incluso revertir el envejecimiento puede ser un proyecto apasionante para algunos. Pero hasta que descubramos el envejecimiento cuántico, disfrutar de pequeños placeres, como un buen vino tinto o una baguette crujiente, puede hacer que la vida valga la pena. Hasta Bryan Johnson, que evita cualquier cosa que pueda contribuir a la entropía corporal, reconoce que hay que ser cautos ante la inmortalidad. “No se trata de vivir para siempre. Ni siquiera se trata de apuntar a cierta edad. Se trata de desbordarse de emoción cada noche antes de dormir para lo que el mañana traerá”, afirma. La terca física hace que por ahora alcanzar la inmortalidad siga siendo un mito.