En el período abril-junio la economía de España sufrió la mayor caída trimestral desde que hay registros. Sus efectos llegan al mercado laboral, el consumo y la inversión. En este segundo trimestre, la actividad sufrió el impacto de las medidas de confinamiento impuestas desde mediados de marzo para frenar la propagación de la pandemia de coronavirus. España ha entrado en recesión.
Se trata de malas noticias para todos, especialmente para los más vulnerables. Una recesión económica suele conllevar una de la inversión y de la producción de bienes y servicios. Esto provoca, a su vez, que se despidan trabajadores o se reduzcan los salarios. Por lo tanto, aumenta el paro y disminuyen los ingresos. También es muy común que la inflación baje debido a la caída del consumo, pero esto no sirve de mucho consuelo.
La caída del PIB en el periodo abril-junio se situó en el 17,8%. Con este descenso, el Instituto Nacional de Estadística suavizó ligeramente sus expectativas. Inicialmente había calculado una baja de 18,5%. En términos interanuales, es decir en comparación con el segundo trimestre de 2019, la contracción en el producto interior bruto fue del 21,5%. También allí hay un mejor comportamiento del esperado, las cifras provisionales estimaban un retroceso del 22,1%.
España en recesión
Si bien los indicadores son menos «pesimistas» que las estimaciones hechas en julio, lo cierto es que España ha entrado técnicamente en recesión. Este quiere decir que la economía suma ya dos trimestres consecutivos con caídas del PIB. Entre enero y marzo el el descenso fue del 5,2%.
Un comunicado del INE explica que la «mejora» se debe a que se incorporaron datos sobre la evolución económica que no estaban disponibles en julio. En ese momento no existían cifras sobre la evolución en el mes de junio. De todas maneras, al sumar caída del 17,8% con la del 5,2% en el primer trimestre, el país presenta una baja del 23% acumulada en el semestre.
En ambos casos, tanto en el dato trimestral como interanual, se trata de la mayor caída registrada desde que la serie de este indicador comenzó a tomarse en 1970.
Hay que tener en cuenta que en este segundo trimestre la economía española estaba todavía marcada por el estado de alarma y por las restricciones a la actividad. Por esta razón, la evolución del PIB entre abril y junio debe mantener aún registros muy negativos a causa del menor consumo y la caída de la producción
El impacto de la recesión para España
Una recesión se caracteriza generalmente por un alto desempleo, una caída del ingreso promedio, una mayor desigualdad y un mayor endeudamiento del gobierno. Los más afectados serán aquellos que pierdan su trabajo o vean caer drásticamente sus horas o ingresos por cuenta propia.
Las cifras de desempleo pueden subestimar el nivel real de desempleo. Por ejemplo, en una recesión, los trabajadores por cuenta propia pueden ver una caída dramática en los ingresos, pero aún no ser clasificados como desempleados.
En una recesión, las empresas intentan reducir los costes manteniendo bajos los salarios. Algunos trabajadores (especialmente los trabajadores temporales sin contrato) pueden ver recortes salariales.
Otra causa de salarios más bajos es el subempleo. Algunos trabajadores pueden mantener su puesto, pero ven recortadas sus horas. Los autónomos son particularmente vulnerables a la recesión. Pueden experimentar una escasez de flujo de efectivo muy rápidamente y tener dificultades para llegar a fin de mes.
Un riesgo creciente
En el caso específico de la actual recesión que afronta España, existe el temor que los ERTE pasen a ser después paros definitivos y que haya cierres de empresas.
Los sectores más susceptibles de acusar en mayor medida el impacto son aquellos que han sufrido la crisis desde el primer momento, como el turismo, la aviación y la restauración. En la segunda línea estarían los más cercanos, como los servicios de limpieza, las lavanderías o el sector automovilístico.
La caída del consumo podrá tener un impacto significativo en términos de inflación. Aún así, algunos economistas estiman que es probable es que se dé una moderada recuperación de los precios.
La Confederación Empresarial de Organizaciones Empresariales (CEOE) reclamó al Gobierno que intensifique las ayudas destinadas a las empresas para «normalizar» la actividad y salir de «esta dramática situación». El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, pidió al Gobierno un plan de inversiones para frenar la destrucción de empresas y autónomos.
