Las multinacionales de la alimentación han encontrado una fórmula perfecta para maximizar sus ganancias: vender productos ultraprocesados o altos en azúcar que contribuyen a la obesidad y, posteriormente, ofrecer productos o suplementos para contrarrestar sus efectos, como medicamentos para adelgazar y alimentos médicos para diabéticos para tratar las enfermedades derivadas de esta condición. Un ciclo vicioso que afecta la salud de millones de personas, pero que les genera enormes beneficios económicos a estas empresas.
Un estudio de The Investigative Desk arrojó que corporaciones como Nestlé, Danone y Unilever se benefician de los problemas de salud que contribuyen a generar. El consumo regular de sus productos lleva a un aumento de peso y, eventualmente, a la obesidad, un factor de riesgo para una serie de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, deficiencias cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Estarían replicando una estrategia de las tabacaleras que venden productos médicos para tratar afecciones del tabaquismo.
Lavado de cara
Para salirle al paso a su responsabilidad en el aumento de las tasas de obesidad, muchas empresas de alimentos han anunciado políticas de responsabilidad corporativa. Por ejemplo, McDonald’s ha afirmado que empoderan a las personas para que tomen decisiones informadas sobre cómo mantener el equilibrio esencial entre la ingesta de calorías consumidas como alimento y el gasto de energía en la actividad física.
Igualmente, Coca-Cola ha puesto en marcha de programas de educación física y nutricional que llegan incluso a los “estudiantes menos atléticos”. En esa misma onda, PepsiCo asegura que puede desempeñar un papel importante para ayudar a los niños a llevar una vida más saludable ofreciendo opciones de productos saludables en las escuelas.
Kraft, que ha comunicado que quiere ayudar a los niños y sus familias a elegir alimentos saludables, ha convertido el fomento de la actividad física en una forma de retribuir a las comunidades.
Solo promesas
Las declaraciones pueden inducir a pensar que la industria alimentaria contribuye de manera desinteresada en la campaña contra la obesidad. Sin embargo, muchas de sus prácticas, especialmente con respecto a la nutrición escolar, muestran otra realidad. Son simplemente relaciones públicas. Una investigación, hecha por petición de la OMS, comparó las promesas versus las prácticas reales.
McDonald’s, por ejemplo, utilizaba grasas trans en el aceite de cocina (y tuvo que pagar los costos por publicidad engañosa). Además, comercializaba productos no saludables para niños con juguetes, juegos, películas y viajes a Disney World. También versiones de gran tamaño de Happy Meals. Asimismo, Kraft vendía productos no saludables para niños a pesar de las promesas de luchar contra la obesidad infantil.
La conclusión de los autores del estudio es no confiar en la industria alimentaria. Las empresas buscan aumentar las ganancias y las de alimentación no son la excepción. Sus opciones son convencer a los clientes de que coman más (lo que contribuye a la obesidad) o aumentar los márgenes de rentabilidad comercializando productos de bajo coste y ultraprocesados (que también contribuyen a la obesidad). Los consejos para comer menos y evitar alimentos ricos en calorías y de baja calidad nutricional socavan su modelo de negocio.
EL DATO
Especialistas consideran que la industria alimentaria ha cambiado por completo nuestra dieta en las últimas décadas. Una investigación de 2019 de la FAO encontró que hasta alimentos que no parecen insalubres a primera vista, como sándwiches, cereales y productos lácteos, suelen ser ultraprocesados. Tienen un alto contenido de sal, grasas y azúcar y poca fibra, proteínas, vitaminas y otros nutrientes,
Más que doble moral, inmoral
El comportamiento de algunas de estas empresas raya en lo inmoral cuando no solo distribuyen alimentos que pueden producir problemas de salud, sino que además participan en la producción de suplementos y medicinas para contrarrestar estas enfermedades. The Investigative Desk descubrió que cinco de los diez mayores productores de alimentos ultraprocesados del mercado europeo también están involucrados en la fabricación de productos que sanan las afecciones causadas por una alimentación poco saludable.
