Por Benito Guerrero
01/01/2018
Frederic Boucheron fundó la firma de alta joyería que lleva su apellido en 1858 y en 1893 fue la primera en instalarse en la Place Vendôme de Paris. Ahora, en 2018, cuando se cumplen 160 años de su fundación, y en una coyuntura en la que la moda ha convertido las tendencias en rutina, la casa francesa sigue conservando la personalidad y la exquisitez como esencia de su espíritu creador.
Es este modo de trabajar el que les confiere su cualidad de pioneros de la alta joyería, un prestigioso título que han vuelto a evidenciar en la presentación de sus diamantes Fancy. Son pocas las personas que a lo largo de su vida podrán decir que han tenido un diamante de color en sus manos y esto se debe a que representan menos de 0,1% de la producción de diamantes en todo el mundo, una circunstancia que los convierte en los diamantes más cotizados del mercado.
La peculiaridad de estas piedras preciosas se encuentra en su coloración ya que, por norma general, los diamantes puros son transparentes. Sin embargo, la clase Fancy destaca por contar con colores intensos. Comúnmente, los diamantes puros se clasifican en una lista que va de la D a la Z, indicando las sutiles tonalidades de blanco. Por su parte, los Fancy se clasifican desde a Faint a Fancy Deep, siendo estos últimos los de colores más intensos.
El diamante en origen es una de las formas en las que el elemento químico carbono se presenta en la naturaleza. Estas piedras se forman cuando en el interior del planeta se dan grandes presiones y altas temperatura y los átomos del carbono se unen formando una red tridimensional sólida. Pero las gemas que nos ocupan se salen fuera de esta gradación tradicional ya que se caracterizan por una coloración intensa y natural que nada tiene que ver con la de los diamantes puros, un fenómeno que solo sucede una entre 25.000 veces.
Es esta rareza la que los convierte en las piedras preciosas que más codiciada para su exportación. Sus colores provienen de un proceso natural que genera unos tonos imprevisibles para una piedra como esta. Por ello, cuando se produce este milagro de la gemología se desata un entusiasmo sin igual entre los compradores de diamantes.
Pero, ¿qué hace que los diamantes de colores sean tan cotizados? Estas piezas adquieren su color en algún momento de su formación en el que experimentan una abrupta y localizada presión que altera su génesis. Esta aparente anomalía crea una capa que al interaccionar con la luz hace que se vean de una forma distinta, absorbiendo parte de ella y generando su coloración. Por ello, las creaciones de Boucheron son tan exclusivas. Se las presentamos a continuación.
La primera de ellas es el anillo Diamant Polaire. Se trata de una piedra que tiene un color y una forma única que la convierten en un auténtico tesoro de la naturaleza. Su tonalidad naranja intenso hace que nos encontremos ante uno de los diamantes de colores más raros del mundo. Resulta prácticamente imposible encontrar piezas que superen los dos quilates.
El conjunto Eternity es el resultado de cortar la misma piedra preciosa con forma de pera en tres ocasiones con el fin de crear los elementos necesarios para componer un collar y unos pendientes, ambos combinados con oro blanco. Esta forma de lágrima es un tributo al legendario collar con punto de interrogación original de Frederic Boucheron. El collar cuenta con un diamante Fancy Deep Blue de 3,48 quilates y un diamante blanco de un quilate. Todo ello engarzado en oro blanco. Por su parte, los pendientes cuentan con diamantes Fancy Deep Blue de 1,82 y 1,73 quilates en cada pieza, respectivamente, y dos diamantes puros redondos de 0,5 quilates.
La siguiente joya que nos ocupa es el collar Nevesta que cuenta con un diamante de 6.02 quilates con forma de pera en una tonalidad a caballo entre los colores verde y amarillo junto a diamantes blancos y oro blanco.
Completan la serie de diamantes de color presentado por Boucheron dos anillos con diamantes rosas. El primero de ellos es el anillo Lovely, que cuenta con un Fancy de 2,05 quilates, diamantes blancos y oro blanco.
El segundo es el anillo Liseret, que consiste en un Fancy rosa púrpura de 1,06 quilates pavimentado con diamantes blancos y oro blanco. Así son las joyas que acaba de presentar la casa francesa y que han revolucionado el sector de la alta joyería.