Caída del empleo
La caída del PIB viene acompañada de un dramático descenso en el empleo. En términos de puestos de trabajo a tiempo completo, bajó un 18,4%. En términos absolutos se perdieron de 3,38 millones de empleos en un año.
Las horas trabajadas se redujeron en 24,9%. La caída refleja de manera más clara los efectos inducidos en el empleo por el brote de la COVID-19 y las sucesivas medidas adoptadas para contenerlo
En el trimestre, todas las ramas de la actividad económica destruyeron empleo. Especialmente grave fue el sector de la construcción. Redujo un 20,3% respecto al segundo trimestre del año pasado (-3,7% en el trimestre anterior). Los servicios registraron un descenso interanual de la ocupación del 19,4% (-0,1% en el primer trimestre); la industria, del 14,8% (+0,6% en el trimestre anterior), y la agricultura, del 7% (-6,9% en el primer trimestre).
Brutal baja en el consumo
Los efectos del confinamiento también se reflejan en las cifras de consumo. En los hogares cayó un 25,2% interanual en el segundo trimestre. El mayor descenso de la serie histórica. Además, la demanda nacional restó 18,8 puntos al PIB interanual. Por su parte, la demanda externa aportó –2,7 puntos. En ambos casos son las contribuciones más negativas de la serie.
Las exportaciones de bienes y servicios bajaron un 38,1% interanual y el gasto de los extranjeros en España cayó un 73,9%. Las importaciones de bienes y servicios varían un −33,5% respecto al mismo trimestre del año anterior. Esto es 28,1% menos que en el primer trimestre. Con todo, la demanda nacional y la externa tuvieron una aportación menos negativa que en las cifras avanzadas en julio, lo que explica en parte la revisión al alza del PIB del trimestre.
Menos inversión
La inversión también se desplomó un 25,8% interanual, una caída histórica que supera en 5,4 puntos la mayor registrada hasta ahora, en 2009. La formación bruta de capital registra una variación del −25,4%, inferior en 20,1% a la del trimestre anterior. La inversión en activos fijos materiales presenta una tasa interanual del −29,7%, lo que
supone 22,8% menos que en el trimestre precedente.
Por componentes, la inversión en viviendas y otros edificios y construcciones disminuyó 20,7%, pasó del −7,0% al −27,7%. Mientras, la inversión en maquinaria, bienes de equipo y sistemas de armamento decrece 26,9%, al presentar una variación del −34,2%, frente al −7,3% del trimestre anterior.
Caídas en casi todos los sectores
Por sectores, el único que se mantuvo en positivo fue agricultura, silvicultura y pesca que avanzó un 3,6%. Los demás se desplomaron. La peor parte la llevó la construcción, con un retroceso del 21,9%. Le siguieron la industria (-19,1%) y los servicios (-18,3%).
Dentro del sector servicios, el subsector más golpeado fue el del comercio, transporte y hostelería, con un retroceso del 39,6%. Le secundaron las actividades artísticas, recreativas y otros servicios (-31,6%) y las actividades profesionales, científicas y técnicas (-24,2%). Solo avanzaron, muy ligeramente, las actividades financieras y de seguros (0,9%).
Nubarrones en el horizonte
La entrada de España en una recesión más aguda de lo previsto y una recuperación más lenta de lo pronosticado había sido anunciada por el Fondo Monetario Internacional. En sus proyecciones del mes de junio, el FMI estimaba una caída del 12,8% del PIB español para este año. Esto es una baja 4,9%, mayor que la registrada durante la Gripe Española de 1918, casi dos puntos más respecto al informe de abril y en niveles que no se veían desde la Gran Depresión.
Las estimaciones del Banco de España no son más halagüeñas. El instituto que preside Pablo Hernández de Cos estimó en su más reciente informe trimestral que para 2020 la contracción de la economía de España alcance entre un 10,5% y un 12,6%. Se espera que el crecimiento del PIB en 2021 sea de entre el 4,1% y el 7,3%.
Aún así, los expertos señalan que el histórico impacto sufrido por la economía española podría haber sido aún más grave de no ser por el plan de medidas de auxilio. En todo caso, estiman que a España le tomará años salir de esta profunda brecha, que le ha llevado al terreno de la recesión.
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