Las elecciones al Parlamento Europeo están a la vuelta de la esquina, con posibilidades ciertas de que se produzca un giro en su composición. Lo realmente preocupante es que el 18% de los candidatos con posibilidades de acceder a un escaño no están limpios de polvo y paja. Una investigación liderada por Follow the Money encontró que decenas están envueltos en escándalos e investigaciones de diversa gravedad
En un punto decisivo para la Unión Europea, sus ciudadanos se preparan para ejercer el voto en las elecciones programadas del 6 al 9 de junio de 2024 y elegir 720 diputados, un incremento de 15 escaños con relación al 2019. Alemania encabeza la lista con 96 diputados, seguida por Francia (81), Italia (76) y España (61), en una distribución que honra el principio de “proporcionalidad decreciente”. Se asegura que la representación sea equitativa, otorga más peso a los países más habitantes, mientras que naciones con menor población como Malta, Luxemburgo y Chipre seleccionan 6 o 7 representantes.
Futuro desafiante
El próximo Parlamento tendrá desafíos diversos y complejos. Tendrá que abordar múltiples crisis en un contexto geopolítico bastante tenso. La migración y el asilo siguen siendo temas divisivos, pero pareciera que los Estados miembros intenta un consenso pre-electoral para que no dominen el discurso político. No obstante, el Partido Popular Europeo (PPE) podría endurecer su postura y mantener la migración en el debate.
La integridad de las elecciones está bajo escrutinio. Se ha advertido sobre la posibilidad de injerencias extranjeras y desinformación, en la que no se ha ocultado el nombre de Rusia y sus aliados. El reciente escándalo de corrupción que sacudió al Parlamento Europeo sigue siendo un punto de bastante álgido. Se espera que se concrete un compromiso con la transparencia y la ética parlamentaria.
La ayuda a Ucrania y la seguridad europea son temas candentes, especialmente con las diferencias entre Francia y Alemania. La campaña francesa, liderada por Macron, se centra en la Ucrania invadida por Putin, mientras la UE debate su papel en la defensa y la autonomía estratégica. Otros asuntos polémicos incluyen la reforma de las normas fiscales europeas, mayor integración en defensa y sanidad y el futuro de la expansión de la UE.
Candidatos con lastre
La carrera hacia el Parlamento Europeo de 2024 se libra controversias que cuestionan la integridad de los candidatos. En un análisis del consorcio periodístico Follow the Money ha descubierto aspirantes con antecedentes cuestionables en las listas de partidos. Una investigación transfronteriza, que encontró casos de fraude y corrupción, incluso acusaciones de sobornos por potencias extranjeras. De los 472 candidatos con mayores posibilidades de ser elegidos, 86 están involucrados en escándalos de una diversidad de tonos y gravedad. Desde falsificaciones curriculares hasta evidentes sobornos.
La investigación
La investigación se centró en 10 países que representan 413 de los 720 escaños del Parlamento Europeo. En Alemania, Francia, España, Polonia, Rumanía, Países Bajos, Bélgica, Eslovaquia, Croacia y Eslovenia se recopilaron artículos de prensa hasta el 23 de mayo de 2024 y se clasificaron según su gravedad. Para asegurar un análisis justo, se utilizó un método desarrollado por dos científicos sociales y un periodista de investigación.
Solo se incluyeron escándalos confirmados por la cobertura mediática o que tuvieron consecuencias directas. Se valoraron casos de corrupción, fraude, conflictos de interés, abuso de autoridad, manipulación de información, despilfarro de recursos y conducta inapropiada (pública y privada). La investigación no es exhaustiva, pero ofrece una perspectiva sobre la ética de los futuros representantes de la UE.
Derecha e izquierda en el ring de los escándalos
A pesar de los escándalos que han salpicado a los actuales eurodiputados, muchos partidos políticos optaron por mantenerlos en sus filas y 36 fueron reasignados en posiciones elegibles para las próximas elecciones.
El Partido Popular Europeo (PPE), de centroderecha, mantiene en su lista 22 candidatos que han acaparado titulares por las razones equivocadas, pero en total han sido 104 los candidatos investigados. Siendo el partido más grande, apenas 25 ha sido investigado, pero no sancionado.
En Alemania, el líder de AfD, Krah, enfrenta un intenso examen público. Mientras que en Polonia, a Maciej Wąsik, principal candidato del partido PiS, lo acusaron de incitar a la corrupción, aunque posteriormente lo indultó el presidente, que desestimó las acusaciones calificándolas como “represión política”. En Bélgica, Tom Vandendriessche, legislador de extrema derecha de Vlaams Belang, fue reprendido por difundir teorías conspirativas nazis sobre la migración. Lo cual él consideró un ataque a su libertad de expresión. Vandendriessche también figura como uno de los principales candidatos para las próximas elecciones de la UE.
Escándalos de todo tipo
Una serie de escándalos, de muy variada gama, y que siempre se vinculan con la libertad de expresión, un pilar de la democracia. que consideran amenazada por la difusión de teorías de conspiración y noticias falsas. Un ejemplo de España es Luis Pérez. Un político que, a pesar de su historial de difamaciones y condenas, compite en las elecciones europeas de 2024 con plataforma propia. Pérez fue condenado a pagar 5.000 euros por difundir falsedades sobre la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Una condena que apeló.
