Por Joaquín Robles
9/3/2017
Analista de XTB
El petróleo continúa consolidándose como uno de los activos más sólidos en lo que va de año. Desde el acuerdo del pasado 30 de noviembre entre los miembros de la OPEP para recortar la producción, los precios se han mantenido estables. El acuerdo entró en vigor el 1 de enero y tiene una duración de seis meses, en los que se reducirán la extracción de 1.8 millones de barriles diarios. En los últimos tres meses, el Brent ha fluctuado entre los 53 y los 57 dólares por barril, sin ninguna gran amenaza que pudiera desplazarlo del rango entre los 50 y los 60 dólares por barril.
La próxima reunión entre los miembros de la OPEP se producirá el próximo 25 de mayo, donde se podría extender el acuerdo para la reducción de suministro incluyendo a los no miembros, incluso se podrían aplicar recortes más profundos si los inventarios de crudo global no llegan a un nivel objetivo. Para que los inventarios mundiales de petróleo caigan en unos 300 millones de barriles al promedio de los cinco últimos años, los países productores deben cumplir al cien por cien con el acuerdo de suministro y el crecimiento de la demanda de crudo tendrá que mantenerse estable.
Hasta la fecha, el cumplimiento de los recortes por parte de los productores ha alcanzado un 93 por ciento de las reducciones prometidas, de las cuales el líder, Arabia Saudí, ha contribuido con la mayor cantidad. Mientras los nuevos datos del cártel del petróleo esperan que la demanda crezca a 1,2 millones de barriles por día, ligeramente por encima de una estimación anterior y muy por encima del promedio de 1 millón de barriles diarios visto en la última década.
La OPEP espera que la creciente demanda de transporte por carretera y los sectores petroquímicos en expansión en Estados Unidos y China sean factores impulsores en el crecimiento continuo de la demanda de petróleo durante el próximo año, donde pronostica un crecimiento global del 3,2 por ciento en 2017. Una mayor parte del crecimiento podría provenir del estímulo fiscal en Estados Unidos y los nuevos planes de renovación de las infraestructuras, pero aún queda por ver la magnitud y el alcance de la misma.
Las grandes amenazas que se destacaban a principios de año, como la fiabilidad de los miembros para cumplir con el acuerdo y la posibilidad que EEUU aumentara de manera notable su producción no se están desarrollando. Por lo que parece que todos los países productores de petróleo están satisfechos con los precios actuales y no tienen intención de alterarlos.