El reacomodo geopolítico que ha implicado la guerra en Ucrania, también ha incidido en un nuevo ordenamiento de los mercados de la energía. La cadena de suministros y de nuevas alternativas para garantizar la generación de electricidad y gas se han modificado. La energía nuclear se impone en la transición y en plena crisis energética.
Varios países están desempolvando proyectos de generación nuclear o, extendiendo la vida útil de sus plantas. Opciones que se están escogiendo para garantizar el flujo de energía seguro para que acompañe los desarrollos de esas naciones y de sus habitantes.
En Suecia se está preparando una legislación que permita la construcción de más centrales nucleares para impulsar la producción de electricidad en el país nórdico. Y reforzar la seguridad energética a mediano plazo, anunció el primer ministro Ulf Kristersson.
Kristersson ha hecho de la expansión de la generación de energía nuclear un objetivo clave para su gobierno de derecha. Buscando revertir un proceso de cierres graduales de varias centrales nucleares en las últimas dos décadas que ha dejado al país dependiendo más de la energía renovable pero a veces menos predecible.
La combinación energética de Suecia consiste principalmente en energía nuclear, hidroeléctrica y renovables. Y aunque hasta ahora se ha visto menos afectada por la agitación que rodea el suministro de gas debido al enfrentamiento de Rusia con Occidente, los precios de la electricidad han sido altos y volátiles desde que Moscú lanzó su invasión de Ucrania.
La nueva legislación propuesta, que aún debe ser aprobada por el parlamento, permitiría la construcción de nuevos reactores en ubicaciones adicionales en toda Suecia. Y estaría en funcionamiento, según recogió Reuters, en marzo del próximo año.
El boom de la energía nuclear en tiempos de crisis
Ulf Kristersson afirmó ante los medios de comunicación que «tenemos una necesidad obvia de más producción de electricidad en Suecia». Y resaltó que «lo que estamos haciendo hoy es cambiar la legislación. El propósito es permitir la construcción de más reactores en más lugares de nuestra geografía y obtener energía nuclear a futuro».
La nueva legislación eliminaría las reglas existentes que limitan el número total de reactores a diez y prohíbe la construcción de reactores en otros lugares distintos de los que existen actualmente. Abriendo la puerta a la construcción de reactores más pequeños que muchos ven como la opción nuclear más rentable.
Cualquier expansión de la energía nuclear en Suecia podría llevar muchos años dada la complejidad de tales proyectos. Mientras que se espera que la demanda de energía aumente considerablemente en los próximos años. Suecia tiene actualmente seis reactores operativos, la mitad de los que tenía en su día. Los cierres temporales por mantenimiento de algunos de ellos han impulsado los precios de la electricidad en los últimos meses.
Otros países encaminados a desprenderse de la energía nuclear dieron marcha atrás, como Bélgica, que quiere prolongar dos reactores de diez años. Y Alemania, que tenía que cerrar sus tres últimas centrales a finales de 2022, frenó la decisión. El ministro de Economía y Clima, el ecologista Robert Habeck, opinó en febrero que un aplazamiento podía ser «pertinente» en el contexto de la guerra en Ucrania.
Para decidirse, Berlín espera nuevos estudios sobre su sistema eléctrico y las posibles necesidades en los próximos años.
En sintonía con esta opción, se suman China, que ya tiene el mayor número de reactores. Polonia, República Checa o India, que quieren reducir su dependencia del carbón. Asimismo, Francia, el Reino Unido y Países Bajos mostraron ambiciones parecidas, incluso Estados Unidos.
Japón decide extender la vida útil de sus reactores
Japón que se ha mantenido cauteloso respecto a las fuentes de energía nuclear, aprobó a finales de 2022 la extensión de la vida útil de sus reactores nucleares para que puedan operar más de su límite actual de 60 años. En un cambio de política con la meta de reducir las emisiones de CO2 y garantizar su suministro eléctrico.
La decisión se produjo un día después de que la autoridad reguladora, que supervisa la seguridad en los reactores nucleares, diera el visto bueno a las nuevas regulaciones que permitirán a los reactores operar más tiempo. Y por encima del límite anterior, a la vez de construir reemplazos para unidades que vayan a ser desmanteladas.
El objetivo es que el país asiático aumente del 20 al 22 ó 24 % el porcentaje de suministro eléctrico que se obtiene a través de la energía nuclear. Y dependa en menor medida de otros países tras la disrupción de suministros por la guerra rusa en Ucrania.
Japón entra en un período de ahorro energético ante la incertidumbre del suministro, reseñó El Periódico de la Energía. Esto supone un giro con respecto a la política que seguía el Gobierno nipón tras el desastre de Fukushima de 2011. A raíz del accidente nuclear, Japón introdujo medidas más estrictas, se redujo la vida útil de los reactores hasta los 40 años. Y abandonó la idea de construir nuevos reactores o reemplazar los antiguos.
Pero, en el contexto energético actual, el Ejecutivo considera que operar los reactores más de 20 años extra es posible si se producen una serie de mejoras de seguridad. Especialmente contra desastres nucleares, y los reactores pasan las revisiones necesarias.
Amplían mina de lignito en Alemania
Alemania es uno de los países más dependientes del suministro de energía de Rusia y por tanto, uno de los más afectados por el conflicto armado.
El gobierno ha procedido a la ampliación de una mina de lignito a cielo abierto, lo que ha generado protestas de vecinos y ambientalistas. El lignito es un carbón mineral de color negro o pardo, en el cual aún se distingue la textura de la madera de que procede. Se emplea como combustible en centrales térmicas y en la fabricación de briquetas.
Esta semana la policía alemana comenzó a desmantelar barricadas y a llevarse a rastras a los activistas que protagonizaron una sentada en protesta contra la ampliación la mina de Garzweiler. Gestionada por la empresa energética RWE en el pueblo abandonado de Luetzerath. Esto ha puesto de relieve las tensiones en torno a la política climática de Alemania en plena crisis energética.
El asunto es especialmente delicado para el partido de los Verdes. Muchos en el partido se oponen a la ampliación de la mina. Pero el Ministro de Economía, Robert Habeck, miembro del partido, ha respaldado la decisión del Gobierno.