El escándalo conocido como Qatargate sacudió el Parlamento Europeo. Eva Kaili, Andrea Cozzolino y Marc Tarabella fueron sospechosos de aceptar sobornos a cambio de favores políticos. No intentan la reelección.
La influencia extranjera en la política europea incluye a Thierry Mariani, un político francés con fuertes lazos con Rusia, se encuentra en una posición privilegiada para ser elegido. A pesar de las restricciones impuestas sobre él debido a su participación en misiones de observación electoral no oficiales en Rusia. Mariani niega vehementemente haber recibido pagos de Rusia. Esos escándalos intensificaron el clamor por mayor transparencia
También en la izquierda se cuecen habas
Los escándalos políticos no discriminan entre ideologías. Los partidos de centro y extrema derecha han ganado titulares por sus controversias, pero los partidos de centro izquierda y de izquierda también conocen esas turbulencias. El socialdemócrata rumano Dan Nica, veterano del Parlamento desde 2014, es investigado en el caso Microsoft de Rumanía por abuso de poder durante su mandato como ministro de Comunicaciones. Si haber llegado a juicio prescribieron las acusaciones. Una lentitud judicial bien sincronizada.
En Austria, a la activista climática y candidata principal de los Verdes, Lena Schilling, la acusaron de fabricar historias de violencia y acoso. A pesar de las dudas, los Verdes mantienen su apoyo a Schilling. Dice que las acusaciones son infundadas
Hasta Von der Leyen
Los ‘Spitzenkandidaten’ o candidatos principales se presentan como las figuras emblemáticas de sus respectivos grupos, aunque muchos no figuran en las listas electorales. Esta estrategia trata de que el Spitzenkandidat del grupo más votado sea respaldado por el Parlamento para asumir la presidencia de la Comisión Europea, aunque la decisión final recae en los líderes gubernamentales de la UE.
Algunos Spitzenkandidaten pueden verse dentro de controversias que podrían empañar su imagen. Un caso es el de Ursula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea y Spitzenkandidat del Partido Popular Europeo (PPE), que probablemente mantendrá su posición en el próximo mandato.
Los 5 escándalos más extraños
- Grzegorz Braun (Polonia) – Konfederacja – KKP. Causó revuelo al usar un extintor para apagar las velas de Hanukkah en el edificio del Parlamento polaco, acompañado de comentarios antisemitas. Su inmunidad parlamentaria fue revocada debido a este acto provocativo y ofensivo.
- Milan Mazurek (Eslovaquia) – Hnutie Republika. En 2015 formó parte de un grupo violento que atacó a una familia musulmana, lanzando piedras y proferiendo insultos. Más tarde, Mazurek expresó remordimiento por su comportamiento vulgar y reconoció que fue un acto inaceptable nacido de la ira.
- Milan Uhrík (Eslovaquia) – Hnutie Republika. Donó 14.880 euros a su antiguo partido de extrema derecha, L’SNS, cifra que simboliza eslóganes supremacistas blancos y saludos nazis. Uhrík afirmó que desconocía el significado de los números hasta que su donación se convirtió en motivo de escándalo.
- Gunnar Beck (Alemania) – Alternative für Deutschland. Fue acusado de robar en una tienda y resistirse a las instrucciones de la policía, a pesar de recibir un salario y asignaciones del Parlamento Europeo. El PE levantó su inmunidad, permitiendo que se procediera con las acciones legales pertinentes.
- Olivier Chastel (Bélgica) – Mouvement Réformateur; Renew Europe. Utilizó su influencia política para facilitar un visado al futbolista senegalés Stéphane Badji, a cambio de lo cual recibió regalos del club Anderlecht. Admitió su papel en el proceso, aunque más tarde reconoció que quizás no debería haber intervenido en la solicitud.
Cultura de la Impunidad
Nick Aiossa, de Transparencia Internacional, critica la cultura de impunidad y la falta de supervisión que permitió casos como el Qatargate. En su opinión, la falta de atención mediática al comportamiento de los eurodiputados y la resistencia del Parlamento Europeo a la autorreflexión crítica han exacerbado el problema. El régimen de sanciones ha demostrado ser ineficaz. Aiossa considera que las propuestas del presidente Metsola para abordar las cuestiones éticas han resultado insuficientes.
“Existe una cultura: si violas las reglas, no serás penalizado. En el último mandato, hubo 25 violaciones encontradas por el comité asesor y ni una sola sanción. Las únicas sanciones que ha impuesto el presidente fueron contra eurodiputados que acosaron a sus asistentes. Pero también demuestra que las sanciones son muy débiles, con un máximo de apenas 30 días de la dieta diaria”.
Nick Aiossa, Transparencia Internacional
Advierte que la incapacidad de los partidos tradicionales para implementar reformas significativas podría ser explotada por los populistas y los partidos de derecha en las próximas elecciones del Parlamento Europeo. Un escenario que espera no se materialice. La integridad y la transparencia en la política europea están en juego, y el resultado de estas elecciones podría ser un punto de inflexión para el futuro de la Unión Europea.