El mundo pelea en dos frentes. Uno, el de los sistemas de salud. El otro, el de la economía. Y España no ha quedado bien parada en ninguno de los dos. A las preocupantes tasas de mortalidad y de propagación del coronavirus, se suma el decepcionante desempeño económico. Este hecho ha colocado a nuestro país a la zaga, cuando se le compara con el resto de Europa o, como ahora, con los demás miembros de la OCDE.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico informó este lunes que la tendencia general de los países miembros muestra signos de recuperación.
Pero aquí las palabras claves son «tendencia general». La recuperación es la norma en la mayor parte de los estados que forman parte de la OCDE. Mientras, España se mueve en el sentido contrario. En julio, la economía local ha vuelto a mostrar síntomas de debilidad.
Por debajo de los demás
Así lo refleja el indicador compuesto avanzado (CLI) que publicó este lunes la OCDE. Este instrumento está diseñado para anticipar puntos de inflexión en la actividad económica durante los siguientes seis a nueve meses. Los nuevos datos para España son los peores entre todos los 37 miembros de la organización.
La variación en julio para España mostró una caída de 0,63 puntos. Nuestro país se quedó así en 93,72 puntos. Se trata de un nivel claramente por debajo de la cota de 100, que marca la media de largo plazo. También es inferior a los 98,88 puntos que tenía en enero, antes de que se empezaran a sentir los efectos de la crisis del coronavirus.
Sobre todo, ese movimiento contrasta con la subida de la gran mayoría de sus socios en julio. Ese mes se reflejó un alza de 0,98 puntos para el conjunto de la OCDE, llegando a 97,98 puntos. El repunte fue de 0,64 en la zona euro, que alcanzó los 97,29 puntos.
Los indicadores compuestos avanzados no sirven para cuantificar el grado de recuperación de la actividad o de retroceso, sino la fuerza de las inflexiones en el ciclo económico, tanto al alza como a la baja.
Una crisis anunciada
El informe semestral de perspectivas del 10 de junio de la OCDE ya anunciaba a España como la economía más amenazada por el impacto de la COVID-19. El organismo estimaba para el país una contracción del PIB en 2020 de entre el 11,1% y el 14,4% en función de si se producía o no un rebrote del virus.
De este modo, las perspectivas para la evolución en los próximos meses de la economía española se aparta de la vía de crecimiento del conjunto de los países desarrollados de la OCDE.
Alzas y bajas
El indicador general en julio para la media de la OCDE mejoró hasta los 97,98 puntos, desde los 97,04 del mes anterior, lo que equivale a un «fortalecimiento continuado».
En julio subieron de forma significativa los indicadores compuestos avanzados de Estados Unidos (+1,54 puntos, hasta 97,47 puntos), Reino Unido (+1,52 a 98,97), Alemania (+0,97 a 98,85) y Francia (+0,88 a 97,94). Entre los pocos que vieron sus cifras caer estuvieron México (-0,11 puntos a 98,13), Australia (-0,09 a 98,44), Eslovaquia (-0,24 a 92,77) y Eslovenia (-0,25 a 93,08).
En cuanto a las principales economías emergentes (que no forman parte de la OCDE), la evolución ascendente también dominó. Hubo crecimiento para Brasil (+0,69 puntos hasta 99,98 puntos), China (+0,36 a 97,94 puntos) y sobre todo India (+1,54 a 95,71) e Indonesia (+2,63 a 94,12).
IPI intenta recuperarse
Las datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico se producen una semana después de que se diera a conocer que el Índice General de Producción Industrial (IPI), corregido de estacionalidad y calendario. El indicador mostró un alza de 14% en junio en relación al mes anterior. Suma ya dos meses consecutivos al alza después de otros dos de fuertes retrocesos mensuales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La industria ha ido recuperando ritmo durante este mes, con ese crecimiento del 14% respecto al mes de mayo. Se encadena dos meses consecutivos al alza, tras subir en mayo un 14,3%. Ese repunte contrasta con las caídas mensuales del 22,1% y del 13,6% registradas en abril y marzo, respectivamente.
Sin embargo, este dato de junio muestra una caída del 14% frente al mismo mes del año anterior. El sector secundario de la economía sigue lejos de volver a ser el que era antes de la pandemia. Con el desplome interanual de junio, la producción industrial encadena cuatro meses consecutivos en tasas negativas.
Confección de prendas de vestir (-34,2%) y otras industrias manufactureras (-27,5%) registraron los mayores descensos. Por su parte, las industrias extractivas (+11,2%) y la fabricación de productos farmacéuticos (+10,7%) incrementan su producción respecto a junio de 2019.
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