Suiza es uno de los diez países más ricos del mundo y sus habitantes tienen un alto estándar de vida. Hoy muestra una cara poco conocida, la de la pobreza. La crisis sanitaria ha agudizado la vulnerabilidad del 7,5% de su población con bajos recursos.
En Ginebra están las sedes de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Internacional del Trabajo. Asimismo, de los bancos y centros financieros más importantes del globo. Pero este fin de semana cientos de personas se colocaron en fila para esperar la donación de bolsas de comida y productos esenciales.
Frente al estadio de hockey Vernets se fue tejiendo una fila de personas a lo largo de 1,5 kilómetros. En orden, cuidando la distancia social y con la debida protección de mascarillas. Era el sexto reparto de comida organizado por la asociación Caravana de la Solidaridad desde que estalló la crisis sanitaria. «Cada vez acude más gente. La semana pasada hubo unas 2.000 personas», dijo su directora, Silvana Mastromatteo.
Miguel Martínez, un colombiano indocumentado que trabajaba en un restaurante, lamenta que «el virus haya trastocado todo. No hay trabajo. Nada», comentó a la AFP mientras hacía fila.
El coronavirus ha asestado un fuerte golpe a la #relojería #suiza. Pero los expertos confían en la capacidad del sector para levantarse, como ya lo ha hecho en el pasado.https://t.co/kFuFvwrUYK
— swissinfo.ch (@swissinfo_es) May 11, 2020
Al principio le contrariaba tener que aceptar limosna, pero no tuvo elección: «Los restaurantes recibieron ayuda, pero no yo. No tengo nada que comer», declaró. Odmaa Myagmarjavzanlkham, una migrante indocumentada de Mongolia, de 27 años de edad, también hacía fila.Tanto ella, que normalmente trabaja de limpiadora, como su esposo, de jardinero, se quedaron sin empleo y ahora apenas tienen para pagar el alquiler.
Suiza inició este lunes un proceso de flexibilización de las restricciones. Luego de casi 2 meses de cierre de comercios para evitar la expansión de la COVID-19, acumula 30.000 contagios y más de 1.500 muertes.
Suiza y España, rasgos de pobreza
Imágenes similares a las de Suiza se observan en varias localidades de España. En Madrid, por ejemplo, desde inicios de la emergencia, se ven formaciones de personas a diario a la espera de donaciones de comida para llevar alimento a sus familias.
A pocos metros del Paseo de la Castellana y del Santiago Bernabéu cientos de personas hacen colas. La mayoría son inmigrantes, algunos de ellos ilegales. “La situación es límite”, señaló Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina, a El Independiente.
LLamamiento #buscamos proveedores de España de #alimentos para #BancodelBebé de @FMadrina, leche maternizada, cereales, potitos #higiene pañales, toallitas, gel, baberos, gasas bebé, biberones, alimentos adulto no perecederos, frescos/congelados.Gracias https://t.co/OHA7C3X1QU pic.twitter.com/RBG899UjYm
— Fundación Madrina (@FMadrina) May 7, 2020
Conrado lanzó su Fundación para ayudar sobre todo a las mujeres embarazadas y a las madres de pocos recursos. Pero con el coronavirus ayuda a todo el que puede. Presentando una acreditación (para controlar que no vayan dos miembros de la misma familia), cada persona recibe una caja con los alimentos básicos.
En Madrina han pasado de tener 50 usuarias al día a más de 2.000 personas en una mañana. Además, reparten comida caliente. “Vamos camino de superar las 3.000 comidas al día”, señala.
Han repartido hasta 50 toneladas de comida en una semana, una cantidad que normalmente les dura 3 meses. “Se nos está acabando la comida. Esto no se parece a ninguna otra crisis que hayamos vivido”, resaltó.
Conrado contó que ha habido una explosión enorme en la petición de ayudas. «La vulnerabilidad empieza a subir estratos y ya no vienen solo personas de la economía sumergida, como empleadas del hogar o sin papeles. Empieza a ser común que vengan personas que han sufrido un ERTE y no les pagan, gente que ha perdido su empleo. Personas con hijos que no saben lo que van a comer”, detalló.
Personas en situación de hambre
La pandemia de la COVID-19 podría casi duplicar el número de personas que padecen hambre aguda en el mundo. Esta cifra alcanzaría a más de 250 millones de afectados a finales de 2020.
En todo el mundo, 370 millones de niños han quedado sin comidas escolares debido al cierre de muchas escuelas por la #COVID19.
El trabajo vital de @WFP_es continúa durante la pandemia. Este es un ejemplo en Colombia: https://t.co/GXUclPuHHV pic.twitter.com/B3WnzQ6c2z
— Naciones Unidas (@ONU_es) May 8, 2020
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas prevé en un nuevo informe sobre la crisis alimentaria en el mundo que el número de personas que hacen frente a la inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o peor de la escala de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria) aumentará a 265 millones en 2020.
Son 130 millones más de los 135 millones en esa situación en 2019. Es el resultado del impacto económico de la COVID-19. En este contexto, es vital que se mantenga la asistencia alimentaria.
La WFP ofrece un salvavidas a casi 100 millones de personas vulnerables en todo el mundo.
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