En un pequeño pueblo montañoso de Argentina, al extremo norte, está Fiambalá. Ahora perceptible no solo por los paisajes, sino por los recursos que se supone impulsarán una revolución verde. En las últimas semanas ha dado que hablar un proyecto de litio encabezado por la empresa minera argentina Liex. Los habitantes de la zona temen la minería del litio generará escasez de agua.
Tres Quebradas es parte de la ola de exploración de litio que se expande en Argentina impulsada por el urgente imperativo global urgente de descartar los combustibles fósiles. Visto como una solución a los problemas del cambio climático, legisladores y residentes están deseosos por aprovechar los beneficios económicos que extracción de litio puede traer.
Sin embargo, hay divisiones cada vez más visibles. En el “triángulo de litio”, en la intersección de Argentina, Bolivia y Chile, se han incrementado los desafíos y contradicciones entre pueblos indígenas, agricultores, activistas medioambientales y científicos han presentado querellas contra los extractivistas «que solo piensan en su beneficio económico». Han investigado sobre las calamidades que trae la minería de litio, han organizado cortes de carreteras, recogido firmas y marchado contra proyectos en que están envueltos políticos y empresarios. Climate Home News señala que las preocupaciones de la Asamblea Fiambalá Despierta se centran en el impacto sobre las fuentes de agua y la tierra agrícola y los bosques naturales.
Liex se anuncia como un tipo diferente de compañía minera. Después de cinco años de exploración y evaluaciones, espera la aprobación final del Estado para comenzar los movimientos de tierra y las operaciones mineras.
Entretanto, la fiebre del litio sube. La búsqueda y explotación del metal más liviano de la Tierra viene aumentando desde la década de los noventa con la creciente demanda de baterías para alimentar teléfonos móviles, computadoras y artefactos electrónicos. El advenimiento del automóvil eléctrico y «su promesa de un futuro más limpio» ha ampliado las posibilidades de que sea «un nuevo petróleo», con terribles destrucciones del medio ambiente, sea por derrames, por las emisiones de su uso como carburante y como materia prima del plástico.
Las potencialidades y riesgos del litio en Argentina
En Argentina, un país que salta de una crisis económica a otra sin solución de continuidad , los gobernantes nacionales y provinciales han encontrado en la explotación del litio en una oportunidad importante para mantener el actual modo de producción, sin importarles los pronósticos sobre el cambio climático y la gravedad que implica la acelerada pérdida de la diversidad.
“El objetivo es desarrollar la industrialización del litio. Estamos recibiendo muy buenas propuestas. Hay un interés genuino y real en el desarrollo de toda la cadena”, dijo Matías Kulfas, ministro de desarrollo productivo de Argentina, que supervisa las políticas industriales. En abril de 2021 inauguró un comité nacional sobre litio con las provincias norteñas de Jujuy, Catamarca y Salta.
“Catamarca es minería”, señaló entonces su gobernador Raúl Jalil. “Pretendemos una minería sostenible que derrame en las comunidades y genere más trabajo”. Solo Catamarca cuenta con 15 proyectos de litio, la mayoría en etapas iniciales de prospección o exploración, con nombres como Sal de Vida y Sal de Oro añadió..
Las empresas interesadas incluyen a estadounidense Livent, el primer productor de litio en Argentina, que planea una expansión, y la australiana Galaxy Resources. También Posco, de Corea del Sur, ha anunciado planes por 830 millones de dólares en una planta de procesamiento con una capacidad de producción anual de 25,000 toneladas de hidróxido de litio, que dice que puede alimentar 600,000 vehículos eléctricos.
Hay una trampa, dijo Marcelo Sticco, geólogo y miembro de un grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires que estudia la minería de litio en el norte de Argentina. “Todos estamos a favor de la transición energética y de reducir el uso de combustibles fósiles, pero localmente la extracción de litio produce un impacto irreversible en el agua, la destruye, la deja inservible», dijo.
Posiciones encontradas
En 2021, la organización sin fines de lucro BePe identificó el impacto potencial en el agua como una de las principales preocupaciones. El agua es indispensable en el procesamiento de litio. La asociación Bienaventurados los Pobres insistió en que no ha investigado a fondo la posible contaminación del agua.
“Ante las innumerables incertidumbres sobre los perjuicios ambientales y posibles daños al ecosistema, exigimos paralizar la actividad. Debemos contar con estudios rigurosos que permitan determinar fehacientemente la magnitud de los daños”, señala el informe. Además, los vecinos denuncian que nunca fueron consultados siendo ellos los más afectados. «Se vulneró el legítimo derecho a la consulta pública”, afirmaron.
Matías Berardini, gerente general de la oficina de “relaciones con la comunidad” en Fiambalá de la empresa Liex, dijo que entendía el escepticismo por el historial de la minería. Aseguró que Liex ha tomado medidas para disipar mitos. «Contribuirá con la comunidad y enganchará a quienes llamen a sus puertas en busca de trabajo», subrayó.
“El yacimiento es muy bueno en su composición, almacenamiento y cantidad de litio. Eso nos permite trabajar de una manera muy eficiente. En comparación con otros proyectos de litio, consumimos mucha menos agua. Siempre somos menos del 50% de cualquier otro proyecto. No es que seamos los mejores del mundo, es que la química de nuestro salar nos permite usar un proceso mucho más natural”, alardeó.
Pia Marchegiani, directora de política ambiental de la fundación argentina Ambiente y Recursos Naturales, indicó que afirmaciones del relacionista público de Liex son engañosas. “El hecho de que la gente no consuma el agua utilizada en la explotación del litio, no significa que no tendrá un impacto. Hay una función ecosistémica sin estudiar. Si esa agua salada desplaza, choca o invade el agua dulce, habrá un impacto muy grande”, dijo.
Presiones y competencias
La búsqueda de explotar litio y de minerales raros en Argentina, o cualquier otro lugar del mundo, para la fabricación de coches exacerban las luchas medioambientales.
La Agencia Internacional de Energía señala que, en la práctica, la extracción de recursos de menor ley requiere más energía. Y dispara los costes de producción y las emisiones. También es mayor el volumen de residuos que contaminan las comunidades humanas y la biodiversidad.
Además, la agencia recuerda la necesidad de tener en cuenta la existencia de “preocupaciones medioambientales”. Pues “el procesamiento de tierras raras genera materiales tóxicos y radiactivos. Si ocurren fugas a las aguas subterráneas pueden y causar importantes problemas de salud, algunos mortales”.
Grupos económicos presionan para que España explote más el petróleo del siglo XXI. Una opción que podría tener graves consecuencias en el agua ya muy contaminada en España. La razón que esgrimen es absolutamente pragmática: “Europa lo necesita y no se explota”.
Se estima que Europa tiene que importar cerca del 90% de tierra raras esenciales para el desarrollo de nuevas tecnologías. Como el neodimio en la industria eólica; litio y grafito para baterías; tungsteno y magnesio para aleaciones, o antimonio para semiconductores y componentes electrónicos, entre otros. Casi todos los importan de China, que tiene de hecho el monopolio sobre tierras raras y de otras materias primas críticas
Santiago Cuesta López, uno de los expertos europeos en tierras raras, dijo a 20 minutos que China o República Democrática del Congo, “compiten con nosotros porque su política de recursos humanos y respeto al medio ambiente no es igual de exigente que la nuestra. Por lo tanto sus costes en todo son mucho menores. Además, geológicamente tienen gran abundancia del recurso». Una afirmación que genera muchas dudas.