Entre estos se encuentran Nestlé, Mars, Danone, Unilever y Kraft Heinz, que respaldan gamas de productos para bajar de peso, nutrición médica para diabéticos y tratamientos para problemas digestivos. Igualmente, siete de las diez principales empresas (Nestlé, Mars, PepsiCo, Danone, Unilever, General Mills y KellaNova) invierten en suplementos dietéticos para «mejorar la salud».
El consorcio Danone, a través del fondo de inversión AF Ventures, es uno de los inversionistas en Wonderbelly, un suplemento dietético que alivia la acidez estomacal y el reflujo ácido. AF Ventures, del que Danone es copropietario, también invierte en patatas fritas, pretzels y platos preparados para niños. Aunque la empresa francesa afirma que misión es llevar «salud a través de la alimentación al mayor número posible de personas», produce yogures azucarados para niños.
EL DATO
Las grandes tabacaleras quieren que el mundo crea que están efectuando una importante transición. De una industria que vende productos patógenos a una que invierte en soluciones. Por el contrario, la industria alimentaria no reconoce que sus productos pueden dañar la salud.
Estrategia gorda
Los principales productores de alimentos han invertido en casi 100 empresas en salud en los últimos 10 años. Nestlé es el principal impulsor de esta estrategia, con unas 50 inversiones por un valor total de 2.800 millones de euros. La fabricante de chocolate y pizza congelada respalda programas de adelgazamiento y sustitutos de comidas a través de la marca alemana de adelgazamiento Bodymed, que adquirió en 2020. También Unilever ha apoyado 24 empresas del negocio «Salud y Bienestar», con una cartera valorada en más de 1.000 millones de euros.
Asimismo, están incursionando en la fabricación de recursos para diabéticos. Por ejemplo, Nestlé vende los llamados alimentos de nutrición líquida, bajo el nombre de Resource Diabetic, que se pueden pedir por Internet sin receta en la UE. También hace alimentos en tubo para personas con ciertos tipos de diabetes y para personas con problemas gastrointestinales. Igualmente, Nutricia, filial de Danone, produce fórmula en tubo para pacientes diabéticos con riesgo de desnutrición.
A juicio de Hanno Pijl, profesor de diabetología en la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, es moralmente reprensible que se lucren a costa de los problemas que ellos mismos han contribuido a crear. Ellen Govers, presidenta del Centro de Conocimiento Holandés sobre Obesidad y Exceso de Peso, coincide e que es increíblemente cínico. Al ofrecer soluciones llamadas rápidas, hacen creer a los consumidores que pueden simplemente comprar una pastilla o un polvo para perder peso en lugar de cambiar su estilo de vida.
Hasta influencers
Los fabricantes de alimentos se valen de influencers para reforzar la estrategia “saludable”. En TikTok, Instagram y YouTube hay cientos de usuarios, gurús del fitness, chefs personales y nutricionistas que promocionan estas sustancias. La tenista belga Yanina Wickmayer es un claro ejemplo. Compartió en Instagram una mousse de vainilla de Pronokal, una filial de Nestlé. Afirma que los snacks de la empresa adelgazante le ayudan a sobrellevar los días ajetreados.
También Elon Musk, fundador de Tesla, comunicó a sus seguidores de X cómo perdió peso: «Ayunos y Wegovy», e fármaco inyectable para adelgazar que contiene semaglutida, de la empresa farmacéutica danesa Novo Nordisk.
OTRO DATO
La Organización Mundial de la Salud advirtió que hay más de mil millones de adultos obesos en todo el mundo. Las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer y apnea del sueño. El sobrepeso y la obesidad se encuentran entre las principales causas de muerte en Europa.
Los fabricantes de alimentos se están sumando con fuerza al mercado del adelgazamiento. Antoine de Saint-Affrique, director ejecutivo de Danone, declaró que considera que la empresa es un «complemento» a productos como Ozempic y Wegovy. Explicó que contienen proteínas que las personas necesitan si utilizan estos agentes adelgazantes, pero que no pueden obtener a través de los alimentos habituales.
Nestlé se sumó a esta tendencia. Asegura que la nueva línea de productos nutricionales Vital Pursuit está especialmente diseñados para consumidores de Ozempic y Wegovy. Son «ricos en proteínas, una buena fuente de fibra, contienen nutrientes esenciales y están diseñados en porciones que se adaptan al apetito de un consumidor de fármacos para adelgazar”.