A los gobiernos se les juzga por la forma cómo han manejado la crisis sanitaria y sus efectos económicos y sociales. Se les evalúa por lo que hacen o dejan de hacer, y por lo que dicen o callan. Por tanto se le exige más y mejor información sobre del coronavirus SARS-CoV-2 y sus efectos. España no es la excepción.
La transparencia informativa ante la pandemia ha generado mucha polémica y cuestionamientos al gobierno de Pedro Sánchez. A una larga cadena de desencuentros, se le suma ahora una solicitud del PP de reanudar los plenos en el Congreso de Diputados para que se presenten al país cuentas claras acerca del manejo de la crisis y sus resultados.
La información como cura
En concreto, Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del PP en el Congreso, presentó un escrito en la Mesa de la Cámara en el que exige la celebración de plenos, comisiones y ruedas de prensa en la sede parlamentaria, pese al coronavirus.
“Si en el Palacio de La Moncloa se pueden celebrar ruedas de prensa fake, en el palacio del Congreso se pueden celebrar ruedas de prensa de verdad”, dijo. Aseguró que al próximo pleno asistirán “cuantos diputados sean posibles desde el punto de vista sanitario, guardando un metro de distancia, hasta 45 diputados”.
Adicionalmente publicó en su cuenta de Twitter un vídeo con las acciones que ha emprendido la Comunidad de Madrid para atender la crisis sanitaria producto del brote. La pieza audiovisual finaliza con esta frase: «La verdad, primera medida higiénica para luchar contra el coronavirus».
La verdad, primera medida higiénica contra el coronavirus.
pic.twitter.com/I7PqLkP5X6— Cayetana Alvarez de Toledo (@cayetanaAT) April 6, 2020
Ser trata de calidad, no de cantidad
Este episodio es el más reciente en el manejo de la información relacionada con la crisis del coronavirus por el Ejecutivo. La Moncloa ha defendido su transparencia informativa con números. «Van más de 40 conferencias, 400 turnos de preguntas atendidos desde el 12 de marzo hasta el 4 de abril. Nunca se había producido un caudal semejante», señala la Secretaría de Estado de Comunicación.
La prensa –medios y periodistas– no cuestionan las cifras, sino el filtrado de preguntas. Tanto molestó el ejercicio de censura que los principales medios anunciaron el sábado que dejarían de preguntar en las ruedas de prensa telemáticas, en protestas por el filtro que ejerce la SEC al seleccionar y formular las preguntas los periodistas enviaban a través de Whatsapp.
La presión dio resultado. Mediante una carta enviada a las asociaciones de la prensa y los medios de comunicación, la Moncloa anunció al día siguiente que permitirá las preguntas directas de los periodistas en sus ruedas de prensa.
Las «odiosas» comparaciones
Después de que se anunció el estado de alarma, el viernes 13 de marzo de 2020, Pedro Sánchez compareció todos los sábados ante la televisión. Estas transmisiones las comenzaron a llamar «Aló, Presidente», en alusión a las cadenas televisivas interminables que en Venezuela utilizaba el difunto mandatario Hugo Chávez.
Además, encontraron similitud en ambos formatos. Por un lado, está la ausencia de réplicas o preguntas libres. A ello se suma la falta de datos concretos, que son reemplazados por alabanzas a la propia gestión. Finalmente, se acude a señalar las carencias o defectos (reales o no) de los adversarios. En el caso de Sánchez, la víctima preferida ha sido Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
Un fenómeno mundial
La oposición recrimina al Gobierno haber reaccionado tarde para frenar la propagación de la pandemia que convirtió a España en el segundo país del mundo en cantidad de muertos por coronavirus y en el cuarto en número de contagiados.
Con distintos matices, la situación de España se repite en prácticamente todas partes del mundo. La necesidad de soluciones a la crisis, el miedo y la incertidumbre ante el coronavirus hacen que los ciudadanos exijan información clara de sus líderes. Y la adecuada comunicación cobra vital importancia.
Calviño: ‘España es de los países que han hecho más tests’
Pastor: ‘¿Cuántos?’
Calviño: ‘No tengo la cifra’La vicepresidenta de los números pic.twitter.com/bSlX0X64yj
— Toni Cantó (@Tonicanto1) April 6, 2020
Donald Trump ha sido cuestionado por querer anteponer los intereses económicos a la salud de la población. El asunto lo ha enfrentado con los líderes de la oposición, pero también con los medios de comunicación.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha estado en la mira por su forma de gestionar la crisis. Lejos de seguir medidas preventivas de distanciamiento social, cierre de escuelas o del teletrabajo, optó por la propagación inicial del virus y recomendó solo lavarse las manos. Fue hospitalizado tras haber dado positivo en la prueba de coronavirus.
También ha sido criticado el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien promovió una actividad de calles en su país cuando ya el coronavirus dejaba sus primeros afectados. Una actitud similar han mostrado el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el nicaragüense, Daniel Ortega.
Adicionalmente, los gobiernos menos democráticos han utilizado la crisis del coronavirus para restringir derechos fundamentales, especialmente los relativos a la libertad de expresión y el acceso a la información. En estos casos se ha nombrado la situación en Venezuela, Rusia, Hungría y Serbia.
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