Por Josh Smith
En el actual contexto de señales de estancamiento en las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos, los analistas destacan que Pyongyang aún considera su arsenal nuclear como una herramienta clave para garantizar su seguridad nacional y obtener concesiones de sus rivales internacionales.
De igual modo que Estados Unidos ha redoblado la presión sancionadora sobre Pyongyang, el líder norcoreano Kim Jong Un no ha retirado su promesa de expandir su potencia con bombas nucleares y misiles balísticos, aumentando su margen negociador de cara a un eventual —y en la actualidad lejano— acuerdo de desnuclearización.
Un grupo de expertos de Estados Unidos dijo el lunes que había identificado al menos 13 de 20 bases de misiles no declaradas activas que se estima existen dentro de Corea del Norte, un hallazgo que pone de relieve el desafío al que se enfrentan los negociadores estadounidenses que quieren persuadir a Kim de que abandone sus programas de armas.
A medida que pasa el tiempo, la probable expansión de arsenal por parte de Corea del Norte podría obligar a Washington a reconsiderar su insistencia en la desnuclearización total, dijo Moon Hong-sik, investigadora del Instituto para la Estrategia de Seguridad Nacional en Seúl.
«Esta es la elección que Estados Unidos debe tomar: si siguen persiguiendo el ideal de ‘desnuclearización completa, verificable, irreversible’, o toman en consideración este dilema y alcanzan un compromiso por la desnuclearización limitada», dijo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió con Kim en una cumbre sin precedentes en Singapur en junio, donde acordaron «trabajar para lograr la completa desnuclearización» de la península de Corea.
Pero ante las escasas señales de progreso en las negociaciones desde que se cancelaron las recientes reuniones de alto nivel, Trump dijo la semana pasada que ahora no tiene prisa y todavía quiere reunirse con Kim por segunda vez.
Responsables estadounidenses han dicho que las sanciones obligaron a Corea del Norte a sentarse a la mesa de negociaciones y prometieron mantener la presión hasta completar la desnuclearización. Pero Corea del Norte ha argumentado que si se encuentran en posición de reunirse con las principales potencias del mundo se debe a sus avances nucleares y de misiles.
Las propias palabras de Kim sugieren que Pyongyang continuará con la producción y el desarrollo del programa nuclear incluso mientras negocia con Washington sobre la desnuclearización, dicen los expertos.
«En el discurso de Año Nuevo de 2018, Kim Jong Un pidió dedicarse a la producción y el despliegue de armas nucleares y misiles a gran escala», dijo Joshua Pollack, analista del Centro James Martin para Estudios de No Proliferación (CNS), una organización con sede en EEUU.
«Nunca ha dicho ni hecho nada desde entonces que contradiga esas declaraciones».
Corea del Norte no ha probado una bomba nuclear o misil balístico desde el año pasado, y ha dicho que ha cerrado su emplazamiento principal de pruebas nucleares, con planes de desmantelar varias instalaciones más.
Sin embargo, Corea del Norte advirtió recientemente de que podría reiniciar su programa nuclear si Estados Unidos no abandona su campaña de «máxima presión» y sanciones.
«Corea del Norte nunca prometió»
El informe del lunes realizado por el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington DC, recibió una amplia cobertura en los medios de comunicación, que hablaron de un «gran engaño» por parte de los norcoreanos.
Pero la Casa Azul -palacio presidencial- de Corea del Sur dijo que, en ausencia de un acuerdo real, Pyongyang no ha incumplido ninguna promesa.
«Corea del Norte nunca ha prometido cerrar esta base de misiles», dijo el portavoz de la Casa Azul, Kim Eui-kyeom. «Nunca ha firmado ningún acuerdo, (no hay) ninguna negociación que haga que el cierre de las bases de misiles sea obligatorio… el hecho de que exista esa base de misiles muestra la necesidad de que las negociaciones avancen rápidamente».
Cuando se le preguntó sobre el informe, el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, dijo a periodistas en Singapur el martes que Trump «le ha dado a Corea del Norte una oportunidad increíble para entrar por una puerta a un futuro diferente si se desnuclearizan… pero aún deben hacerlo».
La actividad en las bases de misiles es uno de los muchos ejemplos que puede provocar reticencias entras las autoridades estadounidenses a levantar cualquier sanción, dijo Shin Beom-chul, director del Centro para la Seguridad y la Unificación en el Instituto Asan de Estudios de Políticas de Seúl.
«En resumen, del informe del CSIS podemos inferir que, primero, Corea del Norte no es lo suficientemente sincero con la negociación y, segundo, que no hay cambios en su capacidad nuclear», dijo.
Los responsables estadounidenses han discutido posibles sitios de enriquecimiento clandestino para combustible nuclear, y en julio, los analistas del CNS utilizaron imágenes de satélites comerciales para llegar a la conclusión de que Corea del Norte estaba «completando una gran expansión de una importante fábrica para producir motores de cohetes para… misiles nucleares».
En abril, antes de su reunión con Trump, Kim dijo en una reunión del liderazgo del partido gobernante que el arsenal nuclear representaba una «gran victoria» y anunció que no era necesario realizar más pruebas de armas nucleares o misiles balísticos.
Sin embargo, en el discurso, Kim también insinuó que las armas nucleares desempeñarán un papel importante en el futuro, llamándolas «su poderosa y preciosa espada para defender la paz», que «garantizaría» de manera fiable una vida digna y feliz para las generaciones de norcoreanos.
«Hay que tener en cuenta esa descripción de las armas nucleares como única garantía firme de seguridad «, dijo Pollack. «No están buscando ninguna otra ‘garantía de seguridad’ que no sea la posesión indefinida de armas nucleares».
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