Por Concha Barrigós/Efe
26/04/2016
La danza ha protagonizado este lunes la XIX edición de los Premios Max no solo porque la gala ha girado en torno a ella sino porque la más premiada ha sido Pinoxxio, una versión bailada del clásico de Collodi destinada al público infantil, que se ha hecho con 7 de los 9 premios a los que optaba.
La piedra oscura, del Centro Dramático Nacional y Lazona, ha sido el segundo montaje más galardonado, al lograr 5 de los 6 Max a los que era candidato, entre ellos el de Mejor Espectáculo de Teatro.
Organizada por la Fundación SGAE, con la colaboración de la Academia de las Artes Escénicas de España (AAEE), la ceremonia, a la que han asistido el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, se celebró desde las 20:30 horas en el Teatro Circo Price.
La producción de la compañía valenciana Ananda Dansa Pinoxxio, que transmite el mensaje de que «solo en el respeto al otro se pueden buscar las soluciones; pactando sin imposiciones y con amor», según su coreógrafa, Rosángels Valls, era el montaje que partía como favorito.
Ha logrado los premios a Mejor Espectáculo Infantil, Mejor bailarín principal (Toni Aparisi), Mejor elenco, Mejor diseño de vestuario (Pascual Peris), Mejor Coreografía (Rosángels Valls y Toni Aparisi) y Mejor Composición Musical (Pep Llopis).
También ha logrado el de Mejor bailarina principal por el trabajo de Ana Luján, muy crítica al recibir su premio con la situación de los últimos años en Valencia: «la herencia del puto PP es cruda», ha subrayado.
La piedra oscura, la historia de un compañero de García Lorca sobre «la memoria como espacio de justicia», ha sido elegido Mejor Espectáculo de Teatro y ha obtenido también los premios a Mejor Autoría Teatral (Alberto Conejero); Mejor Diseño de Iluminación (Paloma Parra); Mejor Diseño de Espacio Escénico (Elisa Sanz) y Mejor Dirección de Escena (Pablo Messiez).
Manuel Aguilar, presidente de la Fundación SGAE, ha señalado en su discurso que sobraban los motivos para dedicarle a la danza la gala porque, ha detallado, vive «una preocupante situación» de «humillación y desprecio».
Entre 2008 a 2014 -ha recordado- el número de funciones ha descendido en un 54%, los espectadores en un 44% y la recaudación en un 53%, un «panorama desolador» aún «más precario» cuando se trata de mujeres, porque solo un 16% son creadores.
«Pedimos con firmeza a los responsables políticos: ‘ayúdennos, pero ayúdense también y profundicen en las propiedades balsámicas de la cultura y ahonden en que supere el 4% como mínimo (del PIB)», les ha pedido Aguilar, que ha subrayado que el IVA al 21%, los problemas para compatibilizar la jubilación y la creación y el creer que todo es «free», es decir, «gratis», «tampoco ayudan».
La ceremonia, dirigida por Jon Maya y Fernando Bernués, y en la que han actuado, entre otros, la Compañía Nacional de Danza (CND), Itziar Mendizábal (primera bailarina del Royal Ballet de Londres), Carmen Cortés y Asier Exteandía, ha sido de una gran agilidad y un ritmo que, según decía la premio de Honor, Lola Herrera, «es poco frecuente» en estas ceremonias.
Herrera, recibida con el teatro en pie y a la que ha presentado cantando su hija Natalia, ha confesado que el premio le llenaba de alegría tras «un largo camino», en «una carrera de fondo sin relevos»: «Es un privilegio estar a los 80 cumplidos disfrutando de los escenarios», ha dicho,
Vestida de negro y con un gran broche de cristales en el pecho, ha revelado que actuar le produce «pasión mayúscula e incondicional», que le fascina «el ejercicio diario de hacer que cada sesión sea la única» y que a ello, y a recargar con cada función «las pilas, le ayuda «la niña» que sigue llevando dentro.
Los premios a mejor actor protagonista y actriz protagonista han sido para Pepe Viyuela (Rinoceronte) y Aitana Sánchez-Gijón (Medea).
Ambos han querido dedicar su premio a los titiriteros detenidos en diciembre en Madrid, y Viyuela ha recordado además «la vergüenza y agravio máximo de los refugiados», a los que también ha dedicado su galardón a la Mejor Adaptación teatral Lluis Pasqual, que lo ha logrado por El rei Lear.
«Quiero dedicar el premio a todos los cientos y miles de refugiados e inmigrantes que para nuestra vergüenza están llamando a las puertas de Europa para salvar su vida y su dignidad», ha dicho, mientras que Mario Gas ha recordado que España se comprometió hace 6 meses a acoger a 16.000 sirios y solo lo ha hecho con 18.
El otro montaje que partía como favorito, En el desierto, de Losdedae, ha conseguido solo uno de los seis premios a los que concurría, aunque ha sido el más importante: el de Mejor Espectáculo de Danza.
En su nombre, Chevi Muraday, ha destacado que los Max se hayan dedicado a la danza «la gran expulsada de las artes escénicas».
María Esteve, ante la imagen de su padre, Antonio Gades, ha leído una carta suya en la que aseguraba que el baile «es como una infección» y que bailar es «una de las responsabilidades mas grandes que se puede tener, porque se ha tomado del pueblo».